Espargaró recupera la confianza

Se siente como en casa porque prácticamente está en ella. Dice que desde su salón escucha a las motos o los coches trazar las curvas del circuito de Montmeló. Pol Espargaró es y vive en Granollers, a poco más de seis kilómetros del mismísimo trazado donde se celebra el GP de Catalunya. Y ahí, en casa, es donde ha recuperado la confianza perdida en los albores de este campeonato mundial, en la categoría de Moto2, que estaba llamado a ganar. Ha empezado por apuntarse la pole, algo que no hacía desde la primera carrera del año, en Catar, que es de momento también la única que ha ganado. Y este domingo luchará por volver a saborear la victoria en unas curvas que conoce como la palma de su mano.

Parece haber olvidado los problemas de agarre de los que se ha quejado desde hace algunas carreras. Y está concentrado en mejorar sin mirar de reojo lo que hace ninguno de sus vecinos, ni siquiera el que tiene más cerca, Tito Rabat, que ha rendido mejor que él en el inicio del curso. No valen las excusas. Y menos en el jardín de casa. Lo sabe Espargaró. “Vivo a cinco minutos de aquí, así que lograr resultados aquí es increíble. Tengo un buen ritmo, espero mantener la concentración porque quiero y necesito recuperarle puntos a Scott. Tengo buenas expectativas: quizá pueda empezar a recortarle puntos aquí mañana”, dijo.

Pues, efectivamente, el que no pierde de vista a Espargaró, además de su compañero de equipo, Tito Rabat, que saldrá tercero, es Scott Redding, líder de Moto2. El inglés, al que le costó cazar a los más rápidos del día, dijo haber tenido problemas con su motor: “la velocidad punta es muy mala, me costaba seguir a otros pilotos en la recta; lo comprobaremos, quizá lo cambiemos si realmente hay algo mal”, indicó. Con problemas o no, Redding está siendo este 2013 todo lo consistente que no fue en años anteriores. Y hasta en un día delicado se coló en la primera fila de la parrilla. Saldrá segundo. Y si soluciona sus problemas mecánicos será una mosca cojonera para Espargaró. O, al menos, eso intentará. Lo mismo que Rabat, que aseguró tener ritmo suficiente para seguirles.