“No hay que hacer cábalas, hay que ganar”
El vestuario español se prepara para afrontar el partido ante Italia “como una eliminatoria a cara o cruz” "Me da miedo Belinelli”, apunta San Emeterio
“No hay cábalas que valgan. Si ganamos a Italia estamos en cuartos, si perdemos casi seguro estaremos fuera”, espetó Fernando San Emeterio segundos después de terminar el partido con la capacidad de síntesis que da la adrenalina. “Igual hoy hemos tenido esa intensidad del sí o sí. Igual si hubiéramos jugado con esa actitud ante Grecia hubiéramos ganado. Ahora no nos queda otra. Ahora será todo a cara o cruz y ojalá juguemos cuatro hasta la final”, analizó José Manuel Calderón.
El base de Dallas, escolta a tiempo parcial en la selección, fue el mejor de España con 23 puntos (5 de 7 en triples, 3 de tres en tiros de dos y 2 de 2 en tiros libres; su mejor anotación en los 155 partidos que suma como internacional), cinco asistencias y dos rebotes. “Me ha salido bien”, resumió con modestia. “Hoy he sido yo, el otro día fue Rudy y lo bueno de este equipo es eso. Hay que aceptar los roles y aceptar que aquí somos diferentes a lo que somos en nuestros equipo porque lo que queremos es ganar”, contó Calde como le corearon el puñado de aficionados españoles que estaban en las gradas del Stozice Arena. “Me faltaba ser un poco más agresivo, he estado estos partidos sin demasiado balón y jugando en una posición que no es la mía, pero he demostrado que puedo ser igual de efectivo y que estoy contento de estar ahí”.
Con la vista puesta en el decisivo partido ante Italia del lunes, Calderón optó por la mesura. “Ahora no hemos pasado de repente a ser otra vez los mejores del Eurobasket. Hay que ser prudentes. Hemos salvado el primer match ball. Dependemos de nosotros y si hacemos las cosas como debemos podemos ganar a cualquiera, pero también hay cinco o seis equipos que nos pueden ganar”, cerró el mejor triplista español y cuarto del Eurobasket con 17 aciertos de 33 en lo que va de torneo.
Hemos dado un pasito en la intensidad. Aportando todos desde el banquillo. Ese es el camino ante Italia" Víctor Claver
Desde que cayera ante Grecia el pasado jueves, la selección española se entregó a resolver un crucigrama que hablaba de faltas personales, minutos en pista, riesgos asumibles y decisiones meditadas. Los griegos lograron forzar tres personales de Marc Gasol en los primeros nueve minutos y con ello trastocar la hoja de ruta de España. Más limitada en recursos, Finlandia exploró la misma veta y con más trabajo le sacó dos. Faltaban tres minutos justos para llegar al descanso cuando Gerald Lee se encontró con la mano de Marc en su intento de penetración a canasta. Los árbitros pitaron la segunda falta al pívot español y, tras unos breves segundos de cábalas y reconstrucción de la escena, Gasol se marchó al banquillo sustituido por Xavi Rey. Primó la prudencia.
Pero no fue el día de Marc (seis puntos y siete rebotes en 25m 50 s de juego). Descentrado y con mala cara, protagonizó un desplante a Orenga en su intento de saludo, se ausento de acudir al corrillo en un tiempo muerto y esquivó el contacto con los periodistas atajando su viaje a los vestuarios sin pasar por la zona mixta. “Tenía un golpe o un corte en el brazo, nada serio”, le justificó un miembro de la expedición. Germán Gabriel, inédito ante Grecia se incorporó a una rotación de la que se cayeron Aguilar por decisión técnica y Llull con molestias en una costilla.
Me faltaba ser un poco más agresivo, he estado estos partidos sin demasiado balón" Calderón
“Hemos dado un pasito adelante en la intensidad. Aportando todos desde el banquillo. Ese es el camino ante Italia. Ya nos lo tomamos como si fueran eliminatorias. Toca la de octavos”, señaló Claver, de nuevo inspirado (12 puntos y siete rebotes). “Hemos estado otra vez muy bien en defensa y cuando defendemos bien vienen los puntos”, explicó Sergio Rodríguez. “Ante Italia no tenemos que dejar que cojan confianza por tienen jugadores muy desequilibrantes, capaces de anotar fácil y habrá que estar igual de concentrados que lo hemos estado en la mayoría de los partidos”, cerró El Chacho. “Me da miedo Belinelli. Lleva dos partidos sin jugar bien y eso no es normal. Para ellos es su última oportunidad también y afrontarán el partido a todo o nada” apuntó San Emeterio.
“El de Italia será un partido dificilísimo. Vienen de muchos años sin meterse en la lucha por los primeros puestos y están viviendo el campeonato con mucha emoción. Hay que tener la misma tranquilidad que ante Finlandia. No me quedo con las dos derrotas consecutivas que llevan, sino con lo bien que han venido jugando hasta aquí”, indicó Orenga.
Koponen y Mottola, en cuerpo y alma
Con la rodilla derecha amoratada e hinchada como un botijo, con una férula que le sostenía la articulación y apenas le permitía andar, con los ligamentos hechos trizas, pero con amplio sentido del deber y la entrega a la causa. Hanno Mottola, el jugador más veterano del torneo, cayó en combate el pasado lunes, día de su 37 cumpleaños, ante Grecia con una lesión que le suponen la ‘jubilación’ anticipada, pero no quiso dejar solos a los suyos.
Salto a la pista arrastrando la pierna para colocarse en formación y escuchar el himno de su país con firmeza marcial, se sentó junto al entrenador, Henrik Dettman, y en un conmovedor y temerario esfuerzo se levantó a saludar y animar a sus compañeros en cada tiempo muerto. “Finlandia es un equipo rápido y peligroso en el tiro, fundamentalmente, ‘Kaponen’ y Motola”, anunció Orenga en la víspera, sin afinar en la pronunciación del nombre de la estrella finlandesa y sin conocer la lesión de su gran capitán, pero afinando en el ‘scouting’ de su rival.
Peteri Koponen dio la razón a Orenga desde el salto inicial. Suyos fueron los nueve primeros puntos de Finlandia en el partido y 12 de los 30 al descanso con 2 de 4 en triples y pleno de acierto en tiros de dos, además de dos rebotes y dos asistencias. Y es que Finlandia es el cuerpo y la muñeca de Koponen y el alma y el espíritu de Motola. Pero nada bastó ante la superioridad española.
Asumiendo su inferioridad en el juego interior por falta de centímetros y efectivos, Finlandia interpreta su baloncesto desde el azar del perímetro. En su ruleta particular se lo juega todo al 3 y ante España no hubo suerte. 1 de 7 en el primer cuarto, 3 de 9 en el segundo, 2 de 7 en el tercero y 0 de 4 en el cuarto. Incapaz de escaparse de los grilletes que le colocaron sucesivamente Ricky y Calderón, Koponen solo anotó dos canastas en los últimos 20 minutos. Ahí se acabó Finlandia.
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