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Nadal, obligado a un maratón

La lluvia suspende el duelo del español con Martin Klizan y le fuerza a jugar tres partidos en cuatro días para llegar a cuartos

Juan José Mateo
Nadal, en el calentamiento del partido contra Klizan.
Nadal, en el calentamiento del partido contra Klizan.KENZO TRIBOUILLARD (AFP)

Esto es como los doce trabajos de Hércules, una tarea a la altura de un titán: como la lluvia obligó a cancelar su partido de segunda ronda contra el eslovaco Klizan, Rafael Nadal tendrá que ganar tres encuentros en cuatro días para estar en los cuartos de final de Roland Garros, su torneo fetiche. Eso, en términos competitivos, es un maratón lleno de vallas. El mallorquín pondrá a prueba el filo de su raqueta, la capacidad de sus pulmones y la resistencia de su rodilla izquierda, en la que sigue llevando un vendaje compresor en entrenamientos y partidos. Especialista en superar situaciones adversas, el aguacero de París mide también su equilibrio interior y el de los tenistas implicados en los otros 13 partidos individuales cancelados o suspendidos. Como dijo Novak Djokovic tras ganar 6-2, 6-0 y 6-2 a Pella: “Mentalmente, lo que te puede ocurrir con las interrupciones por lluvia es impredecible”.

Especialista en interrupciones, ya venció a Soderling empleando cinco días

Así pasan las cosas. Justo después de que el número uno se presente en el club vistiendo un casquete de waterpolista, su irónica manera de prepararse para el aguacero, Nadal tiene que calentar y parar varias veces, porque tres veces empieza y dos se para el encuentro que precede al suyo, que Victoria Azarenka le gana a Beck por 6-4 y 6-3. El mallorquín aguarda en la caseta enfrentado a decenas de preguntas. Combatiendo los nervios. Maldiciendo, probablemente, la programación.

“Lo más importante en esta situación, con las interrupciones y los retrasos por la lluvia, es no frustrarse mentalmente”, argumenta luego Nole, aliviado por su rápida victoria, liberado como para hacerse una foto con el móvil de un seguidor y amagar con llevárselo consigo entre las risas de la grada. “Es una línea muy fina. Calientas. Te preparas mentalmente para entrar en la pista. Tu intensidad llega al punto adecuado... y de repente te dicen que no puedes jugar. No es fácil calentar, enfriarte, ponerte las vendas, quitártelas, decidir si ducharte o no ducharte”, sigue el número uno, que se citó con Dimitrov, su verdugo del Masters de Madrid. “Cuanto más experiencia tienes en la situación, mejor”.

Resultados de segunda ronda

Hombres. F. Fognini (It.)-L. Rosol (R. Ch.), 6-2, 7-6(3), 2-6 y 6-1.G. Dimitrov (Bul.)-L. Pouille (Fr.), 6-1, 7-6(4), 6-1.

Mujeres. M-Sands (EEUU)-L. Na (Ch.), 5-7, 6-3 y 6-2. J. Jankovic (Ser.)-G. Muguruza, 6-3 y 6-0.

Nadal, que llegó a saltar a la pista y a terminar el calentamiento con Klizan, es el jugador de la élite más bregado en la materia. Este es un tenista que con 17 años, allá por 2005, ya le echó un pulso en París al local Grosjean y le ganó en un duelo que la lluvia partió entre dos días de furia, con el público desatado en apoyo de su favorito. Este es un campeón que en 2007, cuando la hierba aún era verde en Wimbledon, empleó cinco días para tumbar al sueco Robin Soderling en la catedral del césped, cuando parecía que las tormentas les perseguían. Este, finalmente, es un competidor inquebrantable, que en su debut parisino de 2008 también vio cómo el agua le obligaba a un doble esfuerzo contra el brasileño Bellucci; que en 2009 domó a un tornado y al chileno González en cuartos del Abierto de EEUU; y que en 2012 en París, en una final que empezó en domingo y acabó en lunes, acabó alzando el título. Casi siempre que sus encuentros fueron interrumpidos y retrasados hasta el día siguiente, Nadal emergió como el vencedor. En esas situaciones, el mallorquín ganó una doble batalla: la que le enfrentó a su contrario y la que le cruzó con las presiones de un programa competitivo comprimido. Como dijo Djokovic: “No se puede influir en la naturaleza”.

Mañana, en París, el heptacampeón comienza un maratón que pondrá a prueba su raqueta y sus rodillas… si las tormentas lo permiten.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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