La senadora Domínguez y la ley
Pese a ser portavoz del PP en la comisión en la que se estudiará la norma antidopaje, la atleta no participará en los debates Su partido enmendó el texto para dar valor al pasaporte biológico
La enmienda número 22 presentada por el PP a la futura ley antidopaje aserta el valor indudable del pasaporte biológico del deportista (la línea de vida de sus valores hematológicos en el tiempo) como “sistema de detección de anomalías avalado por el Tribunal Arbitral del Deporte”.
A la ironía cinematográfica, o la justicia poética, les habría encantado que tal enmienda y la ley entera en sí hubieran sido defendidas en la comisión correspondiente y en el pleno senatorial que la debe aprobar antes del 6 de junio próximo precisamente por la senadora Marta Domínguez, cuyo pasaporte biológico señala, según la federación internacional de atletismo (IAAF), anomalías que hacen sospechar el uso de dopaje sanguíneo. Y la posibilidad de ello pudo haber sido probabilidad dado que la atleta palentina, la mejor española de la historia, es la portavoz del Partido Popular en la comisión de Educación y Deporte en el Senado, precisamente aquella en la que se debatirá la ley antes de llegar al pleno. Sin embargo, “y ya desde hace bastante”, según fuentes del PP, el grupo parlamentario decidió que la atleta no disponía ni de “la formación ni de la experiencia política” necesarias para un trabajo de tal enjundia y designó como ponentes (los que representan al partido en los debates en comisión y pleno) a dos senadores licenciados en Farmacia, Paquita Mendiola, de La Rioja, y Francisco José Fernández, de Ourense.
Si la corredora es sancionada por dopaje el PSOE solicitará su dimisión
La única preocupación que mostró Marta Domínguez, de 37 años, sobre la ley que adaptará la legislación española al Código Mundial Antidopaje, se refería, según un dirigente al que trasladó sus inquietudes, a la posibilidad de que tuviera carácter retroactivo. Respiró cuando le confirmaron que su retroactividad sería de carácter voluntario, para quien quisiera acogerse ella por considerarla ley mejor. Por lo demás, Marta Domínguez, se ha mantenido muda. También ayer, en el pleno en el que participó, también ante los medios de comunicación para explicar el alcance de sus problemas con la IAAF y una posible sanción por dopaje.
Su mudez, su negativa al trato público, que incomoda grandemente en el Senado a sus compañeros de grupo, incluido su colega como atleta y campeón del mundo Abel Antón (a quien suplió en la portavocía de la comisión), es desconcertante para las autoridades deportivas y antidopaje, que se ven incapaces de influir en un comportamiento que en su opinión daña grandemente la imagen que quieren de España (su marca y su Madrid 2020).
Fuentes del PSOE han mostrado su preocupación por lo “chocante” de la situación y aseguran que una vez concluido el expediente, y si la atleta es sancionada por dopaje, solicitarán su dimisión inmediata.
“Dudo que vayamos a hacer ningún comunicado porque si la información es fiable o no, se va a saber en cualquier caso” José Rodríguez, abogado de Marta domínguez
La impotencia actual, reflejada en el silencio de los órganos y en la nota de prensa en la que la Agencia Estatal Antidopaje (AEA) se declaraba ajena a cualquier procedimiento, es reminiscente de la mostrada hace semanas tras las revelaciones de este diario sobre la amplitud y el carácter de sus relaciones, incluidas las programaciones dopantes para el Mundial de 2005, con el médico Eufemiano Fuentes, juzgado y condenado en la Operación Puerto.
El abogado de la atleta, José Rodríguez, que no respondió a la petición de este diario para ofrecer su versión, indicó a la agencia Efe ayer que no tenía intención, por ahora, de tomar postura al respecto. “De momento no vamos a hacer nada. Aunque la última palabra la tiene Marta, dudo que vayamos a hacer ningún comunicado porque si la información es fiable o no, se va a saber en cualquier caso, y hay cuestiones que desconocemos”, dijo Rodríguez. “Es difícil salir al paso de algo que desconocemos”.
Tampoco la federación española, de la que Marta Domínguez fue vicepresidenta hasta su implicación en la Operación Galgo, ofreció ningún tipo de reacción público aparte de remitirse a la ley de protección de datos que les prohíbe comentar cualquier caso que pueda estar en marcha. El organismo presidido desde 1989 por José María Odriozola, y con el apoyo expreso de la campeona Mundial de Berlín 2009 en las últimas elecciones, está aún a la espera de que la IAAF le remita el expediente del pasaporte biológico de Domínguez.
Una vez se reciba el dossier, la federación se lo comunicaría a la atleta, que quedaría inmediatamente suspendida provisionalmente, y a su comité de competición, compuesto por tres abogadas e independiente en su funcionamiento de la propia federación. Dada la complejidad científica de todos los expedientes por pasaporte biológico, es probable que el caso se arrastre durante meses y que su resolución final no se produzca en España sino en Lausana, en el Tribunal Arbitral del Deporte, como ya ocurrió con Alberto Contador, absuelto de entrada por la federación española de ciclismo y suspendido finalmente dos años.
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