Un clásico muy renovado
La imagen del equipo italiano, en fase de transición e indefinición, es hoy El Shaarawy
El sorteo no le pareció ni bien ni mal al Barcelona. Hay todavía un respeto reverencial hacia el Milan, tanto por su currículo (7 Copas de Europa y 18 Ligas) como por la admiración que provocan figuras históricas de la talla de Sacchi y Van Basten, y también se recela de su capacidad competitiva, que le permite rivalizar con adversarios mayores como el propio Barça. Ambos son viejos conocidos no solo en la cancha sino también en el despacho por los muchos negocios que han cerrado. El último ha sido la cesión de Bojan Krkic, un 9 víctima de la figura del falso delantero centro que representa ahora mismo Messi, el rey del mambo.
Bojan simboliza la transición del Milan, sobre todo por la indefinición que hay respecto a su futuro inmediato, pendiente de posibles refuerzos en el mercado invernal. No es fácil sustituir a la vieja guardia, representada por futbolistas como Cassano, Gattuso, Seedorf, Nesta, Inzaghi, Thiago Silva o Ibrahimovic. La figura del relevo generacional se llama Stephan El Shaarawy, conocido como El Faraón, un delantero de 20 años, de ascendencia egipcia e internacional por Italia. Los goles de El Shaarawy (14 en la Serie A) no parecen suficientes como para garantizar la resurrección de los rossoneri, séptimos en la Liga, a siete puntos del Inter y a 14 del Juventus. La alineación de Allegri no intimida necesariamente: Amelia o Abbiati; De Sciglio, Mèxes, Yepes, Constant; Montolivo, Ambrosini o De Jong, Nocerino o Emanuelson; Robinho o Boateng, Pazzini y El Shaarawy.
A pesar de disponer de un banquillo relevante, con delanteros como el brasileño Pato, autor seguramente del gol más rápido de los encajados por el Barcelona en el Camp Nou, el equipo es muy irregular y su defensa no ofrece suficientes garantías para enfrentar a las mejores delanteras de la Champions. El Milan se clasificó en la fase previa por detrás del Málaga, un detalle tan revelador como los enfrentamientos que ha tenido con los barcelonistas, 13 en total, cuatro la temporada pasada, dos en la fase previa y otros dos en los cuartos de final, saldados con dos empates y dos victorias a favor de los barcelonistas.
“Nos ha tocado el mejor equipo del mundo”, respondió Allegri cuando fue preguntado por el cruce con el Barça. “Yo, en cualquier caso, no descarto pasar ronda”. Las declaraciones de la expedición azulgrana fueron igualmente respuetososas con el rival: “Atemoriza oír el nombre del Milan”, afirmó el vicepresidente deportivo azulgrana Josep Maria Bartomeu. “Yo estoy muy contento por poder jugar contra el Milan, no porque la eliminatoria sea fácil, ni mucho menos, sino porque es un equipo que siempre me gustó y ahora, además, cuenta con Bojan”, manifestó el capitán barcelonistas Puyol. Y Zubizarreta, el director deportivo del Barcelona, concluyó: “El Milan tiene alma grande. Puede pasar cualquier cosa. Va a ser una eliminatoria exigente y habrá que ver cómo llegan los dos equipos en febrero. El emparejamiento suena bien”.
El barcelonismo no olvida la goleada encajada en la final de Atenas de 1994, cuando el Milan de Capello le endosó un 4-0 al Barça de Cruyff, de la misma manera que los rossoneri recuerdan que fueron eliminados por los azulgrana en la semifinal de 2005-2006, temporada que acabó con la coronación del Barça en París. Fue camino de Milán, cuando en noviembre del año pasado se supo de la enfermedad de Tito Vilanova. El técnico, intervenido de nuevo ayer, aspira a estar de vuelta para el nuevo clásico, cuyas fechas son el 20 de febrero en Italia y el 12 de marzo en el Camp Nou. Los antecedentes y la presencia de Bojan auguran una nueva cita deportivamente divertida.
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