A por la primera plaza
Como se presuponía el partido contra Australia no tuvo historia. El equipo español tardó siete minutos en ponerse por delante y desde entonces fue ampliando sin parar su ventaja.
Era un encuentro propicio para dar minutos a los jugadores que habían disputado menos hasta entonces, para probar alternativas, y así lo entendió Valero Rivera, el seleccionador. De salida, la primera línea en ataque la formaron Montoro, Antonio García y Ruesga, este último casi inédito en el Mundial. España salió en defensa 6:0, solo con el cambio de Viran, por lo que Guardiola disfrutó de minutos en ataque, dando de esta manera, muy acertadamente, descanso a Aginagalde. También alternó Valero la defensa 5:1, con Ariño de avanzado, que creó muchos problemas al limitado ataque estático australiano, donde solo Fletcher generaba algunos problemas. El equipo oceánico intentó defender como lo había hecho Egipto, en 3:2:1. Con poco acierto, pero con mucha actitud. Al final, España hizo una sangría al contraataque tras las continuas pérdidas de los australianos.
Está claro que los tres primeros del grupo serán, como se preveía, España, Hungría y Croacia. Aunque aún queda por definir el orden, se trata de equipos que, indistintamente de su clasificación, a un partido pueden vencer a cualquiera.
Más allá de lo que ocurre en Madrid, hay que destacar la igualdad y los buenos partidos que se están disputando en el grupo A, donde parece que Montenegro se puede quedar fuera del corte y Francia demuestra su solidez a pesar de algunos relevos. Algo que está notando más Alemania, aunque cuenta con una buena hornada de jugadores detrás. En el caso de Brasil y Argentina, se constata que poco a poco van recortando distancias al balonmano europeo. Aunque, sin duda, la gran sorpresa hasta el momento está siendo Túnez. Un equipo que se caracteriza por su juventud, una capacidad de lanzamiento espectacular y una defensa y agresividad que siempre raya lo ilegal. Los africanos están demostrando que pueden llegar lejos, siempre y cuando sepan controlar esa agresividad y así evitar la infinidad de exclusiones con las que suelen ser sancionados.
Dinamarca, en el grupo B, está haciendo valer su condición de favorita sobre el resto de selecciones, entre las que destaca Rusia, que después de su ausencia en los Juegos parece otro equipo, capaz de dar algún que otro susto.
Y mientras Polonia y Serbia caminan con paso firme por el grupo C, del que saldrá el rival de España en octavos, sorprende el conjunto esloveno, con una mezcla de veteranía y juventud, que no habría que descartar que llegase lejos.
Antonio Carlos Ortega, entrenador del Veszprem, húngaro, fue 147 veces internacional con España
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