Cinco momentos memorables
La noche del Gazpacho, el remate seco en Stamford Bridge, el Balón de Oro... repase las genialidades del brasileño
Presentación
“Tengo el gusto de presentarles a Ronaldo Assís de Moreira, conocido como Ronaldinho, campeón del mundo con Brasil”, anunció Joan Laporta, expresidente del Barcelona, con la zamarra azulgrana del brasilero en sus manos. Después de un periodo de crisis institucional y ausencia de títulos, el barcelonismo, sediento de cambios, focalizó toda su ilusión en el primer gran fichaje de la era Laporta, que pagó al Paris Saint Germain cerca de 27 millones de euros por su ficha. Y Ronnie no defraudó.
El 21 de julio de 2003 Ronaldhino se vistió por primera vez de azulgrana, saltó al campo y regaló su primera sonrisa a los aproximadamente 20.000 aficionados que se congregaron en el Camp Nou para recibir a su nuevo ídolo. El mismo día que fue presentado Ronaldinho, se conoció el adiós a Riquelme (pasó al Villareal). Cambio de etapa. Cambio de estado de ánimo. Se le decía adiós a la melancolía del argentino y hola a la alegría del brasileño.
El día del gazpacho
Las puertas del Camp Nou se abrieron a las 21.15 del 2 de septiembre de 2003. Era el primer partido en Liga de la temporada del Barça en casa frente al Sevilla y el debut de Ronaldinho frente a su público. Se formaron largas colas en las casetas donde se servía gazpacho, tabletas de chocolate y demás tipos de comidas. Pero el banquete sería más tarde. El partido comenzó recién pasada la medianoche, a las 00.05. Todavía faltaba para el festejo.
Con el partido 0-1, gracias al gol de penalti de la Perla Reyes a los 10 minutos del primer tiempo, Ronaldinho recibió el balón de Víctor Valdés en su propio campo. Lanzado en una carrera frenética y después de regatear con pasmosa facilidad a Martí y Casquero, el 10 azulgrana sacó un disparo a 40 metros de la portería que defendía Esteban. El cuero pegó en el larguero y se coló en el arco del equipo andaluz. Eran exactamente la 01.26 y 28 segundos. Era el momento de la fiesta.
Los 80.237 espectadores que estaban en el Camp Nou estallaron en júbilo y los sismógrafos del Observatori Fabra marcaron alerta cuando detectaron un foco puntual de movimiento sísmico. Era el día del estreno del nuevo ídolo. Era el día del debut en la red de Ronnie. Era el día del gazpacho. Y así lo seguirá siendo. “Pensé que me la iba a pasar a mí”, recuerda Sergio García. “Lo miraba a él a la velocidad que llevaba el balón y pensaba: Es capaz de hacerlo, ¡es capaz! Y finalmente cuando vi el disparo, me di cuenta que era gol y lo empecé a celebrar antes que entrara”, cuenta Gerard
Samba en Stamford Bridge
El 8 de marzo del 2005 el Barça visitó Stamford Bridge por los octavos de final de la Liga de Campeones. El equipo de Rijkaard cayó 4-2 frente al equipo de José Mourinho, pero Ronaldinho dejó una diana de colección. Una Imagen imborrable del mejor futbolista del momento.
Ronaldinho recibió el balón de Iniesta en el balcón del área. El cuero descansaba inmóvil en el césped, mientras el 10 del Barça, con la cabeza erguida y la mirada en la potería, amagaba con irse para un lado y para el otro. Bailaba al compás de una música inexistente que solo sonaba en la mente del brasilero, mientras Carvalho, con los ojos clavados en la pelota tambaleante antes los movimientos del crack, casi cae arrodillado. Las camisetas azules lo iban cercando, cuando Ronnie encontró el momento y lugar exacto para puntear el balón que se filtró entremedio de todos los jugadores del Chelsea y cayó en la red que defendía Petr Cech. Golazo. El Barça perdió la eliminatoria en manos del conjunto inglés, pero al año siguiente tuvo su revancha y se coronó, siempre de la mano de Ronaldinho en Paris, con su segunda Champions de su historia.
Chamartín se rinde a sus pies
El Santiago Bernabéu es tierra hostil para ir vestido de azulgrana. Pero Chamartín, viejo conocedor del buen fútbol, se guarda un lugar para las excepciones. Ronaldinho, una de ellas. El 19 de noviembre del 2005, el astro brasilero conquistó el feudo galáctico. El Barcelona de Frank Rijkaard le estampó un 0-3 al Real Madrid de Vanderlei Luxemburgo. De la mano de Ronnie –autor de dos goles- , Eto´o –gritó la primera diana de la noche- y un joven Messi el Barça se lució en el Bernabéu y el brasilero se puso la corona del rey del fútbol. La afición blanca lo reconoció con elegancia y le hizo reverencia. Un placer que con la zamarra del eterno rival solo disfrutaron Johan Cruyff y Diego Maradona.
“No sabía que el último jugador del Barça al que aplaudió el Bernabéu había sido Maradona. Eso hace que valore aún más el cariño con el que me han tratado en este campo”, agradeció Ronaldinho al finalizar el partido. “El público es inteligente. Ha hecho un partidazo y se lo han reconocido”, dijo Xavi Hernández. “Un momento como este pocos jugadores en su carrera tienen ocasión de disfrutarlo. No lo olvidaré nunca”, sentenció el 10 del Barça.
Se corona como el mejor
En el 2005 Ronaldinho alcanzó la cúspide del fútbol. Después de cerrar un año fantástico en el Barcelona, el 28 de noviembre de 2005 se alzó con el Balón de oro. Recogió el testigo que dejaba Andrei Shevchenko y se transformó en el cuarto jugador del Barça –antes lo habían conquistado: Johan Cruyff, 1973 y 1974; Hristo Stoichkov, 1994; y Rivaldo, 1999– en recibir el prestigioso premio que entregaba en soledad la revista France Football (hoy lo comparte con la FIFA).
“Solo quiero tener salud para seguir haciendo feliz a la gente que ama el fútbol”, dijo Ronaldinho tras ser galardonado. Su relación con el balón era una epidemia de felicidad para los amantes de fútbol y Ronnie lo sabía. El astro pudo cumplir la profecía de su padre (falleció trágicamente cuando él tenía siete años) y consagrase como el mejor futbolista del mundo, pero su llama se fue apagando y no perdió salud, pero sí voluntad y lo gente que ama el fútbol dejo de disfrutar de su talento.
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