Sé español, lleva publicidad gratis
Fernando Alarza, subcampeón mundial sub 23 de triatlón, cuenta cómo la federación, que no le paga nada, quiere obligarle a lucir sus patrocinadores en detrimento de los suyos
Competir hace mes y medio en San Diego (California) le costó a Fernando Alarza 1.700 euros que el triatleta de Talavera de la Reina (1991) consiguió de sus patrocinadores. “Y al menos, con el premio por el puesto que conseguí pude recuperar lo gastado. Fue lo comido por lo servido”, dice Alarza, campeón mundial júnior en 2010, actual subcampeón mundial sub 23 y junto a Mario Mola el futuro del triatlón español detrás de Javier Gómez Noya. Uno, que si llega a los Juegos de Río de Janeiro 2016, y lo tiene todo para llegar, será gracias a los patrocinadores que decoran su mono de competición. Y como él, Noya y Mola, y todos los que aspiran a ser grandes. “La federación no paga nada”, dice Alarza, que de momento vive becado en la Blume, en cuyas instalaciones se entrena. “Ni viajes, ni becas, ni entrenadores”.
Esta penuria la acepta sin rechistar Alarza, pese a que le apene, pues dada su calidad tiene patrocinadores suficientes para sobrevivir. Pero este difícil equilibrio también corre peligro, como pudo comprobar el pasado domingo en la prueba de World Series de Madrid, de la que se tuvo que retirar lesionado, con una fascitis plantar, por la pretensión federativa de que los triatletas lleven en los lugares preferentes de sus monos la publicidad de dos patrocinadores federativos y dejen los suyos propios en un lugar secundario, si caben. “Estamos firmando contratos con los triatletas para permitir llevar su publicidad privada cuando compitan con España”, explicó el pasado jueves José Hidalgo, presidente de la federación española, quien aprovechó la conferencia de prensa previa a la prueba madrileña para efectuar firmas públicas con Mola y Gómez Noya.
Tengo la sensación de que me toman el pelo; no me costean ni viajes ni técnicos...”
“Pero a mí me marginó la federación y ni me ofreció el contrato”, subraya Alarza. “Hace 10 días, cuando me enseñaron el borrador, les pregunté si era una broma. Querían que prácticamente en todas las competiciones internacionales sus sponsors se comieran los mejores espacios. Y no entendían que si quitaba yo a los míos nadie me pagaría nada, ¿Y cómo podía competir entonces? Así que como no he firmado ningún contrato decidí usar en Madrid mi propio mono, y no el que me pasaba la federación, que lo veía como una encerrona”.
A la gran esperanza para los Juegos de Río 2016, competir en San Diego le costó 1.700 euros
Mientras Alarza está pensando irse de la Blume dado el ambiente envenenado que se respira desde que en las elecciones federativas los mejores triatletas y sus entrenadores decidieran apoyar al candidato de la oposición, finalmente derrotado por Hidalgo, Mario Mola ya tomó la decisión de marcharse de Madrid y España antes de que acabara 2012. El triatleta balear, actualmente tercero en la clasificación del Mundial que lidera Gómez Noya, se buscó un nuevo entrenador, el canadiense Joel Filliol, y se estableció durante el invierno en la muy calurosa ciudad de Clermont, junto a Orlando, en Florida, allí donde se entrenan grandes atletas de élite, como el velocista norteamericano Tyson Gay. “Me lo tengo que pagar todo yo, viajes, hoteles, entrenador, claro, y gracias a mis patrocinadores puedo”, dice Mola, ya con experiencia olímpica en Londres. “Ahora, nos estableceremos todo el grupo de Filliol en Banyoles”.
No se conocen los términos del contrato propuesto a Mola con la federación, pero el balear sí que lo firmó. Alarza no sabe qué pasará de aquí en adelante. “Pero a veces tengo la sensación de que me toman el pelo. Te dan su publicidad y te dicen, ‘como corres por España, haz esto por la federación”, sostiene. “Y yo me siento más español que nadie, pero quien me paga no es la federación”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.