“El baloncesto es supervivencia”
Es el jugador mejor valorado en la Liga gracias a sus 14,4 puntos, 5,8 rebotes y 2,2 asistencias de media por partido, pero a Germán Gabriel (Caracas, Venezuela, 1980; con pasaporte español) no le gusta hablar de números “porque no valen para nada”. Júnior de oro en la generación de Pau Gasol y Navarro, la élite le cogió a contrapié forjando un carácter escéptico y pragmático. Ahora, el capitán simboliza el estado de gracia de Estudiantes, que en ocho meses ha pasado del drama del descenso a soñar con la Copa en Vitoria 13 años después de su última conquista.
Pregunta. Quién les iba a decir hace unos meses que iban a estar en esta fiesta...
Respuesta. Hemos conseguido mentalizarnos todos para no repetir errores. La temporada pasada, los fichajes que se hicieron y la vuelta al club de gente importante como Carlos Jiménez y Pepu Hernández fomentó una ilusión desmedida y unas aspiraciones que no se correspondían con la realidad. Cuando no llegan esos objetivos vas acumulando decepciones y eso se convierte en una carga insostenible.
P. ¿Cómo se vivió el descenso?
R. Fue dramático. Para los que llevábamos mucho tiempo aquí era una carga muy pesada ver que Estudiantes bajaba. Fue una decepción personal y colectiva inmensa. Se te queda clavada la sensación de que has fallado.
P. ¿Cómo se tomaron la segunda oportunidad [mantuvieron la categoría por las deudas de otros clubes]?
R. No hizo falta una gran catarsis, todos nos dimos cuenta de los errores que se habían cometido y desde un principio corregimos el camino. Vinieron un director deportivo y un entrenador nuevos. Los fichajes llegaron implicados y con hambre y el trabajo con humildad y sin objetivos pretenciosos ha hecho el resto.
Dejas de lado lo que eres como jugador y te centras en lo que pide el entrenador"
P. ¿Qué papel ha jugado Txus Vidorreta?
R. Ha sido fundamental. Es un gran gestor de club. Entiende al equipo y todo lo que le rodea. Sabe sacar el máximo de todos y canalizar la euforia hacia el trabajo diario. Estableció un estilo muy diferente al de la temporada pasada y generó confianza. Con él fui mvp en Bilbao y ahora otra vez.
P. Usted siempre está en el quinteto y es el que más juega con 31 minutos de media...
R. Físicamente estoy bien, ya tengo una experiencia, entiendo el juego, lo que el entrenador me pide y lo que mis compañeros necesitan.
P. ¿Por qué tardó más en consolidarse que otros compañeros de generación?
R. Mi aterrizaje en la Liga fue bastante duro. No estaba preparado. Pagué la dureza física. Mi estilo de juego nunca fue del agrado de entrenadores y aficionados. Fue con el paso de los años cuando comencé a sacar rendimiento de mi juego.
P. ¿Qué descifró por el camino?
Viendo cómo estaba la situación económica, me saqué el título de técnico"
R. El baloncesto es supervivencia. Aprendes a dejar de lado lo que eres como jugador y centrarte en lo que te pide el entrenador. Se trata de adaptarte a todo aunque sea un cambio drástico.
P. Es de los pocos jugadores que tiene el título de entrenador.
R. Me lo saqué porque viendo cómo está la situación económica hay que pensar en el futuro. Además de que me gusta es otra vía para seguir vinculado a esto.
P. ¿Ser entrenador le ayuda a entender mejor el juego?
R. Al principio no porque cambias de registro y piensas ‘¿qué hago en la pista?’. Después, cuando te reubicas en el rol de jugador, te sirve para entender decisiones, analizar situaciones y es un complemento más.
P. Si este verano hay bajas entre los habituales, ¿se apunta a la selección?
R. Por supuesto, sin pensarlo. Siempre he tenido la puerta abierta. Además del potencial, participar de la convivencia con ese grupo humano es algo que me encantaría hacer antes de retirarme. Iría incluso como invitado. No por tener 32 años iba a rechazar el poder ayudar. Pero es muy difícil entrar. La ilusión es máxima. Mi carga de partidos ha sido menor, fundamentalmente en los tres primeros años. Ahora estoy muy bien físicamente y disfrutando muchísimo.
P. ¿Se siente un referente?
R. La veteranía más que liderazgo te da respeto. Puedes dar consejos y ayudar a los tuyos.
P. ¿Cómo afrontan la Copa?
R. El sorteo deja la ilusión de que todos los que estamos a este lado del cuadro podemos luchar por la final. Es una Copa muy abierta, pero solo pensamos en el Valencia. Así nos ha ido bien hasta ahora.
P. ¿Por qué no le gusta hablar de números?
R. Muchos miden cómo se están haciendo las cosas en función de las estadísticas, hace años yo también lo hacía, pero con el tiempo me di cuenta de que no sirve para nada. Mi mejor año estadístico fue el pasado y fíjate, no me repercutió para bien en nada. Lo que sirve es que el equipo esté bien y gane, lo demás son números vacíos de los que nadie se acordará cuando te retires.
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