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Calderón deslumbra pensando en Italia

España tumba con solvencia a una débil Finlandia (82-56) y se jugará su pase a los cuartos de final ante el equipo transalpino

Robert Álvarez
Calderón intenta marcharse de Koponen.
Calderón intenta marcharse de Koponen. Thanassis Stavrakis (AP)

La selección empezó viendo caras finlandesas y acabó pensando en nombres italianos en un partido definitivamente de transición dado el abismo que separa al baloncesto español del finlandés. Calderón desvaneció el fantasma de un petardazo prematuro ante Finlandia, un rival que cosechó victorias asombrosas en la primera fase, pero que pinta muy pequeño frente a España.

El duelo en el cruce de caminos hacia los cuartos de final solo fue posible porque el torneo se abrió a la competencia de dos docenas de selecciones y los finlandeses, con todo el mérito del mundo y maximizando sus limitados recursos, aprovecharon las bajas y la dejadez en la primera fase de equipos como Rusia y Turquía, e incluso, la excesiva confianza y el mal partido de una Grecia sin Spanoulis, lesionado entonces.

ESPAÑA, 82 - FINLANDIA, 56

España: Ricky (4), Calderón (23), Rudy (6), Claver (12) y Rey (6) —equipo inicial—; Rodríguez (9), Marc Gasol (6), Aguilar, San Emeterio (6), Germán Gabriel (2) y Mumbrú (8).

Finlandia: Koponen (17), Huff, Lee (12), Salin y Kotti (6) —equipo inicial—; Koivisto (5), Muurinen (4), Haanpaa (6), Ahonen y Rannikko (6).

Árbitros: Olegs Latisevs (LET), Milivoje Jovcic (SRB) y Renaud Geller (BEL). Sin eliminados.

3.070 espectadores en el Arena Liubliana.

Pero la exigencia española, más que de su rival, provenía de que, tras sus derrotas ante Eslovenia y Grecia, no podía permitirse un nuevo tropiezo. Como muy bien definió Calderón en la previa, España había gastado sus comodines. Le tocaba ganar sí o sí a Finlandia, de la misma forma que precisará el lunes, a no ser que pierda Grecia, la victoria ante Italia, un viejo conocido que, tras una larga travesía del desierto, ha vuelto al baile de los mejores. Varios jugadores españoles ya muy curtidos en etas batallas, caso de Sergio Rodríguez, no recuerdan siquiera haberse enfrentado a Italia. La última vez que se produjo un clásico del baloncesto continental fue en los Juegos de Atenas en 2004. La selección italiana ya está clasificada, y el conjunto de Orenga podría estarlo incluso antes de jugar, si en el partido anterior Croacia gana a Grecia.

El equipo español no dejó el menor resquicio para imaginar siquiera un inesperado batacazo frente a Finlandia. Dominó el partido con pulso firme, con una actuación muy seria y acelerada por los triples, las asistencias y el ritmo que imprimió un inspiradísimo y determinado Calderón. El base extremeño impartió una clase magistral en el dominio del juego y se fue a la ducha con 23 puntos y cinco asistencias.

Se sabía de antemano que los finlandeses cabalgan a lomos de su base Koponen. Le costó a Ricky y al equipo español echarle el lazo. Orenga fue variando la asignación en el marcaje al jugador del Khimki ruso. La misión pasó a manos de Calderón, de San Emeterio, por momentos de Sergio Rodríguez, y a buen seguro que no le tocó el turno a Llull fue porque, dolorido por un golpe, no se quitó el chándal en todo el partido. Koponen firmó nueve de los 15 puntos de Finlandia. Pero fue perdiendo fuelle y, además de que no es Dragic ni Spanoulis, sus compañeros tampoco poseen la calidad de los eslovenos o los griegos.

La igualdad se mantuvo hasta que la defensa española, muy centrada en Koponen, permitió un par de triples a Haanpaa, un alero del que no había noticias previas en este Europeo. A partir de ese 24-22, España hizo valer la abismal su calidad, sin que tuviera la menor importancia que Marc Gasol sumara su segunda falta en el minuto 17, momento en el que Orenga, a diferencia de lo que había ocurrido ante Grecia nada más empezar, decidió relevarle por Rey de manera automática.

El encuentro refrendó el buen momento de un jugador sobre el que planeaban algunas dudas cuando llegó a Eslovenia e incluso en el arranque del Europeo. Pero Claver dio la talla ante Grecia y repitió con 12 puntos y siete rebotes frente a los finlandeses. Rey y Germán Gabriel, que tuvo más minutos que nunca debido a la ausencia de Aguilar, también dieron la talla, como Mumbrú y Sergio Rodríguez. La victoria fue contundente y muy saludable para un equipo que se jugará su acceso a los cuartos de final frente a Italia, en un torneo tan abierto que tanto puede quedar eliminada como concluir en la primera plaza de su grupo.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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