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Un artista llamado Sergio Rodríguez

El Madrid arrolla al Maccabi gracias a la aparición estelar del base, que lideró un parcial de 24-4 en el segundo cuarto

Sergio Rodríguez supera a Hickman
Sergio Rodríguez supera a HickmanPIERRE-PHILIPPE MARCOU (AFP)

Hay muchos tipos de jugadores. Estilistas, fajadores, armarios, metralletas, pegatinas o locomotoras. Y luego están los artistas. Como decían en Sevilla que le pasaba a Curro Romero, los artistas no torean todos los días, pero cuando cogen la onda, levantan al público de sus asientos pues el respetable es consciente de estar asistiendo a una faena al alcance de unos pocos privilegiados. El Madrid tiene uno y se llama Sergio Rodríguez. Hubo un tiempo donde se llegó a pensar que había perdido su duende. Lo recuperó a tiempo la temporada pasada y desde entonces no hay que quitarle el ojo de encima cada vez que sale a la cancha, no vaya a ser que te pierdas algo grande.

Andaba el Madrid algo desnortado después de que un triple de Hickman completase un primer cuarto donde el Maccabi pareció algo y el Madrid bien poco (14-23). Quizás no todo fue culpa de los madridistas, pues visto lo que ocurrió después, se puede decir que el Maccabi dio todo lo que tenía en esos primeros 10 minutos. Al Madrid le costó coger el pulso al partido a pesar del buen inicio de Rudy, la puntería no estaba afinada y uno de los objetivos del partido, dejar al Maccabi por debajo de los 80 puntos (su estadística cuando los consigue es abrumadoramente positiva), tampoco cumplía los plazos. Pero lo partidos, como decía Juanito, son muy largos, y el fondo de armario, llegados a este punto de la competición, resulta decisivo. Mientras David Platt, entrenador del Maccabi, tuvo que echar mano de una segunda unidad que deja bastante que desear, en el Madrid le llegó el turno a Sergio Rodríguez.

Real Madrid, 79 - Maccabi, 53

Real Madrid: Llull (8), Rudy Fernández (15), Suárez (4), Mirotic (14) y Begic (5) —cinco inicial—; Sergio Rodríguez (10), Draper (0), Carroll (8), Reyes (8), Slaughter (5) y Hettsheimeir (2).

Maccabi: Ohayon (4), Hickman (9), Smith (7), Caner-Medley (8) y James (9) —cinco inicial—; Logan (2), Roth (1), Pnini (1), Landesberg (5), Eliyahu (2) y Planinic (5).

Parciales: 14-23; 24-4; 21-16 y 20-10.

Árbitros: R. Ankarali (Turquía), M. Boltauzer (Eslovenia) y R. Lottermoser (Alemania). Sin eliminados.

8.076 espectadores en el Palacio de los Deportes de Madrid.

De su mano, velocidad, extraordinaria visión de juego y hasta sentido estético, Sergio provocó un estropicio del que ya nunca se recuperaría el Maccabi. Con una velocidad extra en su juego, el Madrid dio un paso adelante en su intensidad defensiva y una vez tapados los caminos hacia su canasta, se lanzó hacia la contraria. Era el Madrid fluido y contundente que acaparaba elogios hasta hace un mes, resolutivo como seguramente no hay otro en Europa y fiero en la lucha por el rebote en ambas canastas. Al Maccabi se le hizo de noche y el Madrid, iluminado por Sergio Rodríguez y con Carroll como martillo pilón, dio un puñetazo encima de la mesa que dejó temblando para los restos a sus rivales, hasta el punto de lograr un parcial en este segundo cuarto escandaloso (24-4).

Bronca entre Pablo Laso y Mirotic
Bronca entre Pablo Laso y MiroticJuanJo Martin (EFE)

Como tiene el equipo blanco cierta tendencia a la ciclotimia, había que esperar a la vuelta del descanso para saber si el partido había cogido ya velocidad de crucero o todavía tenía reservada alguna sorpresa. La respuesta fue rápida. Rudy y Mirotic se encargaron de seguir produciendo y Slaughter defendía mucho mejor que lo que antes lo había hecho Begic. Llegados al meridiano del tercer cuarto (49-36) y a la vista que el Maccabi seguía en las catacumbas, solo un cortocircuito podía poner en duda la primera victoria. Pudo producirse con la sorprendente bronca que tuvieron Pablo Laso y Mirotic a cuenta de una técnica señalada al jugador, pero ni por esas el Madrid se destempló, lo que era señal de una gran concentración. Volvió Sergio Rodríguez, siguieron entrando los triples y el Maccabi sacó bandera blanca de rendición antes de terminar el tercer cuarto (59-43). El resto fue un ejercicio de alternancia entre la contención que pedía el partido y la natural predisposición de este equipo para divertirse jugando. Ambas cosas, por cierto, dirigidas por el hombre del partido.

Visto lo visto, con la gran diferencia de potencial y recursos humanos que mostraron ambos equipos, podría pensarse que esta eliminatoria no debería tener mucha historia. Pero lo bueno de unos playoffs es que cada partido es una nueva aventura. Mañana comienza otra, en la que además de fijarnos en el resultado, albergaremos la ilusión de asistir a otra obra maestra de ese artista llamado Sergio Rodríguez.

Laso: “Niko debe aprender cosas”

F. SÁEZ

Mediado el tercer cuarto, con 49-37 en el marcador, Mirotic recibió una técnica por aplaudir una decisión arbitral y dio lugar a la imagen del partido. Era la cuarta falta personal del ala-pívot y la acción enfadó sobremanera a Laso que le reprendió con dureza. Mirotic no aguantó el rapapolvo de su entrenador y se sublevó levantándose de la silla con ánimo de encararse con él. Tras unos segundos de tensión en el banquillo madridista, la intervención de Begic, que se interpuso entre ambos, puso fin al episodio. “Niko se queja por una mala decisión arbitral. Probablemente tenga razón, pero los jugadores deben entender hasta qué punto puedes aguantar la protesta. La técnica supuso su cuarta falta y el Maccabi podía haber entrado en el partido. No me ha gustado su reacción y nada más. Debe aprender estas cosas, es muy joven, y debe ser inteligente”, explicó Laso tras el encuentro.

Fue la intrahistoria de un encuentro que se rompió en nueve minutos de excelso baloncesto del Madrid en el segundo cuarto al son que marcó Sergio Rodríguez. Los primeros 10 minutos concluyeron con 14-23 a favor del Maccabi y el segundo acto comenzó con un triple de Landesberg a los 23 segundos que otorgaba la máxima ventaja a los de Blatt, pero ahí frenó en seco el Maccabi. El Madrid desató un huracán y, con un parcial de 24-1, se ventiló el choque. Con una defensa firme, los blancos cimentaron sus transiciones de vértigo. Volvieron los contragolpes y los triples (11 de 22). Las asistencias y los puntos del Chacho —que acabó su sobresaliente actuación con un doble-doble, 10 y 10— destartalaron a los de Blatt. Los cuatro puntos del Maccabi en ese acto —un triple y un tiro libre— fueron la peor anotación de la historia del conjunto israelí.

“Hemos jugado un partido muy completo. Ha sido básico nuestro esfuerzo defensivo. En el segundo cuarto hemos dominado muchos aspectos clave para nuestro baloncesto”, analizó Laso al tiempo que huía de la euforia. “En el segundo partido espero al mejor Maccabi”. “Desde mitad del segundo cuarto hasta el final no tenemos excusa. Las estadísticas lo explican todo”, resumió Blatt contundente.

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