El Niño y Augusta, amor y odio

Hay algo extraño en la relación de Sergio García con el Masters de Augusta. Como un amor no correspondido, o como un amor-odio que no tiene fin. Los encontronazos del castellonense con el campo son tan comunes que hasta le costaron en su día una disculpa oficial. Fue en 2009. Después de una última vuelta de 74 golpes (en los dos años anteriores no había pasado el corte), El Niño acusó al campo de sus desgracias. “Este campo no es justo, es demasiado complicado, una lotería”, afirmó en Golf Channel. ¿Y entonces, qué haría usted para corregirlo?, le preguntaron a continuación. “No me importa, que hagan lo que quieran, no es mi problema”, zanjó él. Era de nuevo García echándole las culpas al empedrado, a la falta de suerte, la climatología o no se sabe qué…

El berrinche sentó mal en Augusta, muy celoso de su exclusividad y orgulloso de su estupendo campo. De modo que el español tuvo que disculparse de manera oficial mediante un comunicado: “Quiero pedir perdón, sobre todo a los socios del Augusta National. Terminé muy frustrado y bastante caliente, y en vez de echarle la culpa al único que se lo merecía, a mí mismo, culpé al campo de Augusta. Reconozco que me pasé y nunca debí decirlo. Últimamente no me veo al cien por cien y eso es bastante frustrante. Cuando trabajas, te esfuerzas, lo das todo y ves que no salen las cosas, es difícil no desesperarse. Tal vez haya sido demasiado ansioso después de haber conseguido ser número dos del mundo. Espero haber aprendido la lección”.

Sergio García suma este año su 15ª participación en el Masters desde su debut como amateur en 1999. Ha fallado en corte en cuatro ocasiones, su mejor resultado fue un cuarto puesto en 2004 y su media de golpes por vuelta era hasta ahora de 73,1. Sus 66 impactos de este jueves igualan su mejor registro (2004). En 49 vueltas en total, ha bajado del par en 14.

Que Sergio no acabó de aprender la lección con aquello se vio el año pasado, cuando otra vez afloró su sangre caliente después de la tercera ronda: “Después de 13 años, hoy ha sido el día en que me he dado cuenta. No soy capaz de ganar un grande. Esa es la realidad. No soy lo suficientemente bueno y ahora lo sé. Llevo 13 años intentándolo y no me noto capaz de ganar. No sé lo que me ocurre. Puede ser algo psicológico… pero si los golpes no entran… Es más sencillo de lo que parece. Después de 13 años, se me acaban las opciones. No soy bueno para los grandes, ya está. Intentaré ser segundo, o tercero… Y no pasa nada, se puede vivir sin un major”.

Este jueves, después de situarse como líder del Masters, volvió otra vez sobre sus palabras: “Quizás me equivoqué, estaba frustrado”. El Niño y Augusta, amor y odio.