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LIGA DE CAMPEONES | Arsenal - Bayern Múnich
Crónica
Texto informativo con interpretación

Enésimo fracaso del Arsenal

El Bayern Múnich abruma (1-3) en Londres a los ‘gunners’, una nulidad en las áreas

Mandzukic controla ante Koscielny
Mandzukic controla ante KoscielnyKERIM OKTEN (EFE)

La agresividad mal entendida del Arsenal (pegó mucho más de la cuenta) retrató una impotencia pesada y antigua (1-3). La de esas siete temporadas —esta sería la octava—sin un solo título ni opciones de conseguirlo. Un equipo renovado cada año, con futbolistas de muy buena pinta, pero sin astucia ni maldad en las áreas. Ahí choca Wenger contra un muro, incapaz de recuperar la exhuberancia de los gunner a principios del milenio. Los tiempos de Henry, Pirès y Cesc Fàbregas despiertan nostalgia. Su bella corte de centrocampistas —Ramsey, Arteta, Cazorla y Wilshere— se quedó seca ante la negación de su delantera para abrir espacios y la de su defensa para cerrarlos. La cara de Cazorla, tras muchos pases pifiados, era un poema. Las aceleraciones de Wilshere se dieron de bruces contra la sólida defensa bávara.

Arsenal, 1 - Bayern Múnich, 3

Arsenal: Szczesny; Sagna, Mertesacker, Vermaelen, Koscielny; Arteta, Wilshere, Walcott, Ramsey (Rosicky, m.71), Cazorla, Podolski (Giroud, m.71).

Bayern de Múnich: Neuer, Dante, Van Buyten, Lahm, Ribery (Robben, m.63), Martínez, Mueller, Alaba, Schweinsteiger, Kroos (Gustavo, m.73), Mandzukic (Gómez, m.78).

Goles: 0-1, M. 7: Kroos. 0-2. M. 21. Müller. 1-2. M.55. 1-3. M.77. Mandzukic.

Árbitro: Svein Oddvar Moen (Noruega). Amonestó a Sagna, Arteta, Podolski, Ramsey y Varmaelen (Arsenal) y a Müller, Lahm y Schweinsteiger (Bayern).

59.974 espectadores en el Emirates Stadium.

El Bayern de Múnich jugó con la arrogancia de un emperador en Europa. Lahm dio un recital del oficio de lateral, esta vez fue el derecho pero puede actuar con la misma eficacia por el otro costado. Los centrocampistas manejaron los tiempos a su antojo, repartiéndose la recuperación (Javi Martínez), la organización (Schweinsteiger) y la llegada (Kroos y Müller, autores de los dos primeros goles). A eso le sumó Heynckes un delantero en vena, Mandzukic, lanzándose como lobos sobre la zaga gunner (Sagna, Koscielny, Mertesacker y Vermaelen), tan temerosa con la pelota como sin ella.

Tras el descanso, el Arsenal aprovechó un error monumental de Neuer, a mitad de camino al centro de córner combado de Wilshere, para ilusionarse con un repunte o una remontada. Marcó Podolslki de cabeza ante los gestos destemplados de Neuer, que buscaba un culpable aunque no lo hallaba porque era él mismo. El Emirates observó un recorrido muy corto de sus jugadores. El cuadro de Wenger cayó otra vez en un ataque previsible y horizontal, sin ninguna profundidad. Solo Giroud, recién ingresado, apuró un remate repelido por las manoplas de Neuer. Respondió Lahm con su enésima llegada hasta línea de fondo. Su centro raso al segundo palo lo empaló Mandzukic, de manera acrobática, para rubricar el fracaso del Arsenal.

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