Mireia provocada
Vergnoux, el técnico de la española, la amenazó con irse en los Juegos de Londres para motivarla
La medalla que Mireia Belmonte parecía tener asegurada en los 800 metros libre se ha convertido en la más complicada de conquistar. A la presencia intimidante de la estadounidense Kate Ledecky se han unido Lauren Boyle y Lotte Friis. La neozelandesa y la danesa atraviesan un momento formidable. La efervescencia que provocaron en el 1.500 desencadenó una reacción de récords mundiales. En el 800 de hoy amenazan con romper todos los registros. Metida en el torbellino, Mireia parece condenada a ocupar el cuarto puesto una vez más. Necesita un estímulo. Quizá una provocación para reaccionar y traspasar los umbrales de su propia resistencia al dolor. Su entrenador, Fred Vergnoux, sabe que a veces ella responde a los desafíos con exhibiciones deslumbrantes.
Vergnoux amenazó el jueves con retirar a la española del 800, aduciendo que el nivel de la prueba era demasiado bueno para ella. “Ahora mismo”, dijo, “te digo que si no nada mejor... pero tengo que hablar con ella. Boyle, Ledecky y Friis están nadando mucho más rápido que Mireia. Es alucinante. Ledecky está en otro nivel Es otra cosa. Pienso que va a hacer el récord del mundo. Mireia va a tener que hacer su mejor tiempo para colocarse tercera o cuarta. Yo firmo todo pero hay que hacer las cosas bien hechas”.
Las palabras del francés tuvieron carácter de mensaje psicológico. Durante los Juegos de 2012, Vergnoux advirtió a Mireia que él no estaba en Londres para verla competir sino para asistir a sus triunfos, y que si no hacía sus mejores tiempos se marcharía y la dejaría sola. Fue el detonante de la reacción que llevó a la española a conseguir la plata en 200 mariposa y 800 libre. En Barcelona puede suceder lo mismo.
LA AGENDA DE MIREIA
HOY:
Final de800m libre.
MAÑANA:
Series de 400m estilos.
Final de 400m estilos.
“El 800 ella lo puede nadar mucho más rápido”, decía Vergnoux antes del Mundial. “¡Pero mucho más! En principio ella se va a tirar a todas las pruebas. Pero hay que ver cómo va el tema y hacer coaching. En los Juegos comenzó terminando última en los 400 estilos. Volvimos a la una de la mañana del antidoping y al día siguiente nadó el 400 libre en 4,8 minutos. Yo le dije: ‘Vamos bien, ¿no?’. Acabábamos de perder dos pruebas y quedaban tres. Y fue ella la que me dijo: ‘Acuérdate Fred que éste 4,8 va a ser el paso del 400 del 800’. Yo era pesimista y ella me dio una información muy positiva. Hablamos, comimos en la Villa. Y le dije: ‘¿Cómo lo ves? ¿4,8 en el parcial?’. El día después nadó el 200 estilos. Fue otra decepción. El tercer día no sé si hice bien o no pero le dije: ‘Mireia, yo mañana me voy a casa. Porque yo los Juegos los conozco. Son mis terceros como entrenador. Tú quédate. Ya tienes tu final olímpica y estás contenta. Yo no estoy aquí para esto. No me importa nada tu final. Así que disfruta de los Juegos”.
“No sé si hemos ganado una medalla por esto, pero fue mi estrategia. Yo se lo dije al cuerpo técnico: ‘Yo me voy. Yo no tengo que estar aquí porque Mireia va a volver a hacer otra vez lo mismo’. Cuando tomas una decisión así piensas que has jodido el tema después de años de preparación. Pero en ese momento sentí que tenía que hacerlo. ¡Claro que Mireia necesita mi apoyo! ¡Pero en ese momento mi forma de apoyarla ha sido esta! Fue mi forma de estimularla. Y no sé por qué respondió. Ella a veces responde a retos”.
En la final olímpica de 800 Mireia pasó por los 400 bajando de 4,11 minutos por primera vez en su vida. Hizo 4,8 minutos y logró la plata con 8,18. Hoy deberá mejorar aquello para encontrarse en disposición de asaltar el podio en los últimos 400 metros. La están desafiando y precisa replicar.
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