Ráfaga demoledora
El Madrid resulta imparable al coincidir de forma infrecuente Modric, Özil y Kaká
Impecablemente ceñido en su traje azul oscuro, Gregorio Manzano abandonó el Bernabéu frustrado por los puntos perdidos (5-2) pero convencido de que su equipo solo se había doblegado ante una fuerza irresistible. “Cuando el Barcelona y el Madrid juegan al cien por cien no hay quien los pare en la Liga”, dijo el entrenador del Mallorca, “y en Europa solo hay tres o cuatro equipos que les pueden dar problemas”.
A diferencia de la plantilla del Barça, corta arriba y atrás, la del Madrid ofrece recursos más variados que no han sido explotados a fondo. El sábado, contra el Mallorca, el mánager José Mourinho desarrolló un experimento pionero. Apurado por la necesidad de remontar el 1-2, por primera vez en siete meses de competición alineó juntos a Modric, Özil, Kaká, Benzema, Higuaín y Cristiano. Coincidieron apenas 17 minutos pero les bastó para meter tres goles y ponerle un sello casi definitivo al partido: 4-1.
Özil es el jugador que más fue por mi posición y sé lo difícil que es marcarlo. Hace todo fácil" Tissone, jugador del Mallorca
Mourinho aplicó la fórmula en el minuto 46. En el minuto 49, una oportunidad perdida por Bigas a tres metros del arco le hizo dudar y mandó a calentar a Alonso. En los 10 minutos que el tolosarra tardó en ejercitarse por la banda, el Madrid se puso 4-1. Entonces Mourinho quitó a Kaká para que Alonso administrara la ventaja adquirida.
Fernando Tissone, uno de los dos volantes de contención del Mallorca, asistió a los ataques del Madrid en primera línea. En su opinión, en la remontada madridista no fue tan determinante el volumen de juego generado por la suma de mediapuntas como el acierto de Cristiano y Modric, y el desacierto de Bigas, en jugadas puntuales. “Lo fundamental fue que Pedro Bigas erró el 1-3”, dice Tissone. “A los dos minutos Cristiano nos hizo el 2-2 y a los cuatro Modric nos metió el 3-2. En seis minutos nos hicieron dos golazos sin que nosotros cometiésemos ningún error. Ahí empezaron a crear mucho fútbol, con la tranquilidad de que no tenían que buscar el resultado jugando para adelante: les bastaba con controlar el balón y hacerlo girar. No es que el Madrid generara las situaciones: el 2-2 fue por un córner, y el 3-2 por un rechace de Pina que le llegó justo a Modric”.
El despliegue de Modric como mediocentro único durante 17 minutos resultó novedoso. Mourinho probó a Modric en el medio centro contra el Espanyol, el Celta y el Betis en la primera vuelta del campeonato, pero siempre le acompañó de un volante de brega: Khedira, Essien o Alonso. Los ensayos le convencieron de que el croata no poseía las condiciones físicas idóneas para cubrir con solvencia la parte ancha del campo ante adversarios de primer nivel.
Contra el Manchester en Old Trafford, en la segunda parte, cuando se vio obligado a remontar el 1-0, Mourinho alineó juntos a Modric, Kaká y Özil pero ninguno jugó como mediocentro. Todos se movieron en la media punta por delante de Alonso y Khedira. Apenas coincidieron 12 minutos pero fueron los momentos decisivos. Cuando Mourinho sustituyó a Özil por Pepe, en el minuto 71, el Madrid ganaba 1-2. A partir de ahí sufrió para conservar la ventaja a pesar de tener un futbolista más por la expulsión de Nani.
El último precedente liguero de la coincidencia de Modric, Kaká y Özil fue en Málaga. Entonces, forzado por la necesidad de remontar un 3-1, Mourinho cambió a Alonso por Modric en el minuto 73. El Madrid, desgastado en el tramo final del partido, no tuvo tiempo de pasar del 3-2.
“Cristiano va al triple de la velocidad que van los demás”, recuerda Tissone, que, tras una pausa, confiesa su predilección, “pero Özil es el jugador que más fue por mi posición y sé lo difícil que es marcarlo. Hace todo fácil. Cosas que para otros jugadores son difíciles para él son muy simples. Eso ayuda a todos sus compañeros. Él no necesita la velocidad para gambetear. Le basta con mover el cuerpo y sale de la misma manera para la derecha que para la izquierda. Hay jugadores que sólo van para un lado”.
Özil por sí solo es la bomba. Asociado a Kaká y a Modric se inicia una reacción en cadena de potencial apenas explorado.
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