El drama atrapa a Pau y a los Lakers

Chicago. La estatua de Michael Jordan, el más grande de todos los tiempos, a las puertas del United Center. Un autobús pasa raudo. Es el de los Lakers. Acaban de perder por 95-83 ante los Bulls. La sonata Claro de Luna suena una y otra vez en los cascos de Kobe Bryant, la megaestrella que persigue el sueño de igualar los seis anillos de campeón de Jordan pero, ahora, sumido en el abatimiento, partícipe y protagonista de uno de los mayores fracasos de un equipo en la historia de la NBA. “Es la música que me calma cuando me sumo en un momento crítico”, confiesa la estrella de los Lakers. Beethoven acompaña sus cavilaciones. El equipo más lujoso, el que se gasta 75 millones de euros en salarios, el que partía como candidato al título, va de fracaso en fracaso. Suma 24 derrotas y solo 17 victorias. No juega a nada. Es el 12º en la Conferencia Oeste, a cinco victorias de Houston, el octavo clasificado, el que marca la frontera de los que disputarán los playoffs en abril, una exigencia mínima pero de la que se alejan los Lakers.

Y en la tempestad, el mejor jugador español de todos los tiempos, Pau Gasol, el hombre que llegó en 2008 al equipo para ganar dos anillos junto a Kobe, y al que Mike D’Antoni, ha degradado a la condición de suplente. El entrenador defiende la nueva configuración de su equipo: “La decisión está tallada en piedra... hasta que la cambie”. Tal vez sea esta la última vuelta de tuerca de un técnico que no acaba de encontrar un quinteto estable. Confió en Jamison, en Morris, en Duhon y ahora en Clark, un jugador que no contaba, casi anónimo durante sus cuatro años en la NBA, desde que debutó con Phoenix, con un intermedio en la Liga francesa y un sueldo de los más modestos: 764.000 euros.

El español había sido titular en 917 de los 925 partidos que ha jugado en la NBA

Gasol, tras Kobe y Dwight Howard, el tercer jugador mejor pagado de los Lakers con 14,2 millones de euros anuales, el noveno en la lista de los millonarios de la NBA, se escuda frente a la adversidad. “No estoy emocionado”, admite. “Nunca he salido desde el banquillo. Pase lo que pase, tengo que seguir siendo positivo y dar lo mejor de mí mismo”. Gasol, autor de 25 puntos el domingo en Toronto y de 15 puntos y 12 rebotes el lunes en Chicago, ha sido titular en 917 de los 925 partidos quwe ha jugado en la NBA.

Arrecian los rumores de traspaso. El último: los Nets renuevan su interés por Howard, intentan enviar a Brook Lopez a Minnesota y que Kevin Love recale en los Lakers. Difícil. Love tiene fracturada una mano y podría seguir de baja hasta marzo. Los Lakers no pueden esperar, necesitan reactivarse con urgencia para evitar un fracaso con pocos precedentes. Desde 1948 se han quedado fuera de los playoffs en cinco ocasiones, solo dos desde 1976: en 1994, tras una temporada en que tuvieron tres entrenadores, el último de ellos Magic Johnson; y en 2005, ya con Bryant y en una temporada en la que despidieron al entrenador Rudy Tomjanovich.

El equipo angelino solo ha faltado cinco veces a los ‘playoffs’ desde 1948

A pesar de los rumores, de que ya estuvo traspasado a Houston la pasada temporada cuando David Stern abortó la operación por la que Chris Paul recalaba en los Lakers, Gasol expresa su intención de seguir en Los Ángeles: “Me siento como si fuera parte de esta franquicia. Deseo jugar aquí cuantos años sea posible. Me identifico con el equipo”. El plazo para realizar traspasos expira el 21 de febrero. El pívot de Sant Boi, con las peores estadísticas de su carrera —12,7 puntos, un 43% de acierto en el tiro y 8,3 rebotes—, fue el blanco de las críticas semanas atrás. Ahora, las miradas se vuelven hacia D’Antoni y el director deportivo Mitch Kupchak. El equipo hace aguas. Howard rinde muy por debajo de lo esperado, no se entiende con sus compañeros, es capaz de ser expulsado por dos técnicas en Toronto o de tirar solo cinco veces en Chicago. Hasta Kobe ha perdido su efectividad en el tiro: 25 canastas en 79 lanzamientos en sus tres últimos partidos. “Es muy, muy duro. Es muy, muy frustrante. Trato de mantener la calma. Es inaceptable jugar así. Tenemos que cambiar algo. Probablemente debamos meter más balones dentro de la zona, ralentizar un poco más el ritmo de juego. Es lo que intuyo”, dice la estrella que quiere emular a Jordan, antes de tomar un vuelo rumbo a Memphis. Allí juegan los Lakers la próxima madrugada en otro duelo entre los hermanos Gasol, esta vez dramático para Pau.