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Mandan los solistas

En un intento por sorprender, el Barça encara con más individualidades que juego un debate de identidad

Messi encara a Denswil.
Messi encara a Denswil.GUSTAU NACARINO (REUTERS)

La necesidad de volver a ser competitivos ha generado un intenso debate de identidad futbolística en el Barça. Guardiola ya estudió cómo evolucionar el sistema en su última temporada desde el intervencionismo, Vilanova puso las condiciones para que los futbolistas recuperaran la Liga a cambio de claudicar en Europa y Martino procura precisamente que no se repita el escarnio contra el Bayern Múnich. El problema del actual Barça es que juega contra el recuerdo del mejor Barça. La duda es si el equipo no se está alejando con exceso de la versión original porque teme que sea imposible recuperarla o que no le sirva de nada reencontrarla.

La previsibilidad. El temor es que las alternativas al juego para dejar de ser previsibles tengan más importancia que la propia idea. “Nuestra intención no es cambiar la forma”, argumenta Martino. “Las alternativas no son el plan, sino las opciones a elegir cuando sea necesario”. Alves añade: “Introducimos cosas, alternamos el juego corto y largo, lo hacemos diferente porque lo de antes estaba muy visto”. Incide Piqué: “La clave está en saber elegir el momento de ser directos o pacientes. La idea nos viene desde Cruyff”. Y Messi es pragmático: “Cuantas más variantes tengamos, mucho mejor”.

Posesión y pases. La mezcla del juego ha provocado que el equipo se alargue mucho en el campo y haya perdido posesión, precisión y presión. “Me preocupa la imprecisión”, admite Martino. Los azulgrana tuvieron contra el Ajax la misma posesión que tienen Chelsea, Schalke y Nápoles: 56%. Una cifra inferior a la del año pasado, que era del 71%. Y la media de pases en la Liga por partido del curso pasado fue de 746, de ellos 668 buenos. En la actual ha descendido a 671 pases y 604 solventes. El equipo se acelera demasiado y los partidos son ejercicios de ida y vuelta que refuerzan el papel de Valdés y Messi. A cambio, penaliza a los centrocampistas.

El equipo ha bajado su producción de pases y se acelera demasiado

El papel de Xavi. El equipo ya no se organiza necesariamente a partir del pase y del toque de los volantes, de manera que se ha reducido el protagonismo de Xavi, el jugador que marca el estilo, sin sustituto en el plantel. La disminución del fútbol asociativo y de combinación, del sentido de equipo, ha aumentado el protagonismo individual de jugadores como Valdés: su mérito ya no está en el juego de pies y en los uno contra uno sino en las paradas convencionales de un portero. También falta movilidad y ofrecerse para el desmarque, atacar el espacio en lugar de acelerar. No es casualidad que Neymar sea el jugador que más faltas recibe porque se excede en el juego al pie cuando sus virtudes técnicas le permiten más recursos.

Messi, en cambio, continúa siendo el más reconocible porque sigue marcando la diferencia con goles. Los solistas crecen en la proporción en que encoge la orquesta, la misma que convirtió al Barça en un conjunto único y singular, por encima de las figuras.

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