Un error de Caballero y gol
El Valencia, sin profundidad, aprovecha un mal despeje de puños del portero rival para ganar a un Málaga aplicado en defensa
Dos equipos en construcción fueron derretidos por el calor anoche en Mestalla, favorecido el Valencia por un error del portero Willy Caballero en un despeje de puños pifiado. Aliviado atrás por un rapidísimo Rami, al cuadro de Djukic le faltó fluidez en el medio y profundidad arriba, aunque la idea del técnico es firme: iniciativa, posesión y juego por bandas. El Málaga estuvo aplicado en defensa, pero sin la pegada del pasado ejercicio. Le va a costar un mundo marcar un gol.
Pese a estrenar pareja de centrales —Angeleri y Chen—, el Málaga se mostró sólido en su puesta de largo, sobre todo a partir del centro del campo formado por Tissone, Darder y Morales. La pimienta la puso Fabrice, muy hábil en el uno contra uno con João Pereira, un mapa difícil de descifrar para el lateral derecho portugués. Tras su irrupción al principio del pasado curso, al marcarle al Celta en Balaídos con apenas 16 años y 98 días, el atacante camerunés casi desapareció del Málaga de Manuel Pellegrini. Y ahora, todavía a los 17 años, parece haber vuelto para quedarse.
VALENCIA, 1- MÁLAGA, 0
Valencia: Diego Alves; João Pereira, Rami, Ricardo Costa, Bernat; Javi Fuego, Míchel; Fede (Feghouli, m. 61), Banega (Canales, m. 80), Jonathan Viera (Guardado, m. 78); y Hélder Postiga. No utilizados: Guaita; Víctor Ruiz, Romeu y Alcácer.
Málaga: Caballero; Gámez, Chen, Angelleri, Antunes; Duda (Samu, m. 69), Tissone, Morales (Anderson, m. 69), Darder (Seba Fernández, m. 35), Fabrice; y Santa Cruz. No utilizados: Kameni; S. Sánchez, Camacho y Portillo.
Gol:1-0. M. 59. Ricardo Costa aproveha un mal despeje de Caballero.
Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Míchel, Morales, Chen, Antunes, João Pereira, Fabrice, Darder y Ricardo Costa.
Unos 40.000 espectadores en Mestalla.
Después de cierto entusiasmo levantado en las últimas semanas (la marcha de Soldado y su posterior ataque al presidente y al proyecto del club sirvió de acicate para el equipo de Djukic), el Valencia cayó en la cuenta de sus carencias. La inmadurez de algunas de sus apuestas (Fede por una banda y Jonathan Viera por la otra) es un problema por resolver. Y Hélder Postiga no es Soldado. Es un delantero de buenas maneras, pero menos veloz. Los desmarques al espacio no se suceden. A eso se unió la espesura de Ever Banega, tal vez cansado de su partido el miércoles con Argentina ante Italia. Porque él no cambia su forma de jugar: esté fresco o no, nunca toca de primeras, sino que conduce hasta la extenuación.
El termómetro comenzó a apoderarse del partido al comienzo del segundo tiempo. Solo las diagonales conduciendo el balón del descarado Fede salvaban las líneas defensivas de Schuster. El joven argentino confirmó que ha llegado a la élite para mucho tiempo. Aunque fuera sustituido poco después de que Ricardo Costa marcara tras un error en la salida de puños de Caballero, molestado en el salto por Santa Cruz y Rami, pero en ningún caso en falta.
El Málaga quiso reaccionar sin saber con qué. Sus jugadores se acercaron en masa al banquillo para beber agua. Se habían quedado secos. Algo de mordiente le dio Seba Fernández, un especialista en agitar el árbol. Le faltaron unos centímetros para cabecear al segundo palo un remate de cabeza de Tissone al primero. La pifia de Caballero decantó un duelo superado por el calor.
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