Balotelli acepta el castigo del City

El jugador del Manchester City, Mario Balotelli, ha aceptado hoy una multa de 340.000 libras (unos 400.000 euros) impuesta por su club debido a su mala conducta sobre los campos de fútbol. Ese es el precio que el futbolista italiano ha aceptado pagar por todas las fechorías causadas la temporada pasada.

Harto de su carácter indomable, el Manchester City decidió multar al delantero con una cantidad equivalente a dos semanas de su sueldo tras perderse 11 partidos de competición por culpa de tres tarjetas rojas y otra sanción de carácter retroactivo. El rebelde Balotelli, de 22 años, recurrió ante un tribunal de la liga inglesa la multa impuesta por su club, pero la vista, prevista para hoy, nunca se llegó a celebrar porque el italiano accedió a hablar con el City, con el que acordó pagar el castigo. Así, el club inglés zanja el tema con un comunicado: “Tras conversaciones amistosas por ambas partes y como muestra de respeto por Roberto Mancini, los aficionados y el club, Mario Balotelli ha decidido aceptar la multa de dos semanas de multa y retirar el recurso".

Esta no es la primera multa que ha recibido el delantero italiano. Su talento con el balón es proporcional a sus excentricidades dentro y fuera del campo. El pasado marzo, el City le multó con unos 144.000 euros por acudir a un club de striptease la víspera de un partido de liga. Aunque quizá ese hecho sea menos grave que lanzar un dardo a un juvenil del equipo, incendiar su propia casa con fuegos artificiales o pisar la cabeza de un rival, lo que le llevó a ganarse el apodo de “chico salvaje”.

Sus aventuras fuera del terreno de juego, su actitud frente al castigo del club y la decisión de Mancini de dejarle fuera del once titular dos veces en el último mes han propagado los rumores sobre su posible salida del equipo citizen en enero, adonde llegó en 2010 por casi 30 millones de euros desde el Inter de Milán. Antes estas evidencias, su agente se ha visto obligado a negar en varias ocasiones que quiera dejar el club inglés.