El Barça sobrevive al Palacio
Los azulgrana, liderados por un gran Navarro (19 puntos), vencen al Madrid (71-72), igualan la serie y recuperan la ventaja de campo en la final
Con menos polémica, más sudor y la misma intriga, el Barcelona sobrevivió al Palacio y empató la final, que ahora toma el puente aéreo otorgando la ventaja de campo a los azulgrana. Tras una intensa batalla física liderada por los capitanes de ambos equipos, Reyes y Navarro (13 y 19 puntos respectivamente), el Madrid dispuso de la última posesión para apuntarse la victoria. Se la jugó Sergio Rodríguez, pero en esta ocasión, relativizando su estado de gracia, falló. El balón hizo la corbata escurriéndose alrededor del aro y Carroll no pudo levantar el rebote en una nueva acción para el debate. Otro capítulo vibrante para una serie épica, de vaivenes indescifrables y finales abiertos.
REAL MADRID, 71 - BARCELONA REGAL, 72
R. Madrid: Llull (8), Rudy Fernández (11), Carlos Suárez (2), Mirotic (10), Begic (7) —equipo inicial—; Draper (3), Felipe Reyes (13), Sergio Rodríguez (2), Carroll (4), Darden (7) y Slaughter (4).
Barcelona Regal: Marcelinho (3), Navarro (19), Ingles (4), Wallace (6), Tomic (8) —equipo inicial—; Sada (2), Jasikevicius (0), Todorovic (2), Mavrokefalidis (8), Rabaseda (0), Oleson (14) y Lorbek (6).
Parciales:10-11, 26-15, 19-20 y 16-26.
Árbitros: Hierrezuelo, G. González y Cortés. Eliminados por faltas: Tomic (m. 37), Reyes (m. 38) y Mirotic (m. 39).
Palacio de Deportes. 12.348 espectadores. El Barcelona empata la serie 1-1 al mejor de cinco partidos. Próximo encuentro, viernes a las 22.00, TVE o Tdp y E3.
Un triple de Mirotic, otro malabarístico de Llull y dos puntos más de Suárez sellaron la carta de presentación de los blancos con un 8-0 de parcial que atajó la anunciada sobreexcitación azulgrana en pos del desquite. La secuencia creció con dos puntos más con los que Mirotic redondeó uno de los contragolpes del libro de estilo madridista. Destemplado en el primer encuentro de la serie, los cinco puntos del ala-pívot montenegrino en apenas cinco minutos igualaban su producción anotadora del domingo forzando además el primer tiempo muerto de Pascual, con 10-2 en el marcador. Pero el Barça reaccionó al instante, equilibró la pelea bajo los aros, comenzó a percutir en ataque y, con Navarro y Oleson como estiletes, cerró el primer acto por delante (10-11).
Surtió efecto momentáneamente la atosigante defensa de ayudas azulgrana hasta que, en un elogio de la paciencia, pautado de nuevo por Sergio Rodríguez, los de Laso comenzaron a lubricar su engranaje en busca del pase extra que encontrara la posición idónea de tiro, aunque ello les costara bordear la cornisa al límite de la posesión. Cada ataque era una batalla, cada rebote una refriega, cada bloqueo una escaramuza y cada decisión arbitral un motivo de gresca y una excusa para escenificar la sensación de agravio. Otra contienda de la máxima exigencia física que el Madrid fue manejando con tiento mientras el Barça entregaba su alma a la determinación de Navarro. Cuando el capitán azulgrana se sentó en busca de resuello al filo del descanso los locales aprovecharon para estirar la renta hasta los 10 puntos (36-26, m.20). Para entonces, ya había desaparecido un enigmático Mirotic, pero Begic marcaba el paso en su baile con Tomic, y Rudy consolidaba el dominio del rebote.
Mientras el conjunto de Laso diversificaba su producción anotadora, con meritorias apariciones episódicas de alguno de los menos habituales, como Darden, en el Barça, sin noticias de la brújula de Marcelinho ni del tino de Sada ni del nervio de Wallace y Mavrokefalidis, apenas Oleson secundaba a un Navarro notable.
El banquillo madridista, más profundo y enérgico, ofrecía una amplia variedad y Laso recurrió de nuevo a Draper para gestionar la velocidad de crucero. Pero cuando su equipo había acumulado la máxima renta (39-26, m. 21) se atascó ante la zona azulgrana y desperdició los ahorros en un santiamén, encajando un parcial de 0-11 que ajustó de nuevo el pulso (39-37, m. 23). Cargado de moral, abrazado a la abnegación de Reyes y aupado por los 12.000 parroquianos que abarrotaban el Palacio, el Madrid volvió a subir ladera arriba y devolvió el golpe con un contundente 14-2 que dejó la partida en 53-39 a falta de 12 minutos. Una renta y un reloj parecidos a los que el Barça no supo gestionar el domingo. Tampoco resultó suficiente para los locales.
Navarro salió del banquillo con su disfraz de superhéroe y Pascual volvió a enredar el ataque rival con otra zona laberíntica para los blancos, que se fueron diluyendo en su afán contemporizador. Incapaz de encontrar el descabello, el Madrid dio vida a la última embestida del Barça. El acordeón de la anotación volvió a estrechar la contabilidad (65-64 a falta de 2m44s) y abocó a los contendientes a otro final de foto finish. Las faltas personales se fueron cobrando sus primeras piezas. Primero se fue Tomic, ensimismado desde hace semanas, y después, a falta de 1m 15s, lo hizo Felipe Reyes, barnizado en sudor. Tan guadianesco como providencial para su equipo, despertó entonces Mirotic, con cinco puntos consecutivos que pusieron el 71-67 a 52 segundos. Un triple de Wallace (que desperdició un tiro adicional), una pérdida de balón del Madrid y dos tiros libres de Oleson lo voltearon hasta el 71-72 a falta de 7,07s y Sergio Rodríguez falló el tiro de gracia.
Vídeo: Resumen del partido
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