La ambición de Márquez
El hambre y la madurez del piloto de Honda, nuevo líder de MotoGP tras su triunfo en Alemania, enciende la lucha por el título debido a las lesiones de Pedrosa y Lorenzo
Él dice que sí, que la presión le afecta, como cada año. Y explica que salió muy mal porque le faltó tensión. No estaban ni Pedrosa ni Lorenzo cerca; hasta ahora, con ellos en la pista, sabía que tenía que espabilar en cuanto el semáforo se apagara porque, si no, sus rivales se le escapaban en menos que tardaría en parpadear. Esta vez, desde la pole position, Marc Márquez, desprovisto de referentes, se despistó: “Supongo que estaba un poco nervioso”, confesó. Sabía que se esperaba de él que ganara la carrera, que lideraría la clasificación de MotoGP si lo hacía. “Pero parece que con presión trabajo mejor”, añadió jocoso. Ya se vio ayer en Alemania: Márquez nunca falla. Siempre responde a las expectativas; no le abruman los halagos; no tiene preocupaciones. Y si Lorenzo se marcha de vuelta al quirófano con la clavícula dañada y Pedrosa no corre porque no puede ni mantenerse en pie tras un tremendo golpe en la cabeza, él sabe que es su día. Quiere la victoria. Y la consigue.
El piloto catalán solo faltó al podio en el gran premio de Italia, donde se cayó
El debutante ganó en un circuito que le gusta, en el que había ganado en los últimos tres años; ganó en un trazado perfecto para la Honda, con fuertes frenadas y grandes aceleraciones. Ganó ahora que ya conoce mejor la categoría y, como explica su mentor Emilio Alzamora, la moto ya no le lleva a él, sino al revés; ahora que utiliza más la cabeza para correr: “Con todas las caídas que ha habido este fin de semana, ha estado muy tranquilo, está bien ver cómo está madurando”, comentaba el ex piloto.
“Sabía que me tocaría a mí liderar la prueba y tirar. Y me ha salido bastante bien”, declaraba el vencedor. Era la primera victoria en MotoGP que lograba después de rodar en solitario casi toda la prueba, desde que empezó a escaparse tras seis giros después dos adelantamientos magistrales a Rossi y a Bradl en la última curva. Fueron 24 vueltas sin ninguna otra rueda que seguir, sin ninguna referencia delante, calcando los cronos de los giros precedentes, exhibiendo un ritmo endemoniado, rodando siempre en el mismo segundo. Y él se sentía orgulloso. Aunque no la disfrutó tanto como otras. “Se me ha hecho bastante larga. Es más divertido cuando hay más pilotos ahí delante”, confesaba.
Ausentes los dos grandes aspirantes al título, Márquez, que siempre estuvo en casi todas las quinielas, a quien nunca han dejado de mirar los más veteranos con cierto miedo, tuvo una oportunidad y la aprovechó. Y ahora es él el contrincante más temido por los dos convalecientes, cuya presencia la semana que viene en Laguna Seca todavía no está confirmada.
“La carrera se me hizo larga. Es más divertido cuando hay más pilotos delante”, dice
“Es un piloto muy ambicioso”, apunta Alzamora, aunque insiste en recordar que tanto el corredor como el equipo se planteaban este curso, el primero en la categoría reina, como un año de aprendizaje. El protagonista, sin embargo, menos comedido, más pasional, advierte: “Somos líderes. Y después de ocho carreras eso no es casualidad”. Cierto. No lo es menos que compite contra excelentes y numerosos rivales. Después de que las lesiones dejaran a los dos favoritos sin correr en Alemania este fin de semana los cinco primeros clasificados están separados por solo 37 puntos, una nimiedad tras ocho citas; más si se observa que solo 11 separan al primero, Márquez —con dos de ventaja respecto a Pedrosa—, del tercero, Lorenzo. Por detrás, aprietan otras dos Yamaha, las de Crutchlow y Rossi. Es, sin duda, el Mundial más apretado de los últimos años. “Quizá he llegado en un mal año”, bromeaba el catalán, que no se ha bajado del podio más que en el gran premio de Italia, donde se cayó.
La proximidad de la siguiente cita, además, añade más interrogantes, más alicientes a un campeonato que necesitaba caras frescas, historias nuevas. En una semana la novena cita del calendario de MotoGP tendrá ganador. Y todavía es una incógnita si tanto Pedrosa como Lorenzo asistirán a Laguna Seca o volverán a sumar otro cero a su casillero. Este Mundial a punto de caramelo tiene más protagonistas que nunca.
Dudas también para Laguna Seca
Las ausencias de Lorenzo y Pedrosa en el Gran Premio de Alemania han sacudido el Mundial. Pero la lucha por el título se animará mucho más si alguno de ellos, o ambos, no corren tampoco el Gran Premio de Estados Unidos, que debe celebrarse esta misma semana en Laguna Seca (la carrera el domingo a las 23.00). Su presencia no está confirmada todavía.
En el caso de Pedrosa, el piloto, que regresó ayer a mediodía a Barcelona después de que sufriera un nuevo episodio de hipotensión tras la conmoción cerebral del sábado, deberá pasar un exhaustivo control médico este lunes en la ciudad catalana para descartar cualquier otra dolencia. En caso de que no se observe ningún empeoramiento de su estado, todavía tendrá que valorar si quiere competir con una pequeña fractura no desplazada en una clavícula, que podría terminar de romperse fácilmente.
Lorenzo, por su parte, debe valorar si quiere volver a exponerse de nuevo al riesgo de otra caída, como le pasó en Alemania después de caerse en Holanda. Una tercera operación en ese hueso tan machacado en tan poco tiempo podría dificultar la recuperación. El Mundial sigue pendiente de los partes médicos.
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