“¿Pero cuántas rojas me han sacado este año?”
Diego Costa dice estar preparado para controlar su carácter y Simeone le ha mentalizado para no entrar en provocaciones
La semana pasada, con siete kilogramos de plomo distribuidos por un panel de bolsillitos que configuraban un chaleco hasta la mitad del torso, Diego Costa se asemejaba más a un GEO que a un futbolista. La minicoraza con la que se ejercitó respondía a un plan diseñado para aumentar su potencia y ha sido aplicado a más futbolistas del plantel con vistas a la cita de mañana en el Bernabéu. Por sus cualidades físicas y futbolísticas, Costa se antoja fundamental en el guion que prepara Simeone para derrotar al Madrid. El técnico le ha cuidado en el aspecto físico, no le alineó de inicio ante el Barcelona el pasado domingo por unas molestias en los isquiotibialess, y en el plano psicológico. Desde el entorno del futbolista aseguran estar convencidos de que habrá un momento en que los futbolistas del Madrid lo buscarán para provocarle, pero afirman también que El Cholo le está mentalizando para que no deje al equipo en inferioridad.
Simeone, que concentra al equipo en San Rafael para revivir las sensaciones del doblete, cuando ejercía de espoleta anímica aporreando puertas, trata de evitar acciones como la de los dos últimos derbis, en las que de haber sido descubierto por los árbitros Costa podría haber sido expulsado. Durante los últimos días, el ariete transmite tranquilidad e incluso denota cierto enojo cuando se le pregunta si está mentalizado para no dejar al equipo sin un jugador en el campo. “¿Pero cuántas rojas me han sacado este año? Si fuera que me hubieran expulsado cinco veces por temporada, pero este año solo ha sido una”, asegura Costa, que ha visto 10 amarillas en Liga y una en la Copa. El club le defiende porque entiende que él también es víctima de insultos y agresiones por parte de rivales que intentan desestabilizarle.
Al técnico le recuerda a él como futbolista por su personalidad y su juego “al límite”
Durante la semana, Costa ha recibido la visita de varios amigos y se le ve feliz. Sus transformaciones anímicas en la hierba son difíciles de interpretar incluso para quienes le tratan con asiduidad. Les cuesta entender esos vaivenes en una personalidad alegre, extravertida y muy sensible fuera del campo. Hay quien dice que pocas veces le han visto tan bajo anímicamente como cuando el año pasado atropelló a su perro mientras aparcaba. “Él está tranquilo, está acostumbrado a jugar así, ya sabemos como es él”, asegura Cebolla Rodríguez
Si el control de la explosividad temperamental de Costa es decisivo, la física jugará un papel clave en el ataque rojiblanco. Simeone trabaja sobre la idea de un equipo corto en el que los jugadores de fuera se metan hacia el centro para cerrar los pasillos interiores del Madrid, una de sus grandes preocupaciones. En la transición robo-contragolpe generada desde ese embudo es donde la potencia del delantero brasileño cobra relevancia ante la debilitada defensa del Madrid, que ha perdido a Varane por lesión y posiblemente a Pepe por decisión técnica, dos centrales muy físicos. “Me da igual el que juegue”, asegura Costa. “Juntitos, esperar y zas”, se escucha en el Cerro del Espino de Majadahonda.
Ese zas es el momento asignado para que Costa para se despliegue en velocidad con esos desmarques que tanto han condicionado el juego ofensivo del Atlético desde que explotara y se asentara como un jugador indiscutible para su entrenador, que ha confesado ver en él una especie de reminiscencia de sus tiempos de futbolista. “Se emplea al máximo, pero debe aprender a dosificar su fuerza. Tiene que controlarse en ocasiones porque un futbolista es bueno si potencia sus virtudes y esconde sus defectos. Hay quien dice que juega al límite, pero lo mismo decían de mí”, explica el técnico en el libro de reciente publicación El efecto Simeone. En el capítulo dedicado al brasileño, igualado con Cristiano a siete tantos como el máximo goleador de la Copa, el técnico también confiesa el impacto que le causó el tirón del delantero rojiblanco entre sus compañeros al comprobar cómo jaleaban sus goles mientras estaba cedido en el Rayo Vallecano. Ahora, su camiseta es la tercera más vendida en la tienda oficial del club por detrás de la de Falcao y la de Arda. Ha adelantado a Adrián, tal y como también ha sucedido en las preferencias de Simeone sobre el campo.
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