La rebeldía silenciosa de Benzema

Si los futbolistas fuesen como las aspiradoras bastaría con activar el interruptor para conseguir un rendimiento constante y fiable. Si bastase con apretar un botón para obtener la máxima entrega tampoco sería necesario contratar entrenadores-psicólogos con un sueldo neto de 10 millones de euros anuales. Eso cobra José Mourinho, el mánager del Madrid, que lleva tres años lamentando la hora en que el club le obligó a disponer de Karim Benzema y le negó los fichajes de Hugo Almeida y Emmanuel Adebayor.

Mourinho está harto de Benzema. El francés, por su parte, le corresponde en el sentimiento. El entrenador le señaló como culpable de la derrota en Granada y desde entonces la precaria relación que habían mantenido ha terminado por descomponerse. El fin de semana pasado el mánager le dejó en el banquillo para alinear al canterano Morata. El nueve lo interpretó como un castigo excesivo. Se pasó la semana sin entrenarse con el resto de los compañeros. Alegó molestias físicas. El club no emitió parte de bajas. Si hay lesionados, no constan. Mourinho no le ha convocado para jugar en Riazor: inscribió a Higuaín y Morata.

El conflicto es representativo del mal momento que atraviesa el Madrid. En una temporada en la que al equipo le falta contundencia, en los días en que se juega la continuidad en la Copa y la Champions, las únicas competiciones en las que le quedan esperanzas, el entrenador y el segundo máximo goleador avivan sus diferencias hasta perderse de vista. Desde la temporada 2009-2010, solo Benzema se aproxima a las cifras de Cristiano en Champions: el portugués suma 30 goles, el francés 17, e Higuaín siete. Contra el Barcelona, desde que Mourinho dirige al equipo, la frecuencia goleadora de Benzema ha sido notable considerando que el mánager le apartó de cuatro clásicos en la campaña 2010-2011: Cristiano ha metido 10 tantos en clásicos y Benzema tres, sin incluir los penaltis. No hay otros jugadores en la plantilla que le hayan metido más de dos goles al Barça en los últimos tres años.

En la caseta, el mánager se refiere a Benzema como “el francés del presidente”

Benzema ha jugado como titular solo 10 partidos de 24 en Liga esta campaña —tres completos—, y ha metido seis goles. Higuaín lleva 12 encuentros desde el inicio y ha marcado ocho. Mourinho siempre prefirió la garra de Higuaín y así se lo hizo saber al argentino cuando llegó al club. Si en la temporada 2011-2012 se inclinó por el francés, en el vestuario creen que fue para devolverle a Florentino Pérez el favor de haber fichado a Coentrão. Esto opina Higuaín de un entrenador cuyas decisiones están teñidas de particulares intereses políticos, económicos y sociales, además de deportivos.

El reciente distanciamiento entre el mánager y el presidente, Florentino Pérez, ha precipitado los acontecimientos. Pérez siempre ha sido un activo valedor de Benzema porque lo fichó él; y en Valdebebas creen que el técnico exhibe su malestar con el futbolista porque presume que fastidia al presidente de rebote. En la caseta, Mourinho se refiere a Benzema como “el francés del presidente”. Los defensores del mánager aseguran que la presión centrífuga que ejerce sobre todo lo que le rodea forma parte de su método para imprimir exigencia. Benzema no lo ve así. Benzema le dice a sus compañeros que el mánager no entiende de fútbol y no sabe sacar provecho de los jugadores creativos. También les comenta que desde el partido de Copa en Balaídos ya no soporta más las humillaciones: esa noche pidió el cambio por lesión y Mourinho le acusó en la conferencia de prensa de no querer jugar bajo la lluvia.

Tras Cristiano, el ‘9’ es el máximo goleador del Madrid contra el Barça y en ‘Champions’

“Tendré palabras con algún jugador”, dijo el técnico, tras el 2-1. “Mejor hubiera sido apostar por Morata, aunque todavía está verde. Tiene más ambición que la de un jugador que no quiere mucho, que a lo mejor no quería jugar este partido. Frío, lluvia, Copa...”.

La rebeldía silenciosa de Benzema

Dicen en el Madrid que Florentino Pérez, como tantos aficionados, está decepcionado con las últimas actuaciones de Benzema. Los hinchas piensan que un sueldo como el que cobra el francés, de unos cinco millones netos, debería ser suficiente para blindar su espíritu frente a cualquier contingencia. Pero el factor humano es impredecible, sobre todo cuando los jugadores, gente mayoritariamente joven y orgullosa, son sometidos durante años a una autoridad que los descalifica, los denuncia públicamente, o simplemente los desprecia sin disimulo con el pretexto de exacerbar su competitividad. Llega un punto en el que estos chicos pueden sentirse tentados a desafiar a la jefatura. Es el caso de Benzema, que tiene 25 años, y cuya rebeldía se traduce en una mezcla de desdén e indolencia. Un silencioso atentado contra las normas de producción industrial que inspiran a las empresas del fútbol.

Como dijo un compañero: “¿Cómo vas a darlo todo por un tío que se quitó de en medio diciendo que tú te negaste a jugar un partido porque llovía?”.

“El Madrid no se rinde jamás”

Ante el complicado panorama de partidos que se le avecina al Real Madrid, el presidente del equipo blanco, Florentino Pérez, lanzó un mensaje contundente: "Este club no se rinde jamás". Durante la presentación de un acuerdo de patrocinio, que tuvo lugar en el Palco de Honor del Bernabéu y contó con la presencia de jugadores como Arbeloa, Ramos, Marcelo e Higuaín, el mandatario se aferró a la historia para arengar a los suyos de cara a los compromisos venideros.

"El Real Madrid lo sabe muy bien, nuestra identidad pasa por pelear hasta el último instante en cada partido, hemos sido y seguimos siendo competitivos hasta el final porque aquí nadie se rinde jamás y sólo así hemos podido alcanzar nuestras metas y ser hoy la leyenda que somos en el mundo del deporte", aseguró Florentino Pérez.

Y es que en las tres próximas semanas el Madrid se juega toda la temporada en solo un puñado de envites. A 16 puntos del Barça en la Liga, los blancos visitan este sábado al Deportivo. Tres días después acudirá al Camp Nou para jugarse el pase a la final de la Copa (en la ida el resultado fue 1-1) y el sábado 2 de marzo volverá a verse las caras con los azulgrana, esta vez en el Bernabéu. Solo tres días más tarde, el día 5, se medirá al Manchester United en Old Trafford por un billete para los cuartos de la Liga de Campeones. En la ida, madrileños e ingleses empataron (1-1).