Mercedes entra en combustión
La competitividad entre Hamilton y Rosberg impulsa a una remodelada marca alemana
El fichaje de Lewis Hamilton por Mercedes y su extrema competitividad con su nuevo compañero de escudería, Nico Rosberg, han aumentado la temperatura en los talleres del conjunto alemán. De momento, el piloto británico, campeón mundial en 2008, se protege. “No siento ninguna presión por parte del equipo”, asegura. “Sabemos que este año no dispondremos del mejor material, aunque tal vez podamos ganar alguna carrera. Adaptarme al coche y a mis compañeros es un reto para mí”, añade Lewis, el gran protagonista, tras su salida de McLaren, del mercado de fichajes para el Mundial que arranca este domingo en Australia.
Hamilton no es un piloto acostumbrado a estar en un segundo plano, como demostró en su primer curso (2007) y su polémica convivencia con Fernando Alonso en Woking. Aquel año le curtió y aguantó la presión del asturiano toda la temporada. Y luego se inquietó lo justo cuando el equipo le colocó como compañero a Jenson Button en 2010, justo después de que este ganara el título. El afán por demostrar que era el líder le llevó a cometer errores de peso. Pero su agresividad y su carisma permanecieron intactos.
En Mercedes, parece claro que, de entrada al menos, los honores de primer piloto los recibirá Rosberg, ya integrado en la dinámica de la escudería y que ha aprendido a fuego y hierro a defender su estatus incluso frente al considerado el mejor de la historia, el heptacampeón Michael Schumacher. “La presencia de Hamilton nos empujará a mejorar”, dice Rosberg.
Con Lewis y Nico tenemos el dúo de pilotos más fuerte” Ross Brawn
En los últimos entrenamientos de la pretemporada en Barcelona, hace dos semanas, Hamilton y Rosberg lucharon por obtener el mejor tiempo. Lewis fue el más rápido el sábado y parecía que nadie podría arrebatarle el honor de salir de Montmeló como el mejor. Al día siguiente, Rosberg fue cuatro décimas más veloz que su compañero.
“Con Lewis y Nico tenemos el dúo de pilotos más fuerte del Mundial”, asevera Ross Brawn, director de la escudería, “y su competitividad ayudará al equipo a mejorar. La reestructuración del equipo ha madurado y su fruto es este W04, que está respondiendo a nuestras expectativas”.
Antes de que llegara Hamilton, Mercedes remodeló la mayoría de sus departamentos para no repetir el fiasco de los últimos años. Schumacher cumplió sus tres años de contrato sin ganar una carrera. Y tuvo que ser Rosberg el que diera al flamante equipo alemán su primer triunfo de la nueva era: China 2012. Brawn fue cuestionado y solo se le mantuvo al frente de la escudería porque había sido el artífice del cambio de rumbo que le pedía la cúpula de la marca alemana. Fichó a un grupo de ingenieros expertos, curtidos en equipos ilustres de la F-1 para desarrollar el nuevo proyecto, el coche de este año. Llamó a Nick Fry como coordinador general, a Andy Cowell como mánager, a Bob Bell como director técnico, a Aldo Costa como jefe de ingenieros y a Geoff Willis como director de investigación. Hombres procedentes de Ferrari, Renault y Toyota.
Desde los primeros ensayos, Mercedes mostró otra cara. Y en Barcelona deslumbró. Bell asegura que este año comprenden mucho mejor que el pasado el comportamiento del coche: “Sabemos qué se hizo mal en 2012. El equipo ha cambiado mucho y soy razonablemente optimista”. Mientras, Hamilton muestra su piel de cordero pero afila las uñas para enfrentarse a Rosberg. “La presión será para otros pilotos que tendrán grandes coches y deberán demostrar más que yo”, asegura Lewis.
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