Vidas paralelas
Barcelona y Real Madrid expresan un comportamiento parecido en la Liga en vigilias de una Champions cuya ronda de cuartos está presidida por el duelo Bayern Múnich-Juventus
Los resultados de fin de semana obligan a reparar menos en la Liga y desviar la mirada hacia el calcio y la Bundesliga con vistas a los cuartos de final de la Champions. El mayor protagonismo queda reservado a la eliminatoria que enfrenta al Bayern Múnich con el Juventus. Los alemanes que entrena Jupp Heynckes, que será sustituido la próxima temporada por Pep Guardiola, están a punto de cantar el alirón después de un marcador de impacto contra el Hamburgo (9-2) mientras que los italianos refrendaron su liderato ante el Inter (1-2). El poder ofensivo bávaro es tan estimable como la organización defensiva del plantel turinés.
Bayern y Juventus son la principal alternativa a los representantes de la Liga. El Madrid es el claro favorito frente al Galatasaray, el currículo del Barcelona es muy superior al del París Saint Germain y el Málaga está en condiciones de disputar seriamente su cruce con el Borussia Dortmund. Españoles y alemanes aspiran a copar por tanto el cuadro de semifinales (23-24 de abril y 30 abril-1mayo) y a disputar después la final de Wembley (25 mayo).
Azulgrana y madridistas mantienen últimamente trayectorias parecidas en una Liga decantada a favor del Barça. Ambos penalizaron el sábado contra rivales que se juegan el descenso, como el Celta y el Zaragoza; los dos extrañaron a sus timoneles en la sala de máquinas: Xavi y Xabi; y uno y otro sobrevivieron por los goles de sus figuras, Messi y Cristiano Ronaldo, insensibles al virus FIFA, siempre competitivos.
Messi-Cristiano; Xavi-Xabi; Tello-Marcelo, las comparaciones no tienen fin en los grandes
Madrid y Barça también ganaron jugadores para la causa: Tello en el caso barcelonista y Marcelo en la madridista, de la misma manera que los suplentes pasaron de puntillas sobre la jornada, resignados a su suerte, disminuidos por los suplentes. No parece un asunto grave para Mourinho, que prescindirá un partido más de Casillas después de constatar el buen momento de Diego López, y en cambio es un asunto más preocupante para Tito Vilanova, quien reaparecerá mañana en París.
Recuperado Xavi y a la espera de que también pueda jugar Jordi Alba, de momento en la lista de convocados, al Barcelona le ocupan sus disfunciones defensivas —33 goles ha encajado en 29 jornadas por no recordar el 2-0 en Milán— y dificultades en cancha ajena: ha cedido 10 puntos en 10 partidos desde su derrota en Anoeta y solo ha contado la victoria en Granada. La calidad individual del PSG, coronada por Ibrahimovic, le exige recuperar su versión más agresiva: no sabe especular ni cerrar los partidos, incluso cuando Busquets forma en la divisoria con Song, más que nada porque los centrales y laterales no cierran bien a sus espaldas y en cambio funciona bien cuando presiona y reduce el campo a la mitad.
A favor del Barça, además del apoyo del ministro francés de Interior, Manuel Valls, nacido hace 50 años en Barcelona, juega la la voracidad de Messi —19 jornadas consecutivas marcando—, un jugador tan desequilibrante como Cristiano en el Madrid. El equipo de Mourinho puede prescindir de su capitán, Casillas, ante la visita del Galatasaray. Los 21 goles del portugués en 2013 parecen una garantía suficiente como para reparar más en la portería contraria que en la propia, incluso con la duda del central Varane.
Al Málaga ya le va bien que se hable del Madrid y del Barça y de su adversario, el Borussia Dortmund, como el aspirante tapado del torneo. No tiene cargas, lo mismo que le sucede al Bayern y la Juve, ahora mismo las alternativas más solidas al bipartidismo de Barça y Madrid. Ya se sabe en cualquier caso que la gracia de la Champions está en no respetar los pronósticos y el cuadro de cuartos propicia sorpresas.
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