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Francia se consagra

Batum, Diaw y Parker, en todo su esplendor, arrasan a Lituania (80-66) y consiguen el primer oro para el baloncesto francés

Robert Álvarez
Parker, con la medalla de oro en el podio.
Parker, con la medalla de oro en el podio. GEORGI LICOVSKI (EFE)

Batum, Diaw y Parker, tres jugadores predestinados a completar brillantes carreras en la NBA pero también empeñados cada verano en darle lustre y esplendor a su selección, se salieron por fin con la suya y le dieron al baloncesto francés el mayor éxito de su historia, su primera medalla de oro en un torneo mayor, en un Europeo en el que repetían final y en el que acumulaban dos platas, cinco bronces y un rosario de decepciones —perdieron en la final del último campeonato contra España, hace dos años—. Liberada en las semifinales de la pesadilla española que tantas veces despedazó sus sueños, la escuadra francesa culminó su tortuoso maratón, con una final de traca. Lituania fue la víctima del excepcional talento por fin expuesto en toda su plenitud, liberado de sus fantasmas, de Batum, Diaw y Parker y de un equipo que supo ponerse al servicio y complementar el talento de su trío de ases.

FRANCIA, 80 LITUANIA, 66

Parciales: 19-22 31-12 18-16 12-16

Francia: Parker (12), Batum (17), Gelabale (7), Ajunca (4) y Diaw (15) —equipo inicial—, Lauvergne (2), Diot (5), Petro (8), Kahudi, Pietrus (6), Heurtel y De Colo (4).

Lituania: Kalnietis (19), Seibutis (10), Maciulis (7), D. Lavrinovic (7) y Kleiza (20) —equipo inicial—, Motiejunas, Kuzminskas, Pocius (3), Valanciunas y Javtokas.

Árbitros: Luigi Lamonica (ITA), Juan Arteaga (ESP) e Ilija Belosevic (SRB). Eliminado por cinco personales Kleiza (min. 39).

10.000 espectadores en el Stozice Arena de Liubliana.

Batum prendió los fuegos artificiales franceses y se desquitó de su flojísima semifinal contra España. El equipo francés se puso a su servicio y cuadró una primera parte de ensueño. El alero francés de los Portland Trail Blazers se comió a Kalnietis, a Kuzminskas, a Maciulis, a cualquiera de los exteriores lituanos que intentaron echarle el lazo. Puso en órbita al equipo francés gracias a su rapidez de movimientos y de tiro, a su facilidad para desbordar a su marcador de turno y penetrar en la zona defensiva lituana y también para apostarse más allá de la línea de 6,75 metros y colarla desde allí.

Lituania sufrió tras los primeros minutos, en los que un espléndido Kleiza la mantuvo por delante. Cuando el ala-pívot lituano, también con amplio currículo en la NBA, se tomó un respiro, Francia apretó el acelerador y despegó. Muy superior en el rebote y muy listo a la hora de explotar los espacios que provocaban Batum y Parker atrayendo lejos del aro a sus defensores, el equipo francés se aprovechó a base de bien y anotó de forma reiterada desde el interior de la pintura, allá donde se suponía que los lituanos poseían cierta ventaja con una batería de pívots de pinta impresionante: Darius Lavrinovic, Kleiza, Javtokas y las dos perlas que ya están en la NBA, Valanciunas y Motiejunas, apenas utilizadas en la final por el seleccionador Jonas Kazlauskas.

El estado de inspiración de los franceses acabó de plasmarse en las últimas nueve décimas de la primera parte. Bastó ese lapso para que Diot anotara un triple lejanísimo sobre la bocina final. Los árbitros deliberaron tras observar la repetición en el vídeo y lo dieron por válido. 50-34 en el marcador. Era el día de Francia. Nadie lo iba a impedir. Dominaba de manera abrumadora a pesar de que su estrella, Parker, había actuado en un tono bajísimo y solo emergió cuando su equipo ya había tomado inercia en el tercer cuarto (64-42) y solo se trataba de no bajar excesivamente el pistón.

Lituania se quedó anclada en el marcador, superada por completo en todas las facetas del juego, con muchos jugadores fuera de foco, casi todos, excepto Kleiza, que también se fue apagando poco a poco, y Kalnietis. Diaw le dio el relevo a Batum y se marcó un segundo tiempo impresionante. Dominador bajo los tableros, certero en el tiro y hasta brillante en las asistencias. Parker acabó sumándose al festival. Los lituanos no tuvieron ninguna opción, no pudieron ponerse a tiro en ningún momento. Fue el día de Francia y la consagración europea de Tony Parker, el jugador con tres anillos de la NBA, que acabó siendo premiado como el MVP, el mejor jugador del torneo, en un quinteto ideal en el que también están Goran Dragic (Eslovenia), Bogdanovic (Croacia), Kleiza (Lituania) y Marc Gasol.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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