El Rayo se queda a las puertas
El equipo de Paco Jémez, incapaz de vencer (2-2) a un Athletic que jugó con 10 durante 80 minutos
Tenía más problemas el Rayo en los despachos que en el césped. Con la octava plaza asegurada, luchaba por olvidarse de los demás y dedicarse a los asuntos propios. La aspiración era ser séptimo, superando al Betis, -pero ambos empataron y todo quedó igual que estaba- y centrarse en sus asuntos jurídicos con el TAS sin esperar a los asuntos jurídicos del Málaga con el TAS. El TAS, habitual en asuntos de ciclismo y atletismo, se ha convertido ya en un referente para el fútbol español. Ahora, Europa se juega en los despachos, si el Rayo -asesorado por Javier Tebas- quiere jugar la partida para concluir la Liga más larga de la historia.
Se supone que al Rayo se lo puso fácil Muñiz Fernández al expulsar a Aduriz en el minuto 10 por dos amonestaciones: la primera, lo siguiente a rigurosa; la segunda, justa. Se supone que el Rayo tenía una carretera cuesta abajo por la que transitar más con el embrague que con el freno. Es decir, confiarse a la inteligencia de Trashorras, el oportunismo de Piti o la pelea de José Carlos. Todo sostenido por el sentido táctico de Javi Fuego que lee los partidos en vertical, en horizontal y en transversal. Se supone que la decisión de Muñiz Fernández debía restarle la ambición al Athletic, al que le iba la dignidad en el empeño, y, sin embargo, la respuesta rojiblanca al exigente juez fue un disparo al poste de Ibai Gómez, el futbolista más atrevido del Athletic, el que abanderó un silencio, si se puede, aunque les esperasen 80 minutos en inferioridad.
RAYO, 2; ATHLETIC, 2
Rayo Vallecano: Rubén; Arbilla, Figueras (Lass, m.58), Gálvez, Nacho (Tito, m. 45); Trashorras, Javi Fuego; José Carlos, Vázquez, Piti; Chory Domínguez (Delibasic, m. 73). No utilizados Cobeño; Adrián, Labaka y Pera.
Athletic: Iraizoz; Iraola, Gurpegui, San José, Aurtenetxe; Herrera (Castillo, m. 62), Iturraspe, De Marcos; Susaeta, Aduriz e Ibai Gómez (Toquero, m. 79). No utilizados: Raúl, Llorente, Ruiz de Galarreta, I, López y Ekiza.
Goles: 1-0. M.19. Vázquez. 1-1. M. 30. Susaeta. 1-2. M. 48. Aurtenetxe. 2-2. M. 54. Piti.
Árbitro: Muñiz Fernández. Expulsó a Aduriz, (m. 10) por doble amonestación. Amonestó a Gurpegui, San José, Iraizoz y Javi Fuego.
Unos 12.000 espectadores en Vallecas.
Lo que no se supone es que el Rayo se adormiló por momentos hasta que entre Aurtenetxe, dormido, e Iraizoz, despistado, favorecieron el gol de Vázquez en un libre indirecto, que resucitó al equipo de Paco Jémez. Pero el Athletic había asumido una atracción que le gusta: los partidos con toboganes. A veces el tobogán se lo pone el contrario, a veces lo instala el mismo. El de bajada lo puso Susaeta al culminar un rondo entre Ibai Gómez y De Marcos, y la segunda cuesta la aprovechó Aurtenetxe para adelantarse en el marcador al comienzo de la segunda.
El de subida lo puso Iraizoz, cuando se le ablandaron las manos al coger un balón que parecía un peluche y ponerlo en la cabeza de Piti para que, casi sin querer, lo metiera en la portería. El Rayo era Trashorras, pero el Rayo no era remate. Era como si el peso de los despachos le atenazara más que lo que le liberaba la inferioridad numérica del Athletic. Sí, atacaba, si, merodeaba por el área, pero parecía que buscaba más otro regaliz de Iraizoz que una genialidad de sus futbolistas. Pero el portero del Athletic había vaciado el bolsillo y el empate le dejó al Athletic y al, Rayo en su sitio: a los franjirrojos, en espera del TAS, si recurren la negativa da su licencia europea y el mismo tribunal se la deniega, además al Málaga y a los rojiblancos en el desierto de la clasificación.
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