Baile y liderato del Villarreal
El equipo castellonense arrolla (0-3) a Osasuna, muy vulnerable en defensa y que terminó abroncado por la grada del Sadar
Apenas comenzada su temporada 14º en Primera, el Villarreal, aunque sea por unas horas, encabeza por primera vez en su historia la clasificación en la máxima categoría tras conseguir su tercera victoria en tres jornadas, logrando además su mejor arranque de Liga. Y lo hizo con solvencia y pragmatismo, con seguridad y destreza tras un partido perfecto, que comenzó en agosto y concluyó en septiembre, y que dejó en nada a Osasuna, que quedó perplejo y sin capacidad de respuesta ante tanta superioridad mostrada por un Villarreal dulce. Tras regresar de Segunda, la prudencia se impone en el club de Roig que aspira en principio a no pasar apuros. Discurso que tendrá que cambiar a poco que prolongue su estado de gracia. Lo contrario que Osasuna que no ha estrenado puntuación y sabe que tendrá que remar mucho para no ahogarse.
OSASUNA, 0 - VILLARREAL, 3
Osasuna: Andrés Fernández; Oier, Loties, Arribas, Joan Oriol; Puñal, Silva (Damiá, m. 46); Sisi, Armenteros (Núñez, m. 75), De Las Cuevas (Roberto Torres, m. 56); y Oriol Riera. No utilizados: Riesgo; Raoul Loe, Cejudo, Ariel y Onwu.
Villarreal: Asenjo; Mario, Musacchio, Dorado, Jaume Costa; Aquino, Trigueros (Pina, m. 69), Bruno, Cani; Jonathan Pereira (Uche, m. 77) y Perbet (Giovani, m. 63). No utilizados: Juan Carlos; Pantic, Pablo Íñiguez y Hernán Pérez.
Goles: 0-1. M. 21. Perbet. 0-2. M. 30. Aquino. 0-3. M. 79. Uche.
Árbitro: Fernández Borbalán. Amonestó a Loties, Cani, Roberto Torres y Pina.
Unos 12.500 espectadores en El Sadar.
Intenso en la presión Osasuna, dinámico en el despliegue el Villarreal, el encuentro tuvo un inicio bello por competido. Con más tacto el conjunto de Marcelino, el equipo navarro solo podía compensar la mayor calidad castellonense con esfuerzo y compromiso, señas inequívocas de toda la vida cuando actúa en El Sadar. Desconocido por vertical desde la llegada del técnico asturiano, el Villarreal atemperó primero el empuje del grupo de Mendilibar, para paulatinamente adueñarse del espacio y del esférico. Avisó el equipo amarillo tras una jugada individual de Jonathan Pereira, cuya velocidad desbordaba una y otra vez a la defensa rojilla, incapaz de adivinar y contener los movimientos del menudo delantero gallego formado en el club amarillo.
A Pereira le faltó unos milímetros para embocar a gol una picardía suya. En la misma situación se encontró poco después Perbet y el francés, tras ganar la posición a los centrales, resultó más preciso e hizo bueno el envío de Pereira, que nueve minutos más tarde volvió a ganar por piernas la carrera a los defensas navarros y habilitó a Aquino. Media hora de juego y el Villarreal se mostraba superior en todas las facetas del juego y en todas las parcelas del campo, por dentro y por fuera, por velocidad y precisión.
Solo una jugada episódica o alguna acción a balón parado podían meter en el partido a un Osasuna perdido mientras recibía la filípica de la grada, debido a la inmensa superioridad mostrada por el rival, que apenas era inquietado en defensa, cuestión mejorada desde la llegada a la dirección de Marcelino. Todo ello lo contemplaba Giovani, el jugador llamado a marcar las diferencias, desde el banquillo aquejado de molestias musculares. El mexicano se sumó a la fiesta la última media hora de partido. Llegado el descanso la grada rojilla abroncó a los suyos e incluso desde algunos sectores se oyeron voces contra Mendilibar.
A pesar del esfuerzo, no pudo cambiar el destino escrito Osasuna ante un Villarreal que una vez conseguida la ventaja, aumentada con un posterior gol de Uche, alcanzó una victoria que le convierte, al menos por unas horas, en un líder con todos los honores.
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