Osasuna despide a Mendilibar
El club navarro, que contabiliza tres derrotas en las tres primeras jornadas, prescinde del vasco, primer técnico destituido esta temporada en la Liga
Un arranque calamitoso. Tres derrotas en tres envites ligueros -Granada (1-2), Athletic (2-0) y Villarreal (0-3)-, voces desde la grada y el equipo incrustado en el último peldaño de la tabla. La consecuencia, casi inmediata. Cuando el campeonato apenas ha dado el pistoletazo de salida, ya ha caído el primer técnico en Primera División. Este martes, después de la Junta Directiva azuzada por los malos resultados y un rendimiento enquistado desde la pasada temporada, Osasuna comunicó la destitución fulminante de José Luis Mendilibar.
Se termina, de esta forma, el periplo del preparador vizcaíno en El Sadar, que el pasado sábado, tras la contundente derrota contra el Villarreal, enseñó los dientes al banquillo. Un hecho inusual en Pamplona. Sin respuesta ni reacción, Osasuna exhibió una vulnerabilidad que originó los gritos desde algunos sectores del público ("¡Mendilibar, kanpora (fuera)!", se oyó en varias ocasiones). "Sentí vergüenza en el palco", señaló el presidente del club navarro, Miguel Archanco, tras anunciar el despido ante los medios de comunicación; "la ilusión no se puede perder, debe estar siempre viva. Si llueve, siempre escampa y sale el sol".
Tras pasar por el Eibar, Athletic o Valladolid, Mendilibar tomó las riendas de Osasuna en febrero de 2011, de la mano del expresidente Patxi Izco, para sustituir a José Antonio Camacho. En sintonía con la parroquia navarra, a diferencia de su predecesor en el banquillo, logró el objetivo de salvar la categoría. La temporada siguiente, el equipo rojillo peleó hasta la última jornada por acceder a la Liga Europa, aunque concluyó séptimo, a un solo punto del premio continental. Encorsetado por la política de austeridad económica instalada en el club, cuya inversión en fichajes ha sido muy reducida en este periodo (alrededor de 5 millones de euros en los tres años de Mendilibar al frente), el curso pasado también consiguió la permanencia, por decimocuarto año consecutivo. Un récord en la historia del club navarro.
Sin alardes, con el colectivo como eje vertebrador y la fórmula del Sadar como añejo bastión, el vizcaíno salvó casi todos los obstáculos
Desde que disputase la final de la Copa del Rey, en 2005, jugase la previa de la Liga de Campeones un año más tarde (con el mexicano Javier Aguirre como cacique) y alcanzase las semifinales de la Liga Europa en 2007, Osasuna entró en un proceso de estancamiento, primero, y recesión después. Un deterioro económico (el Gobierno de Navarra le retiró una subvención anual de 1,4 millones de euros) y deportivo. Incapaz de retener a las perlas de Tajonar -emigraron jugadores como Raúl García, Monreal, Azpilicueta o Kike Sola-, intentó labrar un proyecto continuista con Mendilibar. Sin alardes, con el colectivo como eje vertebrador y la fórmula del Sadar como añejo bastión, el vizcaíno salvó casi todos los obstáculos con una plantilla plana y contrataciones sin lustre. Sin embargo, su crédito se ha agotado esta campaña.
Cuestionado Archanco por qué no se tomó la decisión de destituir al entrenador antes del inicio del campeonato, el dirigente precisó que "la secretaría técnica, en su momento, creyó que era el mejor entrenador que podía tener Osasuna" y que nadie le planteó una alternativa. "No se asume desde la junta ningún error porque no existe un error", reiteró; "con la actual plantilla y con el nuevo entrenador se puede revertir la situación". Ahora, el club estudia el relevo en la caseta y el nombre de Javi Gracia, exentrenador del filial del Villarreal, el Olympiakos y el Almería, con el que consumó el ascenso a Primera este año, está sobre la mesa.
Apeado Mendilibar, hace solo cinco días la Junta Directiva acordó también la salida del director deportivo, Ángel Martín González, después de 25 años en el club. En este sentido, Archanco anunció que el exjugador y entrenador Enrique Martín adoptará ese cargo. Las aguas bajan turbias por el río que bordea al Sadar.
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