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“En el pueblo me siguen dando collejas”

Javi Martínez, durante un entrenamiento con la selección.
Javi Martínez, durante un entrenamiento con la selección.FELIPE TRUEBA (EFE)

Javi Martínez (Ayegui, Navarra, 1988) es un tipo vital, feliz, que contagia buen rollo. Ya era así cuando no había logrado la gesta de ganar tres títulos (Champions, Liga y Copa) con el Bayern de Múnich en su primer año en Alemania. Acaba de cumplir el sueño de conocer Nueva York y abre los ojos como platos contemplando la belleza de Río de Janeiro, emocionado ante la posibilidad de descubrir Maracaná. A la espera de conocer a Guardiola en Múnich, disfruta la vida. Antes de empezar pide: “Si digo tacos, quítalos que luego mi madre me regaña”.

Pregunta. ¿Imaginó que sería campeón de Europa?

Respuesta. Me lo dice hace 10 años, o dos, y para nada. Veía las finales de la Champions por la tele y ni lo soñaba. Y cuando llegué a la selección, y conocí a Xavi, Busi, Iniesta y les veía jugar en Roma y en Wembley… Me moría de envidia, y pensaba: “Qué suerte tienen de vivir esas cosas”. Y cuando era pequeño, imagínese lo lejos que quedaba del pueblo una final de Champions.

P. ¿Han roto la hegemonía del Barcelona?

R. No, no se rompe por un año. Podemos lograrlo porque tenemos un gran equipo, porque viene Guardiola y eso aumentará la competitividad. No dejará que nos relajemos. Pero el Barcelona ha marcado una época. Nosotros estamos empezando la que espero sea la nuestra.

P. ¿Siempre quiso ser futbolista?

R. De pequeño quería ser deportista, jugar a lo que fuera. Y mi madre me decía: “Decídete”. Se me daba bien el baloncesto. En Navarra gané un concurso de triples y me dieron una beca para ir a Alicante. Cuando llegué, me enteré de que había el mismo campus de fútbol y me apunté. Pero estaba con niños más pequeños y me aburría, y me pasaron al básquet. Yo ya jugaba en el Logroñés, creo, era muy pequeño, debía de tener 10 años. Ya era muy alto. Duré nueve días. El campus era de 15 y me tuvieron que venir a buscar porque echaba de menos a mis padres. Siempre he sido muy casero.

P. ¿Nunca jugó a pelota?

R. Si, íbamos al frontón, pero menos, en la cuadrilla nos dio por el fútbol. En el pueblo, de niño, jugaba partidos hasta con una lata. Jugábamos en una acequia, un día me gustaría enseñarla. No es que hiciera bajada, es que era una cuesta. Pero éramos muy felices.

P. ¿Se acordó de la acequia en Wembley?

R. De la acequia, de los amigos, y de la familia, de los esfuerzos que hicieron mis padres. Yo disfrutaba, los que se sacrificaban eran ellos. Si estoy aquí es por su esfuerzo, no por el mío. Yo lo pasaba bien, las palizas se las daban ellos y a veces creo que no se lo agradeceré nunca lo suficiente. Mi padre currando todo el día, mi madre igual, y por la tarde dejaba la carnicería para llevarme a entrenar, ¡todas las tardes! Tenía que ir mi tío. Se esforzaron por mí lo que no está escrito. Gracias a ellos soy futbolista.

P. ¿En Ayegui sigue siendo uno más o es usted Dios?

R. Allí sigo siendo uno más, me siguen cayendo collejas, como siempre.

P. ¿Le dio vértigo ir a Múnich?

R. Siempre quise crecer como jugador. Mi familia fue la primera que me animó y sabía que primero en Bilbao y luego en Múnich estarían conmigo. Un poco de miedo sí, pero cada vez soy más aventurero.

Todos los futbolistas tendrían que tener a Bielsa de entrenador una vez en su vida”

P. ¿Le dolió irse del Athletic como se fue, sin despedirse?

R. Me hubiese gustado irme de otra manera, claro. Pero no hubo tiempo, se dio como se dio. Para mí el Athletic siempre será algo especial, le debo mucho y siempre le estaré agradecido, pero todo fue tan rápido...

P. ¿Se fue harto de Bielsa?

R. Me fui porque era una oportunidad única. Bielsa me enseñó mucho. A jugar de central y a entender el fútbol de otra manera. Todos deberían trabajar con él por lo menos una vez en la vida.

P. Por la llamada de Del Bosque al Mundial suspendió la ruta 66 que pensaba hacer con los amigos. ¿Es su sueño?

R. Sí. Lo teníamos todo listo para ir en 2010, pero tuve la suerte de ir al Mundial y tuvimos que aplazarlo, luego el Europeo sub-21, la Eurocopa del año pasado..., así que lo tengo pendiente. Por lo menos en este viaje he conocido Miami y Nueva York.

P. ¿Qué ha descubierto en Múnich?

R. Primero que hace mucho frío, como en Navarra pero a lo bruto. Y que es muy bonito, me fui a los Alpes y son fantásticos. Pero es un rollo de vida diferente. Vas por la calle y no oyes a nadie gritar. Iba con los amigos y solo se nos escuchaba a nosotros, da un poco de vergüenza. Y que los alemanes son muy honrados.

P. ¿Y el vestuario qué tal?

R. Cualquier vestuario es incomparable al que yo conocí en el Athletic. No hay otro ni habrá jamás como el de los últimos seis años en Bilbao. Pero me ha sorprendido, pensaba que iba a ser peor, que la gente iba a ir más a su bola, que serían más estrellas.

P. Pero ha vivido con Iker, Xavi, Iniesta, Villa, Ramos...

R. Ya, pero somos todos de aquí… allí uno es de Austria, el otro brasileño, hay alemanes…. Yo pensaba que serían más serios, pero son bromistas, alegres, buena gente. Son tan majos que como no sabía alemán no me hicieron cantar en el vestuario.

Javi Martínez conduce la pelota ante el uruguayo Cebolla Rodríguez.
Javi Martínez conduce la pelota ante el uruguayo Cebolla Rodríguez.J. F. (AS)

P. ¿Cantar?

R. Cuando llegas te hacen cantar pero como yo no me enteraba de nada me lo perdonaron. Por eso les sigo diciendo que no hablo nada...

P. ¿Se imaginaba la posibilidad de ganar tres títulos?

R. Al poco de llegar, Pizarro me dijo: “Vamos ganarlo todo”. Y yo le decía: “Va tío, no digas eso que eso trae mala suerte y además es imposible”. Y el día que ganamos la Copa me dijo: “¿Lo ves?”.

P. ¿En qué medida le salvó la vida que Heynckes, el entrenador, hablara castellano?

R. Fue una gran ayuda. Él daba las charlas en alemán y luego me lo explicaba en castellano. Al principio fue duro. Comíamos en las concentraciones y yo ahí callado, me pasaba horas y horas escuchando y me sentía ridículo. Poco a poco vas pillando. A Heynckes le entendía rápido en alemán porque habla muy claro. Hay otros que es como si te habla Navas en castellano. ¡A Jesús no le entiendo en castellano!

P. ¿Qué le enseñó Heynckes?

R. A competir en el fútbol alemán, y a entenderlo y jugarlo, que es diferente. Es un juego muy bonito. Hay mucho nivel, unos estadios increíbles, es rápido, fuerte, directo, de calidad.

P. Thomas Müller dice que Guardiola les hará mejorar…

R. Sí, nos va a hacer marcarnos nuevos récords. Me apetece mucho que empiece.

Yo jugaba partidos hasta con una lata. En una acequia. Me gustaría enseñarla”

P. ¿Conoce la anécdota de Schweinsteiger y su entrenador?

R. Sí, ¿lo de que fue a su despacho a hablar de mí?

P. Esa. Cuando felicitó al entrenador por haberle fichado y le dijo: “Javi es lo que necesitábamos”.

R. Me dio mucha confianza. Como juego cerca suyo, me ha ayudado mucho. Es muy divertido, pero muy profesional.

P. ¿Conoce a Beckenbauer?

R. ¡Sí! Siempre le quería saludar porque es un mito, me hacía ilusión. Un día fui a presentarme y estuve a punto de pedirle una foto. Me dio vergüenza.

P. ¿Y la Oktoberfest, mejor o peor que San Fermín?

R. Está muy bien, pero tienes que ir vestido de bávaro. Si no, te miran como un bicho raro. Este año me compraré traje. La diferencia es que empieza muy pronto y a las 0.00 cierran. A esa hora en San Fermín casi no has empezado.

P. Con Azpilicueta y Monreal, son tres navarros en la selección, ¿qué le dice eso?

R. Estoy orgulloso. Los navarros también lo están.

P. ¿Qué supone Maracaná?

R. ¡Una enorme ilusión! Cuando eres pequeño y escuchas Maracaná, te queda tan lejos... Y ahora está tan cerca. Me hace mucha ilusión solo el hecho de ir a entrenarme allí. Ya le digo, el fútbol me hace regalos cada día.

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