Nadal deja mudo a Federer
El español jugará las semifinales de Indian Wells contra Berdych tras ganar 6-4 y 6-2 al suizo
Roger Federer se queda mudo. Dolido en la espalda, el suizo se inclina 4-6 y 2-6 ante Rafael Nadal, que se clasifica para las semifinales del masters 1000 de Indian Wells, su primer torneo sobre cemento tras penar siete meses una rotura parcial de ligamento rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda. El español competirá por la final contra el checo Tomas Berdych. Sin alcanzar aún su mejor versión, Nadal deja al suizo sin posibilidades de diálogo, convertido en espectador privilegiado de su monólogo. El número cinco niega cualquier debate al número dos. Es un Nadal contundente. Directo. Alejado de aquel que escaló hasta el trono del tenis obligándose a larguísimos intercambios. A falta de la prueba de Novak Djokovic y Andy Murray, los protagonistas de los últimos grandes, el mallorquín suma una victoria de las que refuerzan la fe y alimentan la ambición de luchar por todo.
El revés de Nadal castiga a Federer. Es una novedad en una rivalidad que siempre ofrece nuevos matices. Ambos contrarios huyen de la derecha del rival como de la peste. Hay momentos en los que la pista queda angustiosamente reducida a un intercambio de paralelos que consume poco a poco los espacios, porque ninguno se atreve a cruzar la pelota para toparse con el mejor tiro de su némesis. Nadal encuentra en el revés un mazo. Acostumbrado a mandar con la derecha, el otro golpe vuela con la precisión destructiva de un misil teledirigido. Federer no está preparado para eso. El tiro equilibra el juego de su contrario, capaz de disparar ganadores por los dos lados. A los 31 años, eso coloca al suizo en una situación delicada: con la espalda maltrecha y los pulmones castigados tras emplear más de dos horas la víspera en octavos, se encuentra corriendo en busca de la pelota hacia las dos orillas. La pista se le acaba haciendo demasiado ancha. Se ahoga.
Poco a poco, Federer se queda sin opciones. Es jugar con primer saque o perder el punto. Pegar con la derecha o perder el punto. Arriesgar o perder el punto. Nadal domina el duelo desde la consistencia y los recuerdos de sus victorias anteriores (18-10 en los cruces). Al suizo le pesan los precedentes: dobla al español en errores no forzados; solo gana el 31% de los puntos que disputa con el segundo saque; y llega a abandonarse, ahorrándose algún sprint, tan negro es el panorama. El trabajo de Nadal es el de la gota que cae sobre la dura roca durante días, meses y años. Sabe que el paso del tiempo le lleva a una conclusión ineludible: la victoria. Insistiendo e insistiendo, el español se lleva la primera manga al servicio tras tener dos bolas de set al resto. La herida que abre ese resultado en el granítico Federer pronto tiene un efecto secundario: el suizo cede en blanco su primer saque en el segundo parcial, además de 8 de los primeros nueve puntos, lo que deja a Nadal con el partido en sus manos (6-4 y 2-0).
Los otros partidos de cuartos
- Djokovic-Tsonga: 6-3 y 6-1.
- Murray-Del Potro
Entonces, Federer se siente libre de cualquier grillete. El partido está perdido. Ya no hay presión que atenace sus brazos, expectativas que nublen sus decisiones. Ya solo hay puntos sueltos, y entonces sí se ve a un jugador más agresivo, listo para tomar riesgos. Así llegan sus dos primeras bolas de break (6-4 y 3-0) y su primera rotura (6-4 y 3-1). Federer no ha llegado a ser Federer porque se rinda: gana 11 de los 15 puntos tras entregar dos veces su saque. Nadal no es Nadal porque le asuste nadie. El español gana el partido, que es el último de Federer antes de la gira de arcilla europea (el suizo no competirá en Miami); defiende así los puntos sumados en 2012 en su ranking; se cita con Berdych; y da un paso más hacia el verdadero objetivo, hacia la verdadera meta: llegar a la gira de tierra en plenitud y sintiendo que su raqueta pesa tanto frente a los mejores como hace un año.
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