El Balonmano Atlético agoniza

El Atlético de Madrid de balonmano, campeón de Copa, subcampeón de Liga y cuartofinalista de la Champions, puede tener las horas contadas. Una deuda con Hacienda de cerca de un millón de euros tiene pinta de ser la estocada final para el club, que además arrastra pagos pendientes con jugadores y proveedores. El club que preside Domingo Díaz de Mera, que se llevó la entidad a Madrid desde Ciudad Real hace dos años, podría anunciar en las próximas horas la desaparición del equipo, según han confirmado diversas fuentes, debido al agujero económico.

La incapacidad de negociar la deuda con Hacienda y la decisión de Díaz de Mera de no hacerse cargo de más cuentas pendientes abocan al Atlético a una situación que parecía haberse evitado en los últimos años. El técnico Talant Dujshebaev había confirmado que seguiría al frente del equipo, y su continuidad garantizaba la de los campeones del mundo Joan Cañellas y Julen Aginagalde, así como la llegada de su hijo, la joven promesa Alex Dujshebaev. Sin embargo, ante este nuevo panorama, el Atlético les habría comunicado en las últimas horas que deberán buscarse un equipo para la próxima temporada.

Su desaparición dejaría herida de muerte a la Liga Asobal

Desde que dejase Ciudad Real, donde llegó a convertirse en el mejor club del mundo, el Atlético ha sido incapaz de encontrar un patrocinador que pudiese mantener vivo al club. Todo ha sido en vano. El único dinero que entraba era el que aportaba el club de fútbol, que daba nombre al equipo aunque no dependía directamente de él, y Díaz de Mera.

La situación del Atlético deja también herida de muerte a la Liga Asobal. La superioridad del Barcelona con respecto a los otros clubes es descomunal. De confirmarse la desaparición, la competición tendría que buscar un sustituto para el Atlético. El Academia Octavio y el Bidasoa, un histórico que ya pasó por una situación agónica, son los mejores colocados.

El Atlético vive unas horas de angustia pendiente de su futuro. Si se confirman los peores augurios, sería la segunda desaparición, después de que a principios de los noventa Jesús Gil prescindiera de las secciones.