Un nuevo guión para el clásico

A la salida de La Rosaleda, de regreso a Barcelona, la expedición del Barça se felicitaba por haber resuelto una contienda muy complicada con el Málaga. El partido de vuelta de los cuartos de final dejó un excepcional poso copero, momentos de una brillante intensidad y unas pequeñas molestias en los abductores de Messi que no pasaron a mayores. Aceptaron jugar los azulgrana a campo abierto, siempre en busca de la portería de Kameni, y se impusieron porque tienen mucho carácter y mejor ataque que el plantel de Pellegrini. Alves recuperó su mejor versión —metió los centros de gol del 0-1 y del 2-4—, ya se sabe que Messi no solo capitaliza el juego ofensivo sino que acostumbra a dejar por lo menos un gol —suma 40 de los 100 que lleva el equipo en 34 partidos—, Iniesta pasa por un momento excelente de juego —marcó el 2-3, asistió a Piqué y remató al larguero—, Pedro es indesmayable y Cesc agranda el alma competitiva del Barcelona.

“Acaso podemos reprocharnos nuestra falta de efectividad”, matizó Xavi. “Nos cuesta rematar los partidos y a veces nos faltan goles. Ya nos pasó en la ida y contra la Real”. Aun cuando mayoritariamente se sintieron a gusto con su fútbol, algunos jugadores convinieron en que para enfrentar el miércoles al Madrid en la ida de las semifinales de la Copa (Bernabéu 21.00, Canal+) habrá que variar el guion de La Rosaleda.

El caos, el ir y venir sin pausa, jugar a ver quien mete más goles solo le viene bien al Madrid"

“Nos conviene controlar mejor el partido y evitar sus transiciones”, coincidieron dos titulares. “El caos, el ir y venir sin pausa, jugar a ver quien mete más goles solo le viene bien al Madrid”. Las reflexiones de otros azulgrana siguen la misma idea: “Tendremos que controlar mejor nuestras salidas, ser muy selectivos, no perder el balón y acabar las jugadas”. Los técnicos deberán mejorar el trabajo táctico y de posición y, sobre todo, frenar la sangría de goles en contra: 37 en 34 partidos. Quiere el Barça que el clásico sea “solo una guerra futbolística”, en palabras de Xavi. “Juegue quien juegue, el Madrid competirá bien y nos costará mucho eliminarles”.

A Xavi, que ayer cumplió 33 años, le duele especialmente la lesión de Casillas: “Me sabe muy mal; es el alma del Madrid”. El portero fue intervenido ayer de su lesión en el primer metacarpiano de la mano izquierda y estará de baja de ocho a doce semanas, de manera que no podrá alinearse en los tres próximos duelos con el Barça —la ida y vuelta de la Copa y el partido de Liga en el Bernabéu del 2 de marzo— ni disputar los octavos de la Champions ante el Manchester United.

Al Madrid, el duelo de Copa le ofrece la opción de reivindicarse después de quedar descolgado 15 puntos en la Liga

A la ausencia de Casillas, cubierta con el fichaje de Diego López, hay que añadir para el partido del miércoles las de Pepe, Coentrão, Di María y Sergio Ramos. Al Madrid, sin embargo, no le disgusta batirse con el Barça, sobre todo porque el clásico de Copa le ofrece la opción de reivindicarse después de quedar descolgado 15 puntos en la Liga. Los madridistas recuerdan, por lo demás, que ya les ganaron la Supercopa de España a los azulgrana. Ya lo advirtió ayer Xavi: “Los clásicos son siempre imprevisibles”.