El Barça y Messi, una sola marca
El delantero argentino, impaciente por volver a ganar y siempre en el centro del juego, renueva con el club azulgrana hasta 2018, su sexta prórroga en ocho temporadas
Messi renovó su contrato con el Barça hasta 2018. Que se sepa, es la sexta vez en ocho años que el 10 y el club azulgrana mejoran su vínculo. Ambos se juran fidelidad eterna al mismo tiempo que aumentan los ingresos del futbolista, el mejor pagado del equipo con una ficha que al parecer supera los 11 millones de euros netos por curso. La cláusula de rescisión, en cambio, se mantiene en 250 millones. El acuerdo, en cualquier caso, parece tan sólido que ningún equipo con opciones de ganar títulos se ha interesado por el fichaje del delantero argentino. El dúo Barça-Messi funciona casi como una marca. A los dos les va muy bien en el negocio y espectáculo del fútbol.
La messidependencia es normalmente signo de salud para el Barça. Los azulgrana son líderes de la Liga y compiten por la Copa y la Champions después que el delantero haya marcado en las 12 últimas jornadas del campeonato y cuente 34 goles, 45 en 34 partidos de la temporada, registros que acreditan la condición de número uno renovada en enero con su cuarto Balón de Oro consecutivo. La productividad de Messi es tan significativa que en cada encuentro se aguarda un gol de bandera o una jugada única y decisiva de su repertorio Y, puesto que el Barça empató en Madrid (1-1, en la Copa) y en Valencia (1-1, en la Liga), los hinchas preguntan por Messi.
El argentino no marcó en el Bernabéu y solo anotó de penalti en Mestalla, otro empate del Barça
El 10 no marcó en el Bernabéu y solo pudo anotar de penalti en Mestalla. La violencia con que pateó la falta máxima en Valencia, igual a cómo la tiró ante Osasuna, ha provocado muchas interpretaciones sobre el estado anímico de Messi. Ahora mismo se le supone enojado, muy capaz de discutir con los rivales y los árbitros, e incluso con los compañeros. Aseguran en Punto Pelota que le vieron insultar a Arbeloa y escupir en Chamartín. El argentino se rebela cuando las cosas no le salen bien y en los dos últimos encuentros se ha sentido bien defendido y no se sabe si bien o mal acompañado por el juego de su equipo.
El secreto para la evolución de Messi, después de competir contra sí mismo, no solo está en la marca del contrario sino en la posición que ocupa en el campo y en los futbolistas que juegan a su alrededor en el Barça. Ya lo advirtió Pep Guardiola: “Hay que hacer que Messi esté contento y luego todo es más fácil”.
La responsabilidad del 10 ha aumentado desde la salida de Guardiola y en ausencia de Vilanova. Asume el liderazgo del equipo y del proyecto, de manera que solo admite el triunfo: defiende la Copa y quiere reconquistar la Liga y la Champions tras los chascos del año pasado con el Madrid y el Chelsea en el Camp Nou.
Ya se sabe que al Barça le cuesta pasar enero y febrero, ni que sea por una cuestión física ya programada. Ocurre que los últimos remates de Messi han sido a balón parado. Los contrarios han adelantado su defensa al medio campo para reducir los espacios y al 10, ubicado como falso 9, no le ha quedado más remedio que retroceder todavía más en su posición, circunstancia que le ha alejado de la zona de gol. Muy bien defendido por Varane y Víctor Ruiz, Messi se ha convertido a veces en un quinto volante por su necesidad de estar en contacto con el balón y no solo dejó de marcar sino que perdió muchas veces la pelota.
Si en el equipo ven correr a Leo, corren todos, hasta el último alevín
El encaje Iniesta-Cesc no siempre se ha mostrado como una fórmula infalible o la mejor solución para Messi. Así que al parecer el Barça necesita recuperar viejas soluciones para combatir nuevos problemas y mejorar las prestaciones del 10. A saber: actuar con un 9 al estilo de Alexis o Villa o un extremo con el desborde de Tello, o desplazar a un extremo al propio Messi. La cuestión es activar a La Pulga en la cancha de la misma manera que ayer se le extendió un nuevo contrato. El propio Guardiola aseguraba en su tiempo de entrenador: “Si somos algo en el fútbol es porque aquí corre todo el mundo, empezando por Leo”.
Y si ven correr a Messi, corren todos en el Barça, hasta el último alevín. Asegurado de alguna manera su futuro, ahora se trata de resolver el presente de Messi. Ya se sabe que los barcelonistas aspiran a que los madridistas sufran tanto tiempo con Messi como ellos con Di Stéfano. “No sé cómo estaré a los 31”, advirtió ayer después de estampar su firma quien llegó al club a los 13 años y debutó a los 16. “Pienso en el día a día y a seguir disfrutando del juego. Yo soy feliz en Barcelona”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.