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“Ser un jugador de equipo no es sencillo”

Alberto Entrerríos repasa su trayectoria y la actualidad de la selección española

Javier Lafuente
Alberto Entrerríos, ante Hungría
Alberto Entrerríos, ante HungríaJavier Lizón (EFE)

Antes de partir hacia Zaragoza, Alberto Entrerríos (Gijón, 1976) husmea en un kiosko de la estación de Atocha en busca de una revista de equipos de música de alta fidelidad. Melómano empedernido, el capitán de la selección se marcha con las manos vacías, una actitud que no concibe en la pista. Hoy, en los octavos ante Serbia (19.00, Teledeporte), tratará de volver a demostrarlo.

Pregunta. ¿Qué fue primero, el balonmano o la música?

Respuesta. Primero el balonmano… O más o menos. Recuerdo escuchar con un amiguete discos míticos de Bon Jovi, AC/DC, ZZ Top… Fue sobre esa edad cuando empecé con el balonmano, que es lo que me ha llevado más tiempo.

P. Usted que es músico…

R. Bueno, bueno… músico frustrado.

P. Bueno, que tocaba la guitarra en un grupo… ¿Quién tiene mejor ritmo en la selección?

R. Hay un eje, el que forman portería, central y pivote, que tiene un poquito más de importancia, igual que el centro de la defensa… Todo el mundo tiene que tener el suyo, sin pasarse. Y si no, hay que compensar. Maqueda, por ejemplo, va más revolucionado y yo un poco más pausado. Esto es un equipo. Maqueda podría ser el batería. O el cantante. Pero algo heavy.

P. Cada uno ha elegido una canción para escuchar en el vestuario, ¿cuál es la suya?

R. Para decirte adiós, del nuevo disco de M-Clan. Para antes de un partido mejor algo movidito.

P. ¿Hay buen gusto?

R. La verdad es que no me gusta casi ninguna de las canciones que han elegido. Hay alguna que roza lo políticamente correcto incluso. Pero hay que respetarlo, cada persona es un mundo.

P. Vuelve a un gran torneo después de su ausencia en Londres, ¿cómo vivió aquella decisión?

R. Me pilló de sorpresa, no me lo esperaba. Sabía que había acabado la temporada no muy bien y que podía haber ciertas dudas de cómo iba a llegar de forma. Pero contaba con estar entre los 18 de la preparación y que luego me tendría que ganar el puesto. Pero entendí las razones de Valero.

No somos los mejores del mundo, pero tenemos el camino sencillo”

P. ¿Cuáles fueron?

R: Él creía que no iba a estar en los 14 definitivos y no quería tenerme en la preparación y luego mandarme a casa. Pensó, quizás, en protegerme. Pero me sorprendió. Fue un golpe, una pequeña decepción, claro, la guinda del pastel a la temporada pasada, que no fue la mía. En la segunda parte no me salieron las cosas.

P. Tras los Juegos hablaron en Nantes. ¿Qué le dijo Valero?

R. Ya me había llamado para preguntarme cómo me había adaptado al equipo, a la ciudad. Me dijo que iba a ir a ver a Valero y quería hablar conmigo. Fue una charla rápida. Me explicó que quería contar conmigo para el Mundial, que se había medio arrepentido de no haberme llevado a Londres. No necesitaba ninguna explicación. Es el seleccionador, él elige y yo soy uno más. No considero que tenga que estar yo por delante de otros. Valoré mucho que el Mundial fuese en España. Si no, no hubiese vuelto. No por una cuestión de orgullo, por no haber estado en Londres. Los años no pasan en balde.

P. Valero dijo que le echó de menos. ¿Qué aporta al equipo que no tenga ya?

R. En todos estos años he demostrado que soy un buen jugador de equipo. Parece sencillo, pero yo veo que no lo es. Encontramos jugadores con mucha calidad individual, con muchísima facilidad para marcar gol, pero no tantos con capacidad de crear una jugada, conseguir una superioridad para un compañero, desequilibrar la defensa con una acción. Ese es mi punto fuerte.

Alberto Entrerríos, supera a un defensor húngaro
Alberto Entrerríos, supera a un defensor húngaroJavier Lizón (EFE)

P. ¿Qué piensa cuando Francia pierde contra Alemania y quedar primeros de grupo implica jugar con ellos en cuartos?

R. Al principio parece que se ha revolucionado el campeonato. Pero si Francia pierde es porque Alemania está fuerte. Veo a Francia con problemas, pero los llevamos viendo con problemas muchos años y acaban ganando todo.

P. ¿Cómo se encara un partido sabiendo que perder no es tan grave?

R. Es muchísimo más fácil jugar así. Pudimos disfrutar del ambiente que había, divertirnos jugando contra un rival de muchísimo nivel sin la presión de tener que ganar sí o sí. No es que crea que es mucho más fácil, es que lo es. Pero si alguien pensaba que no íbamos a salir a ganar, quedó claro que nos entregamos. Con el ambiente que había, ¡cómo vas a jugar a no ganar!

P. ¿A quién tiene más miedo?

R. Con todo el respeto a los equipos que nos vienen, Serbia y, si pasamos, Alemania. Así como contra Francia, Dinamarca o Croacia, aunque tengas un buen partido, puedes perder, contra ellos creo que ganaremos. Pero hay que jugar bien.

P. Ni en sueños hubiesen pensado evitar a Francia, Dinamarca y Croacia hasta una posible final.

R. Hay que reconocer que tenemos el camino bastante bien. Pero todo está muy igualado. Veo a Rusia muy fuerte, a Alemania mejor que los últimos años… Creo que no somos el mejor equipo del mundo. No somos mejores que Francia, Dinamarca o Croacia, pero podemos conseguirlo. Jugando en casa tenemos algo de ventaja, aunque es un arma de doble filo.

Valero me dijo que se había medio arrepentido de no llevarme a los Juegos”

P. El equipo nota en la pista la baja de su hermano Raúl, ¿cómo le ha afectado a usted?

R. Con tristeza. Como es mi último Mundial me apetecía compartirlo con él. Raúl y yo nos vemos muy poco durante el año. Nuestro punto de encuentro es la selección. Me fastidia, además, porque él llegaba tan bien… Era un jugador que tenía asimilado el sistema del equipo, una pieza clave en el ataque. Aportaba mucha calidad, lanzamiento… También siento la baja de Jota [Hombrados] y de Cristian [Ugalde], pero la de Raúl me duele más porque es mi hermano.

P. ¿Habla con él estos días?

R. Sí, claro. Somos muy buenos amigos, ayuda mucho tener a Raúl en el equipo. Éramos compañeros de habitación. A lo mejor uno estaba con los cascos, otro leyendo y no hablábamos durante horas, pero me alegraba estar con alguien de mi familia tanto tiempo. Cuando no le ves te acuerdas de esos momentos. Porque a ver cuánto nos volvemos a ver... ¿10 días al año? Yo ya no vuelvo a la selección, él en vacaciones sí va a Asturias, pero yo no…

P. Con 36 años, ¿qué le lleva a Francia?

R. Lo primero es que veo que no puedo seguir en el Atlético. Tengo un año de contrato, pero sé que me están buscando alguna alternativa para salir y me adelanto. Tal y como está la Liga española, inmediatamente pienso en el extranjero. No en Francia, en salir. Me sale alguna ofertilla en Hungría, en Francia, valoré también mucho la posibilidad de irme a Catar y jugar de otra manera… Pero he acertado yéndome a Nantes. Me he encontrado con un equipo, un club, muy bien organizado, un proyecto ilusionante que va a hacia arriba. No es que haya ganado muchas Ligas, al revés, es un equipo que hace poco estuvo en Segunda División, pero que la afición está enganchadísima.

P. ¿Y en España?

R. Nada que ver, por desgracia. Allí está el pabellón lleno todos los fines de semana.

P. Se habla mucho de que este Mundial es una oportunidad para relanzar el balonmano, ¿cuántas veces ha escuchado eso mismo?

R. Es una oportunidad, pero no está en nuestras manos. Es una pasada cómo se está siguiendo mediáticamente. ¿Qué va a pasar después? Tengo la duda.

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Sobre la firma

Javier Lafuente
Es subdirector de América. Desde 2015 trabaja en la región, donde ha sido corresponsal en Colombia, cubriendo el proceso de paz; Venezuela y la Región Andina y, posteriormente, en México y Centroamérica. Previamente trabajó en las secciones de Deportes y Cierre del diario.

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