Neymar divierte al Camp Nou
El Barça golea al Valladolid después de una exhibición del delantero brasileño en ausencia del lesionado Messi Alexis acompaña el virtuosismo de su compañero con su pegada y gratitud
Vestido de falso 9, Neymar ofició un partido estupendo en el Camp Nou. El partido giró siempre alrededor del brasileño, tan fino y delicado que por momentos pareció que no quería meter un gol por pudor, como si le diera vergüenza, siempre generoso con el fútbol, demasiado finolis en el tiro. Hasta que apareció el sorprendente Alexis. El chileno se dio media vuelta cuando tenía al portero a su merced para celebrar un triplete y a cambio le entregó el balón a Neymar para que coronara su solemne actuación con un tanto tan exquisito como su juego: 4-1.
Alexis correspondió al fin y al cabo a la cortesía de Neymar, que le convirtió en el goleador de la noche con dos asistencias. Hacía días que no se veía tanta amabilidad y altruismo en el Barcelona. El árbitro fue el único que desconfió de Neymar. No le pitó penalti en ninguna de las tres veces que le atropellaron en el área de Mariño. Nunca reparó en la jugada ni en el marcador, sino que cada vez que se caía Neymar se hacía el longuis ante la rechifla de la hinchada del Camp Nou. No dijo ni pío el Valladolid.
BARCELONA, 4; VALLADOLID, 1
Barcelona: Víctor Valdés; Alves, Bartra, Piqué (Sergio Busquets, m. 79), Adriano; Xavi, Song, Cesc (Iniesta, m. 64); Tello (Pedro, m. 73), Neymar y Alexis. No utilizados: Pinto, Montoya, Dos Santos y Sergio Roberto.
Valladolid: Mariño; Rukavina, Valiente, Rueda, Peña; Ebert (Rama, m. 71), Baraja, Rossi, Bergdich (Alcatraz, m. 87); Omar y Javi Guerra (Osorio, m.60). No utilizados: Jaime, H.Veloz, Alberto y Vadillo.
Goles: 0-1. M.9. Javi Guerra. 1-1. M. 13. Alexis. 2-1. M. 51. Xavi. 3-1. M. 64. Alexis. 4-1. M. 70. Neymar.
Árbitro: F. Teixeira Vitienes. Amonestó a Bergdich, Rossi y Omar.
Camp Nou. 64.659 espectadores.
Aunque llegó a la cancha partido por la mitad, rebajado por las muchas ausencias, el Valladolid jugó con generosidad y entereza hasta que acabó agotado por el ir y venir de Neymar. El equipo castellano incluso se puso por delante en el marcador a la salida de un córner cabeceado por Javi Guerra. No aprenden los azulgrana a defender las jugadas de estrategia y no siempre combaten las transiciones del adversario, que fueron unas cuantas y alguna muy aseada. No cerraban bien los dos laterales y eran continuas las correcciones de Bartra. Ni siquiera el espléndido gol de Alexis, que enganchó un tiro a la entrada del área después de un pase de Tello, serenó al Barcelona. Impreciso y discontinuo, no le cogía el hilo al partido. A pesar de que tenía llegada, no controlaba el encuentro y se entregaba a menudo a un intercambio de golpes que para nada le convenía, por más que jugara en el Camp Nou.
Quizá no fue casualidad que anoche formara el mismo trío de centrocampistas que en Vallecas. Los ataques eran tan frecuentes como la confusión, los atropellos y los alborotos, alguno protagonizado por Neymar. Al brasileño le cuesta rematar la jugada, ya sea cuerpo a tierra o de pie, excelente en el regate y los controles orientados, genial en el pase y en cambio nada fino en la puntería. Neymar parece a veces un funambulista, siempre en el alambre, capaz de generar expectación cada vez que tiene la pelota, omnipresente en el Camp Nou. Ha ganado finura y perdido pegada, como si le faltara instinto goleador, o en cierto modo quisiera ganarse a sus compañeros con el pase antes que postularse para el pichichi.
Al igual que Neymar, al fin y al cabo saco de todos los golpes, protagonista de la noche, el equipo se quedó mucho rato a mitad de camino de cuantas cosas ayudan a resolver una contienda: no presionaba mucho ni poco, no defendía ni bien ni mal ni atacaba peor o mejor que en anteriores partidos. La indefinición duró hasta el descanso y el equipo se corrigió cuando empezó a recuperar sus señas de identidad: apretó, aceleró y combinó con más intensidad y se venció el Valladolid. Las líneas se juntaron en cancha ajena alrededor de Neymar y el segundo gol cayó prácticamente por inercia: el brasileño tocó para Tello y el pase a un toque del extremo fue empujado a la red por el interior del pie derecho de Xavi. La mejora del Barça coincidió con el empeoramiento del Valladolid, cada vez más fatigado, abatido por la fiereza de Alexis y finalmente también por Neymar, más ídolo que nunca en ausencia de Messi.
A pesar de las rotaciones, los azulgrana encadenan ocho victorias seguidas
Hubo media hora de fútbol excelente por parte del Barça, que sumó su octavo triunfo consecutivo en su inicio de récord en la Liga. El equipo se desplegó con una especial armonía y determinación, limpio y sereno, como el fútbol del virtuoso Neymar, un futbolista que aprende rápido y siempre ha sabido estar desde su llegada al Camp Nou: aceptó la suplencia, se integró después al grupo de forma progresiva, asumió su condición de asistente de Messi desde el puesto de extremo izquierdo y, en ausencia del 10, se ha postulado como la referencia del fútbol.
La afición del Camp Nou siempre agradeció la magia de los jugadores brasileños del estilo de Neymar, dueño del partido por su movilidad, desborde, regate y desequilibrio. El 11 fue anoche el crupier de un solidario y coral Barça.
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