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“¡Es bestial la velocidad que llevamos!”

El piloto español, ganador de cuatro etapas en esta edición, analiza los peligros de la prueba más exigente

Nadia Tronchoni
Joan Barreda, tras cruzar la meta de la última etapa.
Joan Barreda, tras cruzar la meta de la última etapa.FELIPE TRUEBA (EFE)

Está agotado. Su físico maltrecho después de tantas caídas: se fisuró un hueso de la muñeca, se dislocó el hombro, tiene heridas en los dedos y la nariz rasgada con tres arañazos: “El otro día, camino de aquel río, me comí algunas ramas”. Joan Barreda (Torreblanca, Castellón; 29 años) fue campeón de España de motocross y tras destrozarse la pierna –le cayó un piloto encima y se la partió en mil pedazos- probó con el Enduro. Hace dos años se convirtió en piloto de rallyes y no hay quien le frene. Ha ganado cuatro etapas del Dakar. Representa el relevo generacional.

Pregunta. ¿Cuántas veces tuvo que pedirles a sus padres una moto por Navidad?

Respuesta. La primera vez que me subí a una fue a los tres años, era de un amigo. A mis padres no les gustaban las motos, pero me pasé pidiendo una durante años. Me daban otros regalos y yo ni los tocaba. Solo quería una moto. Me la compraron una de gasolina a los seis, pero la partía cada dos por tres. Al final, tuvieron que comprarme una Kawasaki de competición, de 60cc. A los nueve ya era campeón de España.

P. Luego se recorrió Europa en una auto caravana.

R. Íbamos mi padre y yo, Jordi (Zaragoza, su fisioterapeuta) y Manolo, un mecánico del pueblo. Hicimos muchos kilómetros. Lo que hizo mi padre aquellos años fue increíble, una locura. No sé si yo lo podría hacer. Salíamos cada semana. Fue una época buena. Cuando me hice más mayor se creó más tensión y no fue fácil, discutía más con mi padre y me fui a vivir solo.

Yo soy muy de tirar y tirar, pero aquí hay que pensar mucho encima de la moto"

P. ¿En cuántos países ha vivido?

R. A los 17 me fui a Italia y estuve allí dos años; otros dos en Bélgica, donde empecé a crecer como piloto. Era rapidísimo, lo hacía súper bien, pero estaba totalmente solo. Luego también me fui a Argentina. ¡Pero como España no se está en ningún lado!

P. La sanción por dopaje le obligó a buscarse la vida fuera, ¿qué fue lo peor de aquellos años?

R. Fue muy duro. Creo que estoy aquí gracias a esos dos años. Lo pasé muy mal, pero aprendí valorar lo que tenía. Tuve que empezar de cero, con todo en contra, con mala mecánica, con motos que no eran buenas; la gente hablaba mal de mí. Pero dejó de importarme lo que pensaran los demás. Era yo solo el que tenía que seguir adelante.

P. ¿Cómo asumió las críticas?

R. No podía explicar la verdad de lo que me pasó, que era que un médico de la Federación, el mismo que me había operado, me dio una hormona de crecimiento para acelerar la recuperación de mi pierna y di positivo. Estuve mucho tiempo con recursos, en los tribunales, y era mejor no hablar. Se decía de todo: que me drogaba, que por eso tenía este estilo de pilotaje. Estaba solo. Me preguntaba qué había hecho para merecer aquello. Fue muy injusto. Era un chaval, me pasaba los días entrenando en Holanda y Bélgica, siempre en la arena, entrenando el físico, y de repente lo perdí todo. Tenía unas metas por cumplir y cuando estaba casi a punto de conseguirlas: pam.

P. ¿Su pierna ha vuelto a ser la que era?

R. No, la pierna quedó tan mal tras la operación que por eso no se curaba. Está torcida. Pero en la época de motocross tuve muchas lesiones y estoy muy cansado de operaciones; sé que la rodilla sufre mucho desgaste, tendré que pasar por el quirófano, pero si puedo alargarlo unos años lo intentaré. Solo me molesta cuando salgo a correr: cuando llevo más de una hora se me cargan la espalda y la rodilla.

Barreda, durante una de las etapas el Dakar.
Barreda, durante una de las etapas el Dakar.ARIEL MARINKOVIC (EFE)

P. Dice que ahora pilota más con la cabeza y menos con los sentimientos.

R. Yo soy muy de tirar y tirar, pero aquí hay que pensar mucho encima de la moto. Intento ser más inteligente e informarme de todo, leer, eso me da más frescura al subirme a la moto. Busco una visión más general. El otro día me caí, me quedé algo atrás y empecé a dar mucho gas, entonces pensé ‘mañana sería otro día’. Hace unos años hubiera intentado coger otra vez a los primeros, tomando riesgos.

P. ¿Se reconoce en la tele?

R. Cuando me veo flipo: cuando vas en la moto, concentrado, sientes que vas muy rápido; pero cuando ves las imágenes… ¡es bestial la velocidad que llevamos! Se me pone la piel de gallina.

P. ¿Cuál es el secreto para mejorar en la navegación, además de sumar kilómetros?

R. No es solo preparar el road-book, sino trabajar durante todo el año, informarte sobre dónde son las etapas, deducir si serán en un valle o en otro de acuerdo con la memoria de los otros años. Busco información y la chequeo en el google earth. Así el día que te toca abrir pista tienes referencias, sabes dónde están los ríos, dónde las dunas.

P. ¿Por qué es tan difícil abrir pista?

R. Supone un gran desgaste psicológico. Vas a fondo y a la vez sabes que si quieres tirar debes hacer una navegación perfecta y no fallar. Tienes que leer toda la información e interpretarla a una velocidad súper bestia. Cuando me ha tocado abrir he acabado hecho polvo.

P. Al final, ¿la moto no era tan fiable como creían?

R. Hemos trabajado mucho y la moto ha ido bien en todas las carreras del año. Pero aquí no ha estado a la altura. Todos han sufrido con la Husqvarna. El Dakar es el mejor test. Solo hay que ver el rendimiento de KTM. Ahora hay que trabajar en todos los detalles que han fallado.

Tras la sanción por dopaje tuve que empezar de cero, con todo en contra, la gente hablaba mal de mí"

P. ¿Qué tiene que mejorar?

R. He visto que puedo ir más tranquilo, que tengo la navegación y la velocidad. El día que salía primero y rompí los radios de la rueda llevaba diez minutos de ventaja y quizá hubiera bastado con tener tres o cuatro. Por suerte lo pude recuperar al día siguiente, pero son fallos que no deberían pasar. También es verdad que si no hubiera tenido una avería estaría unos 45 minutos por delante del segundo gracias a esos días. Tengo que buscar el equilibrio.

P. ¿Corre demasiado?

R. Corro mucho, muchísimo. Pero no corro demasiado. Esa velocidad es buenísima y hay que utilizarla los días que toque, pero hay días en los que no es necesario.

P. ¿Cuándo se le quitará el mal sabor de boca por haber quedado tan pronto fuera de la pelea por el título pese a las victorias?

R. Es una lástima. Pero, me siento bien. No me siento frustrado. He hecho bien el trabajo. He subido un escalón en todos los sentidos. El año pasado me preocupé mucho por mejorar yo y no tanto por el equipo, así que intentaré que este año el equipo también suba un escalón. Será una de mis preocupaciones.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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