Cani levanta al Villarreal
Marcelino cambia de idea en el segundo acto y su equipo voltea el resultado ante un Valladolid con buen juego pero sin pegada
A Marcelino le funciona su idea y su contradicción. Andaba el Villarreal descafeinado, falto de tacto y fuelle. Y en el principio del segundo acto, realizó tres cambios, al igual que hiciera cinco días atrás ante el Almería. Esta vez, sin embargo, cambió sutileza y velocidad por fuerza. Y le volvió a dar resultado consiguiendo una victoria apurada y tras remontar de nuevo ante un Valladolid tan gozoso como falto de gol. Tuvo que ser el veterano Cani, de los pocos jugadores que se comprometió con el Villarreal en Segunda, quien diera la victoria con una diana soberbia, tras una arrancada desde el centro del campo y un disparo a la escuadra de Mariño a falta de siete minutos para el final. Tanto que relanza al Villarreal en su regreso a Primera, con dos triunfos sobre dos partidos.
VILLARREAL, 2 – VALLADOLID, 1
Villarreal: Sergio Asenjo; Mario, Musacchio, Chechu Dorado, Jaume Costa; Javier Aquino, Manu Trigueros (Tomás Pina, m. 70 ), Bruno, Cani; Giovani (Perbet, m. 47) y Jonathan Pereira (Uche, m. 65). No utilizados: Juan Carlos; Pantic, Gabriel y Hernán Pérez.
Valladolid: Mariño; Rukavina, Marc Valiente, Heinz, Peña; Álvaro Rubio, Jesús Rueda; Alcatraz (Omar, m. 57), Óscar (Rama, m. 82), Bergdich; y Javi Guerra (Humberto Osorio, m. 75). No utilizados: Jaime; Sastre, Baraja y Manucho.
Goles: 0-1. M. 3. Javi Guerra remata un pase de Bergdich dentro del área grande. 1-1. M. 38. Giovani transforma el penalti cometido por Alcatraz en una entrada a destiempo sobre Jaume Costa. 2-1. M. 84. Cani define después de un pase de Perbet.
Árbitro: Gil Manzano. Mostró la cartulina amarilla a Mario, Jaume Costa, Marc Valiente, Perbet y Chechu Dorado y Bergdich.
El Madrigal. Unos 16.000 espectadores.
En una larga mezcla de primeras en la que participaron seis jugadores pucelanos, el Valladolid se adelantó nada más comenzar el encuentro. La excelsa jugada colectiva la culminó con finura Javi Guerra. La acción puso de manifiesto que el juego y la táctica vienen en función de los jugadores. Desde el primer instante, el Valladolid intentó iniciar el juego a ras del suelo desde Mariño, el portero formado en el Villarreal que mantiene una opción de recompra. Un sello distintivo de Juan Ignacio Martínez, olvidado en su etapa en el Levante, en la que JIM se adaptó a la materia prima disponible.
Cuesta arriba se le puso al Villarreal su reencuentro con El Madrigal en Primera, a pesar de que Marcelino dispuso de un once ofensivo, con la presencia de Trigueros, Aquino y Jonathan Pereira, los tres jugadores que reactivaron al Villarreal cinco días atrás en Almería. Despertó el conjunto amarillo con el golpe recibido. La movilidad de Jonathan Pereira y Giovani, y las carreras de Aquino invitaban a Trigueros y Cani a surtir balones, al pie o al espacio. Al Valladolid no le quedó más remedio retrasar las líneas y, muy a su pesar, perder el contacto con el esférico. El Villarreal anunció largamente el empate que tardó en llegar por la falta de precisión en el último pase y en el remate. Y la igualada llegó de penalti, tras una internada de Jaume Costa que Alcatraz abortó en falta dentro de su área. La pena máxima la transformó Giovani. El mexicano, con molestias físicas, abandonó el terreno de juego al minuto de la reanudación.
Sin perder la cara al partido el Valladolid, atascado el Villarreal, Marcelino optó por el plan b. Retirado Giovani y posteriormente Jonathan Pereira, el conjunto amarillo pasó a jugar con dos delanteros referencia como Perbet y Uche. Para entonces, el equipo pucelano ya había dado un paso adelante. Marcelino reforzó la medular con Tomás Pina, retirando a Trigueros, el creador de juego local. Y resultó mano de santo. Gracias a Cani, que se inventó un gol de la nada que levantó al Villarreal.
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