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“Raikkonen y Alonso son pilotos como los de antes”

Oriol Puigdemont
Damon Hill, en Abu Dabi.
Damon Hill, en Abu Dabi.Cordon Press

Antes de proclamarse campeón del mundo de F-1 con Williams en 1996, Damon Graham Devereux Hill (Hampstead, Gran Bretaña, 1960) iba para piloto de motos o para roquero. El británico volaba con una Yamaha de 350cc y era el guitarra de Sexo, Hitler y las Hormonas, un grupo de punk del que ahora prefiere no acordarse. Damon recibía habitualmente visitas del calibre de Stirling Moss, Jim Clark, John Surtees y Jackie Stewart, que se acercaban a tomar café a casa de Bette y Graham [padre], coronado en 1962 (BRM) y en 1968 (Lotus). El accidente aéreo que el 29 de noviembre de 1975 le costó la vida a este último y a varios miembros de su equipo le marcó de por vida. Por un lado, porque la compañía de seguros dejó a la familia con lo puesto, y por otro porque eso le acercó a Frank Williams.

Pregunta. ¿Aún toca la guitarra?

Respuesta. No, que va. Me gustaría hacerlo de vez en cuando, pero mi nivel de guitarra me aconseja no hacerlo, dejémoslo allí.

P. ¿Cómo terminaron los Sexo, Hitler y las Hormonas?

R. Solo éramos un grupo de adolescentes en la época del punk. O sea, que nos pusimos un nombre estúpido y, como se imaginará, lo pasamos muy bien.

P. La parrilla de este año es la más joven de la historia, con una media de 27 años, dos meses y 20 días. ¿Cómo interpreta eso alguien que debutó en la F-1 con 32?

R. La cosa tampoco es tan distinta porque los pilotos llegan a su mejor momento cuando cumplen los 30, porque llegan al compromiso perfecto. En ese punto poseen una buena mezcla entre resistencia y experiencia, y aún poseen talento y determinación. Para un corredor, entonces empieza lo mejor porque en ese punto se da cuenta de que no va a permanecer mucho más tiempo en la F-1, empieza a ver cómo el final se va acercando.

P. ¿Por qué dejó el motociclismo?

R. Nunca corrí en karting porque prefería correr en motos, hubiera sido muy bueno de haber nacido en España, pero el tiempo no es demasiado bueno en Inglaterra. Además, me di cuenta de que la mayoría terminaba muy pronto su trayectoria. Eso me hizo pensar que con los coches podría alargarlo todo un poco más. Lo importante en este caso es que yo nunca tuve un padrino detrás, como por ejemplo ahora puede ser Red Bull. Tuve que buscarme la vida para encontrar mis oportunidades.

Lotus está demostrando que utilizan más la inteligencia

P. ¿Qué papel jugó Frank Williams?

R. Frank construyó un equipo ganador y yo tuve la suerte de poder estar en el momento indicado en el lugar preciso.

P. Sus estadísticas están repletas de encontronazos con Michael Schumacher. ¿Mantiene relación con él?

R. Nunca tuve ningún tipo de trato con él más allá del respeto mutuo que había. Michael es una persona muy celosa de su privacidad y eso le mantiene alejado.

P. Y aún debió alejarlos más la sanción que le impuso usted, haciendo de comisario, en Mónaco 2010, ¿no?

R. La decisión de sancionarle con 20 segundos al terminar la prueba fue colegiada por tres comisarios, y uno de ellos era yo. Siempre tuve miedo de que eso pudiera ocurrirme. Fue curioso saludarle cuando vino a exponernos su versión y le dije: "Hola Michael, me alegro de verte" (se ríe). Ahora me río de aquello, pero hasta llegué a recibir correos electrónicos amenazantes de uno de sus fans. Hubo gente que creyó que había decidido ir a por él por lo que había ocurrido entre nosotros en el pasado. Es estúpido, la típica reacción de alguien que no entiende que, en ese momento, mi responsabilidad hacia este deporte era mucho mayor que cualquier cosa que pudiera arrastrar de cuando corría.

P. Y ese episodio le llevó a no volver a actuar como comisario.

R. Es que nunca me sentí a gusto en ese papel. En mi opinión, los comisarios deben pertenecer a la FIA, y los pilotos se tienen que limitar a ofrecerles su punto de vista. Lo que deben hacer es transmitir a los comisarios si una acción puntual entra dentro de los estándares aceptables dentro de la pista, o los extralimita.

P. ¿Le ha sorprendido el arranque de Lotus?

R. Es increíble, están haciendo un gran trabajo con este coche. Han entendido mejor que nadie cómo afrontar este curso, aunque Ferrari también está demostrando su competitividad. Creo que ambos identificaron muy bien qué necesitaban para estar delante. Si algo vale la pena destacar de Lotus es que tiene menos presupuesto que Ferrari y Red Bull, y ese es uno de los ejemplos que justifica la limitación de costes. No importa tanto cuánto dinero tienes sino cómo lo empleas para conseguir buenos resultados. Se merecen el éxito que les acompaña porque están demostrando que utilizan más la inteligencia.

P. ¿Y qué le parece Raikkonen?

R. Kimi es un piloto de los de antes, lo mismo que Fernando. Los dos tienen mucha confianza en sí mismos. Aunque cada uno a su manera, coinciden en que han decidido hacer de las carreras su vida. Y, además, están en ese punto en que deciden de qué modo quieren vivirlo. En este negocio necesitas tener mucha personalidad para poder expresarte de la forma que quieres, porque creo que eso es un derecho individual que debe prevalecer. En ocasiones, los corredores deben rendirse y renunciar a su personalidad para poder encajar en un equipo. Lo vemos en McLaren, donde los pilotos habitualmente se van porque la escudería no valora sus características individuales.

P. ¿Considera igual la forma en que Alonso y Raikkonen abordan su profesión?

R. Fernando lo hace exactamente como quiere, nadie le dice lo que tiene que hacer. Y él está manejando Ferrari. Eso es lo que queremos ver, la influencia del piloto en la estructura. Kimi le ofrece a su equipo lo que quiere ofrecerle, y no hay problema en eso, porque no quiere asumir la responsabilidad de Fernando. Sabe una cosa, un piloto rápido es aquel que es feliz. Si Kimi quiere correr hoy, pues déjale correr. Pero si le presionas, por ejemplo con un contrato, seguro que no lo hará tan bien.

P. Usted perdió el título de 1994 en la última carrera y por un margen muy pequeño (un solo punto), algo que a Alonso le ha pasado más de una vez. Él asegura que no se siente frustrado. ¿Le cree?

R. Los pilotos tienen que poner cara de valientes. Ellos quieren ganar, y muchas veces no lo consigues por una diferencia mínima. Alain Prost perdió un Mundial (1984) por medio punto. Esto funciona de la siguiente manera: miras atrás y sabes que los resultados son lo único que cuantifica lo que has hecho y trabajado. Dicho esto, los hay que tienen más suerte que otros.

P. Teniendo en cuenta esto último, ¿quién es el piloto más rápido de la parrilla?

R. Lewis Hamilton.

P. Usted compitió contra el dúo Ferrari-Schumacher durante varias temporadas. ¿En qué se diferencia aquel equipo del de hoy en día?

R. La escudería contra la que yo corrí era el punto de partida de aquella que logró tanto éxito, y aún estaban sufriendo para dar con un bólido competitivo con Michael, Ross Brawn y Jean Todt. Lo que me impresiona es ver cómo Stefano y Fernando han conseguido que Ferrari se sobrepusiera a la marcha de Brawn y Todt. Pensé que se habían quedado sin talento, pero queda claro que han encontrado a gente muy buena.

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