Talento joven y Krstic

El Serbia-España de cuartos (17.30, Cuatro) es la reedición de la final del Europeo de 2009 y de los cuartos del Mundial de 2010. Aquella Serbia que sucumbió primero y derrotó después a la selección tenía entonces una media de edad de menos de 24 años. Pero curiosamente, la madurez se deshizo por el camino.

Dusan Ivkovic, el seleccionador serbio, el más veterano del torneo con 69 años y 35 de experiencia en los banquillos, tiene de nuevo bajo su cargo al equipo más joven del Europeo, con 24,2 años de media. Solo Markovic, Bjeliça y el capitán, Krstic, se mantienen en la selección con respecto a aquella que tumbó a España con el estratosférico triple de Teodosic en 2010, un grupo que creció tan rápido como se disolvió.

El octavo puesto en el Europeo de 2011 les dejó fuera de los Juegos de Londres; lesiones, renuncias y los viejos fantasmas de rencillas internas cerraron en falso el relevo generacional diseñado por Ivkovic y precipitaron el salto de otra joven camada que pelea con vistas a los Juegos de 2016. En la lista inicial para Eslovenia ya no aparecían Tepic, Rasic, Paunic, Perovic y Keselj; a ellos se unieron las bajas de Micov, Erceg, Savanovic, Velickovic y Macvan, y más tarde se conocieron las lesiones de Bircevic y Teodosic. “Mis chicos son muy jóvenes, pero maduros. Los aficionados están con nosotros porque damos espectáculo”, señala Ivkovic.

Siete de los 12 jugadores serbios tienen 22 años o menos y nueve de los 12 hacen su debut en un Eurobasket. Vasilije Micic, con 19 y una plata en el pasado Mundial de su categoría, es el más joven de la hornada. “España es un equipo muy experimentado. Tienen una gran ventaja sobre nosotros en el juego interior, donde tenemos la mayoría de las lesiones, y además tienen a Marc. Pero nuestro banquillo supera al suyo e intentaremos que los 40 minutos sean de máxima exigencia”, dice Ivkovic.

Todos dicen que somos jóvenes, pero somos un equipo con mayúsuculas Dusan Ivkovic

Para la misión cuenta con el impulso de Nedovic, un base eléctrico con un potente tren inferior y un gran descaro para dividir la zona rival, que acaba de fichar por Golden State Warriors; la puntería de Andjusic, un escolta de gran personalidad y con una técnica academicista de lanzamiento; la versatilidad productiva de Kalinic, un alero hiperactivo en la defensa y el rebote; la solvencia de Gagic, un cinco intimidador, inteligente en el rebote ofensivo y buen pasador; y el temperamento de Bogdanovic, un alero con buen rango de tiro y capaz alterar la inercia de los partidos. Todos, nacidos a principios de los 90, crecen bajo el paraguas de los tres supervivientes de aquel equipo: Markovic, Bjelica y Krstic.

“Descubren talentos constantemente, generación tras generación. Por tradición, por inercia, por adn del país”, analizó el seleccionador belga, Eddy Casteels, tras caer ante los serbios en la segunda fase. “Después, Ivkovic ejerce de auténtico líder en el banquillo y les muestra el camino. Sabe lo que necesitan. No juegan como niños pequeños. Juegan un baloncesto de nivel superior”. “Todos dicen que somos jóvenes y no estamos listos para alcanzar un gran resultado, pero somos un equipo con mayúsculas, estamos jugando bien en defensa y tenemos un gran capitán”, prosigue Ivkovic centrando el elogio en Krstic, referente y máximo anotador del equipo (16,7 puntos de media), el único con pasado NBA. Ante España volverá a estar el punto de inflexión.