Ricky anima el récord de Miami y LeBron

El Rey de la NBA no para. LeBron James es capaz de convertir en extraordinario lo cotidiano, en algo reseñable un simple partido de la fase regular (81-97), el número 58 de su equipo, ante un rival, Minnesota, netamente inferior por su potencial y por su posición en la tabla. El duelo estuvo más animado de lo presumible porque los Wolves, de la mano de un espléndido Ricky Rubio, mantuvieron las espadas en alto hasta el último cuarto, hasta que los árbitros expulsaron a Barea por un rifirrafe con Ray Allen y castigaron, además, con una técnica al indignado entrenador de Minnesota, Rick Adelman.

LeBron James y los Heat, campeones la pasada temporada, continúan decididos a marcar una línea de excelencia este curso en un aviso para navegantes, para aquellos que aspiren a impedirles repetir título. Metidos de lleno en esa dinámica, los Heat lograron su 15ª victoria consecutiva y batieron el récord de la franquicia, los 14 triunfos seguidos que obtuvieron entre el 6 de diciembre de 2004 y el 1 de enero de 2005. El hito lo mantenía el equipo que entonces dirigía Stan Van Gundy , con un joven Wade y un Shaquille O’Neal en la plenitud de su carrera, y que una temporada después consiguió el primer anillo para los Heat.

La racha ahora llega de la mano de un LeBron James en vena de aciertos, sobresaliente toda la temporada, descomunal especialmente durante este tramo, en definitiva con promedios que delatan tanto su talento como su versatilidad. Suma una media de 27,1 puntos y en la faceta reboteadora luce la mejor marca de sus nueve años y medio en la NBA: 8,2. Además promedia 7,3 asistencias y 1,7 robos de balón. Ante los Wolves sumó 20 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias y perdió 7 balones. Wade fue el mejor de los Heat con 32 puntos, 7 rebotes y 10 asistencias.

El extraordinario rendimiento de los Heat –son primeros en el Este con 44 triunfos- se expresa durante su racha en un promedio de 107,7 puntos y unos porcentajes de acierto en el tiro del 51,6%. Miami tiene una excelente oportunidad de alargar su racha puesto que juega los dos próximos partidos en casa, ante Orlando y Filadelfia, antes de enfrentarse al segundo clasificado de la Conferencia Este, Indiana, con 38 victorias.

Ricky y Williams plantan cara

Ricky puso todo el entusiasmo y fe del mundo al asunto y también calidad y acierto. Concluyó con 14 puntos, y una buena serie de 6 de 11 incluidos dos triples, además de 8 asistencias, 5 rebotes, 6 robos de balón y otras tantas pérdidas. Derrick Williams cuajó también una de sus mejores actuaciones y concluyó con 25 puntos y 10 rebotes. Pero los Wolves no lograron compensar las notables bajas de Love, Pekovic y Kirilenko. Aun así, Minnesota llegó a situarse a tres puntos, 68-71, ya en el último cuarto. Poco antes Ricky se había retirado momentáneamente el vestuario debido a algún tipo de molestia física. Fue entonces cuando se produjo la expulsión de Barea, que había estado nefasto en el tiro con 1 de 11, y la técnica a Adelman. Los Heat lo aprovecharon para poner tierra de por medio y, entonces sí, llegaron a dominar por 18 puntos, muy superiores en el rebote, con nueve capturas más y 26 puntos más que los Wolves desde el interior de la pintura.