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Verdasco recupera el saque

El español gana 6-2, 6-4 y 6-4 a Gulbis y busca sus primeros cuartos grandes desde 2010 contra De Schepper, el número 80

Juan José Mateo
 Verdasco golpea la pelota ante Gulbis.
Verdasco golpea la pelota ante Gulbis.KERIM OKTEN (EFE)

El sol que por fin ilumina Londres alumbra un partido de solidez granítica por parte de Fernando Verdasco. El madrileño, que fue el número siete del mundo, llegó a Wimbledon hundido en el ránking (número 54), tras tocar fondo en 2013 con su peor clasificación desde 2005 (59) y con entrenador (Ricardo Sánchez) y raqueta nueva. La hierba, por ahora, le ha servido de cura: hoy eliminó 6-2, 6-4 y 6-4 al letón Gulbis, un talento desnortado, y se clasificó para sus primeros octavos en un torneo del Grand Slam desde los que alcanzó en el Abierto de Australia 2011. El madrileño buscará sus primeros cuartos en los grandes desde 2010 contra De Schepper, el número 80. Sobre césped, ha redescubierto un argumento: el saque.

Verdasco es el séptimo tenista que más aces ha disparado en lo que va de torneo (42) y el segundo de los que ya están en los octavos. Ha alcanzado esa buenísima cifra sin pagar el tributo de las dobles faltas (una en tres partidos) y sumándole varios datos interesantísimos: el 40% de sus saques no vuelven, gana el 83% de los puntos que disputa con primer servicio y solo ha cedido dos juegos con él al mando en tres encuentros.

Todo eso se le atragantó a Gulbis. “!Bota muy alto!”, le gritó a su banquillo sobre el saque del madrileño, un tiro venenoso, porque puede ser plano, cortado o liftado, y viene doblemente complicado por su condición de zurdo. Entonces, el letón, conocido por su personalidad volcánica, rebuscó entre sus recursos. Probó a ceder pista para que diera tiempo a que bajara la pelota. Probó a abalanzarse sobre esta para que no cogiera altura. Probó, también, a descentrar a Verdasco tomándose más tiempo del necesario para colocarse al resto, y por ello le amonestó el juez de silla. A la segunda advertencia, Gulbis pensó que había perdido el punto, que además era de break. Pascal Maria, el árbitro, le aclaró que no era así. “Menos mal”, le dijo el letón; “te iba a insultar, pero como solo es una advertencia…”

Verdasco fue justo lo contrario. No torció el gesto ni emitió una queja durante todo el encuentro. Silencioso y efectivo ("Jugué un partido casi perfecto", dijo luego), se plantó en los octavos de un grande por primera vez desde enero de 2011. La catarata de eliminaciones de favoritos le abren camino. A los 29 años, es ahora o nunca para que deje su huella en Wimbledon.

Remontada de Ferrer

David Ferrer remontó  6-7, 7-6, 2-6, 6-1 y 6-2 a Dolgopolov en tercera ronda y se medirá a Dodig en la lucha por los cuartos de Wimbledon. El alicantino vivió un martirio. Tras sacar por la primera manga, la perdió en el desempate; de nuevo cedió el saque cuando podía hacer suya la segunda, que conquistó en el tie-break, y, finalmente, mientras le atendían por los dolores que sufría en un dedo del pie derecho y penaba de un esguince en el tobillo izquierdo, remontó apretando los dientes.

"Luché", resumió luego el alicantino, que será el número tres mundial cuando acabe el torneo y aún podría ser hasta el número dos dependiendo de sus resultados y los del británico Andy Murray.

Por otra parte, Igor Sijsling se retiró de su partido de tercera ronda contra Dodig y aumentó a 13 el total de abandonos entre todas las rondas de Wimbledon. La marca iguala el récord negativo de toda la historia del torneo (2008).

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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