“Mi juego merecía algo mejor”

Pasan los años y en los labios de Sergio García se repite el mismo mensaje. “Mi juego merecía un resultado mejor”, dijo ayer, tras acabar octavo, como podía haber dicho en tantas otras ediciones de un grande. Se repite el discurso y se repiten los hechos. Son 18 las clasificaciones del Niño entre los 10 mejores de un grande sin haberse llevado la gloria, un registro que ningún golfista en activo exhibe.

García es un meritorio siempre a las puertas del premio gordo. Pero a la que sube escalones, le entra el vértigo. Su peor vuelta en este Masters, los 76 golpes del viernes, llegó cuando partía como líder. Es citarse con la historia y El Niño se agarrota, se bloquea. El problema no parece que esté en sus manos sino en su confianza. Un poco de temple le hubiera valido para estar ayer en el podio con opciones de todo. Pero se vino abajo y no explotó el tesoro que tiene en sus dedos. “Es el mejor Masters que he jugado, pero el resultado no me ha acompañado. No sé si Augusta me devolverá esta cuenta pendiente. Tengo que mejorar mucho si quiero tener opciones de ganar aquí”.

El día, el torneo, se le hizo también larguísimo a Gonzalo Fernández-Castaño, que tendrá pesadillas con el hoyo 18: cuatro bogeys en cuatro días. Aunque la calma la había perdido antes, cuando necesitó tres putts en el hoyo 13. “El juego corto no está ahí”, lamentó. “Siento que le doy mejor que nunca a la bola, pero el juego corto te afecta a la paciencia, y la mía es limitada. Al final he estallado”. Y aunque firmara su mejor clasificación en un grande (20º), se le escapó en ese último tramo el pasaporte directo para el próximo Masters (los 12 primeros). “Me cuesta ver lo positivo. Pensé que era mi semana y no he sabido aprovecharla. No sé cuándo voy a llegar de juego a un grande como ahora. Es muy frustrante. Ahora tengo que trabajar duro para recuperar el juego corto”.

Con los nervios algo tocados acabó su maestro Olazábal, aunque con buenas sensaciones tras una semana de su mejor golf del año. Y con la admiración de Pep Guardiola, que seguía la jornada a pie de green. “El Masters es como cuatro finales de Champions seguidas”, le dijo el técnico a Olazábal.