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El Sevilla, sin despeinarse

El renovado equipo de Emery pasa por encima del Mladost e inicia su andadura en Europa con un buen triunfo ante un rival débil

Rafael Pineda
Bacca se marcha de un rival.
Bacca se marcha de un rival.MIGUEL ANGEL MORENATTI (DIARIO AS)

Convincente triunfo del Sevilla, renovado en todas sus líneas, para sacar con nota su primer examen de la temporada. Estreno oficial en la Liga Europa del conjunto de Emery frente al Mladenost, un equipo débil en lo técnico y disciplinado en lo táctico, que apenas opuso resistencia. Le quedan tantos partidos al conjunto andaluz por delante que sacar conclusiones de este primer envite puede ser apresurado. La endeblez del conjunto montenegrino propició una absoluta superioridad del Sevilla, dominador del balón y los espacios, al que le faltó, por poner algún pero, desdoble por las bandas ante una defensa ordenada y mayor precisión en relación con la meta rival. También conviene constatar algún que otro despiste de Fazio.

La primera carencia es una cuestión a mejorar. La segunda dependerá del acierto de los fichajes, en especial Bacca y Gameiro. El francés, lesionado, no se pudo presentar ante su público. El colombiano interviene poco, pero se mueve muy bien en los metros finales.

Lo mejor, en definitiva, estuvo en la buena entrada y en los detalles de un jugador de clase, Rakitic. Agobiados por la crisis y alentados por el hecho de que el encuentro era gratis para los socios, unos 30.000 sevillistas se plantaron un uno de agosto en el Ramón Sánchez Pizjuán, espectadores de la tempranísima puesta en escena del renovado Sevilla de Emery. Enfrente, un rival digno pero de muy escasa calidad, semiprofesional, de esos que frecuentan estas previas europeas. El Mladost montenegrino, aplatanado por el asfixiante calor, fue un juguete en manos del Sevilla, dominador de principio a fin de un encuentro de ritmo bajo, salpicado de detalles, lo que ya dice mucho a estas alturas de temporada. Los deslumbrantes gestos técnicos de Rakitic, ahora capitán y mediocentro, deben configurar el armazón de un equipo muy renovado, donde no queda ya un atisbo del conjunto campeón. Un equipo donde reluce el croata y está dispuesto a tener protagonismo el colombiano Bacca.

SEVILLA, 3- MLADOST, 0

Sevilla:  Beto; Coke, Fazio, Pareja, Alberto; Carriço, Rakitic; Reyes (Jairo, m. 19), Rabello (Perotti, m. 57), Vitolo (Rusescu, m. 76); y Bacca. No utilizados: Varas; Fernando Navarro, Cala y Cotán.

Mladost: Vujadinovic; Zivkovic, Sofranac, Mitrovic, Novovic; Savicevic (Pavicevic, m. 71), Sankovic, Bozovic, Seratlic; Markovic (Kascelan, m. 79) y Kaljevic (Knezevic, m. 62). No utilizados: Marcelja; Cetkovic y Kascelan.

Goles: 1-0. M. 18. Bacca. 2-0. M. 80. Diego Perotti, de penalti. 3-0. M. 90. Carriço, de cabeza, a la salida de un saque de esquina.

Árbitro: Slavko Vincic. Amonestó a Mitrovic, Zivkovic y Sofranac.

Ramón Sánchez Pizjuán. Unos 30.000 espectadores.

Como mejor ejemplo, sin duda, el primer gol. Tras varios intentos por superar la acumulación de hombres en defensa del conjunto montenegrino, un pase adelantado de Rakitic fue muy bien controlado por Bacca. Instinto de delantero a continuación. Tras el control orientado, remate lejos del portero. Una acción letal, lo mejor de este Sevilla donde jugadores como Medel, Marin (reservado por molestias musculares), Kondogbia y Gameiro deben aportar más que las buenas intenciones de Rabello o Jairo.

No tuvo problemas el Sevilla para despachar al Mladost, del nivel de un Segunda B de España, pero bien haría en pulir algunos defectos que siguen sembrando de interrogantes su futuro. En especial la escasa solvencia defensiva que desprende su pareja de centrales. Fazio no anda bien y Pareja debe coger el ritmo pronto. En apenas dos semanas los rivales comenzarán a exigir mucho más y se castigarán, sin duda, errores como los de Fazio al minuto de comenzar la segunda mitad. Con el 1-0 a favor, el argentino perdió la marca de Markovic, quien no tuvo fuerzas ni calidad para entrar en el área de Beto. Su remate, flojo y desviado, fue el mejor icono de su equipo, voluntarioso y ordenado, pero muy poco más.

El encuentro, que pudo quedar definido en varias acciones posteriores al gol de Bacca, como en un remate franco de Vitolo, se mantuvo demasiado tiempo con la corta ventaja obtenida por el Sevilla. La tuvo el propio Vitolo, quien solo ante el meta rival la cedió a Bacca, que no llegó. El segundo gol se hizo esperar, aunque se trataba de una cuestión de tiempo. Vitolo, mejor por la derecha, se inventó otra jugada para que el central Sofranac hiciera un claro penalti. Perotti, con tranquilidad, hizo el segundo gol. En la última jugada del encuentro, el portugués Carriço, que no se complica jamás en la posición de mediocentro, remató a la salida de un saque de esquina para hacer el tercero y convertir en un paseo turístico el viaje a Montenegro. Más tiempo para que este nuevo Sevilla se siga haciendo al son de Emery.

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