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FÚTBOL | BARCELONA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Tensión competitiva

Ramon Besa
Messi celebra su segundo gol ante el Milan.
Messi celebra su segundo gol ante el Milan.JAVIER SORIANO (AFP)

El Barcelona estará mañana en el bombo de los cuartos de la Champions después de completar un partido memorable ante el Milan. El encuentro fue un compendio de los muchos atributos que han convertido a la Copa de Europa en la competición global por excelencia, por el riesgo, la capacidad de sorpresa y sobre todo por su emoción. Hay pocos actos más dramáticos que una jornada de la Liga de Campeones.

Al Barça le ha permitido recuperar en una noche las muchas cosas que había ido perdiendo con el transcurso de los días, cuando el fútbol se mide por los goles y los puntos de la Liga. Ningún campeonato exige una mayor tensión competitiva que la Champions, y los azulgrana se reencontraron con su mejor versión cuando volvieron a cruzarse con el mismo equipo que antes les había desmoralizado por su cobardía en San Siro.

El reencuentro supuso un remonte y una recuperación, una redención. Los barcelonistas fueron de nuevo un equipo valiente en la cancha. Un entrenador no se gana la credibilidad con sus declaraciones sino a través de las alineaciones. Aún a riesgo de equivocarse, hay que cantar el once sin politiquear, nada de respetar los estatus del plantel, sino que se trata de convencer a los futbolistas con una buena visualización del partido.

El Barça dispone de las mejores condiciones para que 15 futbolistas se peleen cada semana en la Liga para ganarse un puesto para cuando vuelva la querida Champions

Tanto los técnicos como los futbolistas y los aficionados acudieron al estadio después de haberle dado muchas vueltas a la visita del Milan. Nada que ver con las rondas con el Inter y el Chelsea, cuando se daba por descontada la victoria y se justificó la derrota por culpa del rival. Había que pelear por la victoria desde la grada hasta la cancha y por tanto era vital ser competitivo y estar tenso, aceptar el desafío con humildad y determinación.

Era necesario dar valor al abono de socio de la misma manera que se imponía que los jugadores supieran que la titularidad se consigue en el campo de entrenamiento y de acuerdo con las características del contrario y no como ocurría desde Málaga, cuando 11 futbolistas gestionaban a su antojo el calendario. La rutina y la inercia condujeron a la especulación en San Siro y el Bernabéu. Así que se imponía agitar el Camp Nou.

Atacando bien, se defiende mucho mejor, sobre todo en el ideario del Barcelona. La agresividad futbolística le ha permitido al conjunto azulgrana recobrar la confianza, salvar su honor y redoblar su jerarquía. Ahora está donde le corresponde por currículo ni más ni menos. Nada ha ganado aún. No ha hecho nada más que revertir en una gloriosa jornada de la Champions una tendencia a decaer observada desde hace algunos partidos por culpa de la distensión.

Eliminado el Milan, el Barça dispone de las mejores condiciones para que 15 futbolistas se peleen cada semana en la Liga para ganarse un puesto para cuando vuelva la querida Champions. La magia no llega por azar sino que a los mejores les pilla trabajando, por la misma regla de tres que hay dos maneras de activar a un equipo traspuesto: la vía individual, al estilo Mourinho con Casillas, o la colectiva, como ha hecho Barcelona.

Ha vuelto el Barça y se anuncia para fin de mes el regreso de Tito Vilanova. Momentos para disfrutar, que no para celebrar. Ni siquiera la excelente campaña que viene haciendo el equipo exime al club de tomar decisiones con vistas al futuro. A fin de seguir disfrutando de noches como la del martes, el Barça precisa estimular la tensión competitiva de sus aficionados y de sus futbolistas. Hay que estar parar ganar.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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