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Pablo el fiero

Carreño, con 21 años la mejor esperanza española, debuta en un grande contra Roger Federer y tras superar siete meses de baja por una hernia discal

J. J. M.
Pablo Carreño.
Pablo Carreño. FERNANDO ROSALES (DIARIO AS)

Se llama Pablo Carreño, pero podrían decirle Pablo el fiero. “Por esto lucho”, cuenta por teléfono el número 166 del mundo cuando habla de mirarle a los ojos al genial Roger Federer, el rival que le espera este domingo en su primer partido en Roland Garros, que es su debut en un grande. “No todo el mundo puede vivir esto, un sueño, una experiencia única”, se regocija Carreño, convertido a los 21 años en la mejor esperanza del tenis español por trayectoria (victorias contra tenistas del top-25), entorno (le entrena Javier Duarte, exseleccionador y extécnico de Corretja), y convencimiento: Carreño juega en París tras superar siete meses de baja, la consecuencia de una operación por una hernia discal.

“La lesión me cortó totalmente”, recuerda Carreño, que con 19 años asaltaba un puesto entre los 100 mejores tenistas del mundo (133). “Lo más duro fue volver a jugar. El quirófano sabe mal, pero vuelves a las pistas, y entonces no te notas bien, como antes, y todo supone un esfuerzo grande”, continúa. “Este año, cuando empezamos, estaba cerca del 700 del mundo. Empecé muy bien, y ahora el objetivo es alcanzar el top-100 y seguir para adelante, no quedarme ahí, seguir para adelante”, insiste.

No todo el mundo puede vivir esto, un sueño, una experiencia única Pablo Carreño

El convencimiento de Carreño no es cosa cualquiera. En una época de declaraciones prudentes, él habla desde los resultados: siete torneos futures ganados en lo que va de curso (42 victorias y 1 derrota); semifinales en el ATP de Estoril, donde tumbó a Fognini (número 25) y estiró hasta la tercera manga a Wawrinka (número 16), finalista una semana después en el masters 1000 de Madrid; victorias en arcilla sobre especialistas como Andújar y nombres asentados como el de Bennetau.

“Soy un tenista constante, sólido de fondo, que intenta dominar con la derecha”, se define Carreño. “No sé si soy un sacador, pero voy mejorando y con el saque hago daño”.

El gijonés, jugador con percha de tenista del siglo XXI (1,88m y 74 kilos), cuenta con el aval de un técnico de prestigio. Javier Dudu Duarte. Uno de los entrenadores que pilotó la conquista de la primera Copa Davis (2000). El mismo que esculpió la carrera de Alex Corretja. Uno que hace tres años vio a Carreño y vio el futuro. “Me dice: ‘Sé mentalmente fuerte. Pelea. Lucha hasta el final”. En París, Carreño contra Federer.

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Sobre la firma

J. J. M.
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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