Sin Tito, cuestión de oficio

El Barcelona de Tito Vilanova se juega hoy en Málaga (22.00, Telecinco) la posibilidad de seguir pugnando por su segundo título del año. El primero, la Supercopa, lo perdió ante el Madrid, y el empate del partido de ida (2-2) le complica el camino a las semifinales de la Copa del Rey. “Es el primer match ball del año”, conviene Jordi Roura, que hoy se sentará en el banquillo de La Rosaleda, en ausencia de su jefe y amigo. Comparece el Barcelona tras su primera derrota en la Liga, en Anoeta (3-2). “Reaccionarán bien”, afirma Roura. Más que nunca el Barcelona depende de los jugadores, que son muy conscientes de ello y asumen el reto. Como ya ocurrió en Valladolid, el último partido antes de las vacaciones navideñas, el Barcelona comparece sin liderazgo, al menos físico, en el banquillo.

Entonces, Tito estaba ingresado en una clínica de Barcelona; hoy se encuentra en Nueva York, siguiendo el tratamiento tras haber sido operado el 20 de diciembre de la glándula parótida. Entonces, como hoy, en la ciudad deportiva se vive como si Tito estuviera al frente. Vilanova es el que marca las directrices, léase la alineación, las maniobras de estrategia, la línea táctica... Obligado a ejercer de primer entrenador por las circunstancias, Roura no ha necesitado pedir ayuda a su alrededor; como sucedió con motivo del desplazamiento a Valladolid, la tiene. Funciona el aparato del club, Roura no parece sentirse solo. “Nos manejamos desde la normalidad. Todos sabemos cuál es nuestro trabajo”, destaca uno de los miembros del cuerpo técnico, que no ha perdido contacto con el jefe, aunque esté en Nueva York.

También los futbolistas saben qué se espera de ellos. “Se trata de jugar y ganar y eso depende de nosotros”, asumen en el equipo, que busca oficio para superar el duelo sin el primer entrenador. “No está Tito, pero hemos seguido trabajando igual y a fin de cuentas, los partidos los jugamos nosotros”, sostienen los veteranos en la ciudad deportiva, donde hay clima de partido importante. “Es increíble la facilidad que tienen estos futbolistas para asumir las situaciones más complicadas y salir reforzados”, dicen en el entorno del equipo. Está por ver si han aprendido de sus errores, los que les han llevado a dejarse empatar en el último minuto el partido de ida en el Camp Nou y a caer en Anoeta sobre el pitido final después de llevar ventaja de dos goles. “En los dos casos fue por mérito del rival, no demérito nuestro, hay que analizar los partidos”, defiende Roura.

Venimos de dos resultados no favorables, pero eso no nos afectará Jordi Roura

“La actitud y el juego han sido encomiables; no hay nada que recriminar a los jugadores. El equipo es perfectamente consciente de lo que es el partido, y su actitud es máxima. Lo importante es cómo reaccionas tras esos resultados, no tengo ninguna duda de que el equipo va a reaccionar”, añade el entrenador. En el club se esfuerzan por dar imagen de aparente tranquilidad, los futbolistas antes que nadie, por mucho que se jueguen la posibilidad de seguir luchando por el segundo título de la temporada. “Venimos de dos resultados no favorables pero no nos afectará. Somos conscientes de la importancia del partido. Sabemos que será dificilísimo pero estaremos al 100%”, anuncia el segundo de Vilanova, que se niega a pensar en las consecuencias anímicas que puede generarle al equipo una eventual eliminación a manos del Málaga.

No se le recuerda a este grupo noche más dolorosa que la del 13 de enero de 2010, cuando el Sevilla le eliminó de la Copa del Rey, una competición que este Barça siente muy suya: fue el primer título y también el último que se celebró con Guardiola. “No hace falta decirles nada especial. Son perfectamente conscientes de la importancia del partido. Pondremos todo para pasar la eliminatoria”, anuncia Roura. Es una final y defienden título. Cuestión de oficio para este equipo.