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Poca participación y diana a un toque

Bale debuta como extremo derecho, aún sin ritmo, y hace dos remates y tres centros

Gareth Bale —probablemente el jugador más caro de la historia— debutó en El Madrigal. Es un campo amable para los rivales y un estadio en el que el público está pegado al terreno de juego, al estilo inglés. Bale fue mano de santo para el conjunto blanco mientras lo dominaba el Villarreal porque en el minuto 38 metió el 1-1 que dio aire al Madrid.

No resultó un potente disparo de zurda, ni un poderoso remate de cabeza, sino un toque de delantero oportunista. Apareció en el segundo palo, como un nueve de toda la vida, y marcó a un toque el centro que le envió Carvajal. Con la derecha, aguantando al central que le hostigaba a su espalda. Fue un guiño para presidente madridista, Florentino Pérez, su gran valedor. El mandatario estuvo ausente en El Madrigal y no pudo ver la actuación de su gran apuesta en directo. A Bale lo sustituyó Ancelotti pasada la hora de partido. Su lugar lo ocupó Di María. Fue un cambio de hombre por hombre: extremo zurdo por extremo zurdo, los dos a pierna cambiada, banda derecha por banda derecha.

“El gol de Gareth es muy buena noticia”, dijo Emilio Butragueño, el portavoz madridista, con su habitual recato, “pero lleva tres meses sin jugar y tres días entrenándose con sus compañeros. Necesitamos que poco a poco vaya cogiendo ritmo de competición”.

Tras un centro a las nubes, un sector de la grada entonó un cántico burlesco: “¡Tú sí que vales!”

Escoltado por Cristiano Ronaldo y Benzema, Gareth Bale, apareció en el terreno de juego de El Madrigal para realizar el calentamiento previo al partido y se posicionó en un triángulo junto al delantero francés y Modric para dar sus primeros toques al esférico, antes de que el preparador físico, Giovani Mauri, mandara las carreras y ejercicios de acondicionamiento.

Escorado en el flanco derecho, Bale tocó su primer balón a los pocos segundos de iniciarse el encuentro, un pase de seguridad con el interior del pie izquierdo con Isco de destinatario. Cinco minutos pasaron hasta que el galés volvió a contactar con el balón. Su tercera intervención ya fue un poco más arriesgada con un centro enroscado de zurda al que Cristiano no llegó a rematar de cabeza. La primera pérdida de balón de Bale propició un ataque del Villarreal que terminó en córner y en una posterior ocasión de Jonathan Pereira que salvó Diego López. Un centro a las nubes de ex del Tottenham provocó la sorna de un sector de El Madrigal, que entonó un cántico burlesco: “¡Tú sí que vales!”.

Bale hizo dos remates y tres centros. Recuperó cuatro balones y perdió siete, no recibió ninguna falta, completó 25 pases (14 de ellos bien), e intentó cuatro regates, de los que salió con éxito en dos. Participó poco del juego del Madrid, se mostró desorientado en defensa y en ataque tiró la diagonal desde la banda derecha hacia el punto de penalti. Así marcó.

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