El Himalaya sigue devorando

Xevi Gómez, Abel Alonso y Álvaro Paredes forman parte de la lista negra de los montañeros españoles que han perdido la vida bajo el manto blanco de las montañas del Himalaya. El Gasherbrum I, conocido también como el Hidden Peak (Pico escondido), acogerá eternamente los restos de los tres alpinistas, que no lograron completar el descenso de la undécima montaña más alta del mundo —8.068 metros—, después de que se dieran por concluidas las labores de salvamento que se llevaban a cabo desde que se declarase su desaparición el pasado 14 de julio.

“Las bajísimas temperaturas de los últimos días, agravadas por la ventisca, la gran cantidad de nieve y la falta del equipo adecuado para permanecer tantos días a la intemperie determinan que los tres expedicionarios perdidos han fallecido”, rezaba el comunicado que dio a conocer la empresa Aragón Aventura, encargada de la organización de la expedición y de coordinar las tareas de salvamento junto con las autoridades de Pakistán.

Las bajas temperaturas y la falta de material para sobrevivir, claves en la renuncia

Los helicópteros realizaron un último análisis del terreno a primera hora de la tarde en el que no encontraron ni rastro de los cuerpos, lo que dio finalmente por concluida la operación de rescate. “Desde que conocimos su situación fuimos pesimistas, pero teníamos la obligación de mantener la esperanza y de hacer todo lo posible por localizarles”, comienta Javier Garrido, responsable de la empresa aragonesa y una de las personas que más ha trabajado en el rescate.

Xevi Gómez, Abel Alonso, Álvaro Paredes, David López y Alfredo García, junto con otros seis expedicionarios, llevaban desde el pasado mes de noviembre planificando la ascensión al Gasherbrum I. “Contrataron con nosotros la modalidad sin guía, no por limitaciones económicas sino porque era así como querían afrontar la ascensión. Todos tenían un nivel similar de experiencia. De hecho, yo mismo he participado con algunos de ellos en otras expediciones”, añade Garrido, que se mantuvo en contacto con el grupo desde que aterrizase en Pakistán el 20 de junio para llevar a cabo un periodo de aclimatación antes de atacar la cima del ochomil.

“Aunque no se conocían, los 11 miembros de la expedición, compartían los permisos necesarios para llevar a cabo la aventura. Después había grupos independientes, pero todos ellos tenían como objetivo coronar el C1”, ahonda el organizador. Fueron, sin embargo, Gómez, Alonso, Paredes, López y García quienes se lanzaron primero a la conquista de la montaña el 14 de julio, ya que el resto del grupo sufrió problemas gástricos, algo común en la montaña y en el país asiático, que les impidieron afrontar con suficientes garantías el ascenso.

David López y Alfredo García abandonaron la ascensión antes de alcanzar la cima, y mientras el primero pudo regresar al campo base, García, perdido y desorientado por el mal tiempo, tuvo que vivaquear (improvisar un refugio) para pasar la primera noche al raso. Después consiguió alcanzar el campo 3, donde permaneció hasta el miércoles 17, gracias al racionamiento del agua y del gas del que disponía. De hecho, pudo utilizar el teléfono para contactar con su familia y gestionar así el operativo de rescate.

Gómez, Alonso y Paredes, sin embargo, pudieron realizar la primera llamada de socorro para advertir de su situación, pero poco tiempo después perdieron toda posibilidad de contacto vía satélite. El mal tiempo y las constantes avalanchas provocaron que los helicópteros de rescate no pudieran sobrevolar la zona en la que se encontraban hasta este miércoles, demasiado tiempo según los expertos para poder sobrevivir en condiciones tan extremas. “Que hubieran conseguido permanecer con vida tras dos días hubiera sido un milagro”, zanja Garrido.

Con la pérdida de los tres montañeros, de 35, 40 y 38 años, ya son 62 los alpinistas españoles que han fallecido en el Himalaya, Karakórum e Hindú Kush desde 1971. El fallecimiento más reciente fue el del montañero Juanjo Garra, que pereció en el Dhaulagiri el pasado 27 de mayo.