Arantxa Sánchez Vicario dimite como seleccionadora

Arantxa Sánchez Vicario, exnúmero uno mundial, ha dimitido hoy como seleccionadora del tenis femenino español. La campeona de cuatro grandes dirigió una carta a José Luis Escañuela, presidente de la Federación de tenis, y le presentó su renuncia como una medida de apoyo al grupo de nueve jugadoras que critican su gestión y le acusan de no respetar los acuerdos de inversión en torneos, infraestructuras y ayudas alcanzados hace dos años por ambas partes con la mediación del Consejo Superior de Deportes. Bajo el mando de Arantxa, la selección cayó frente a Rusia y Eslovaquia y cedió su puesto en la máxima categoría. También perdió a su mejor jugadora, Anabel Medina, a la que la capitana acusó de “carácter problemático”.

“Si rompes relaciones por carta con la Federación y su presidente, como hizo la semana pasada Arantxa al firmar la carta con las jugadoras, no le quedaba otra…”, valoraron sobre su dimisión fuentes federativas, que durante los últimos meses tuvieron las máximas dificultades para contactar con su seleccionadora de cara a la primera eliminatoria de 2013 (Ucrania), porque estaba desplazada en Estados Unidos. “No nos sorprende”, añadieron sobre la ya exseleccionadora, enzarzada en pleitos mutuos con su familia acerca de la gestión de la fortuna que amasó como niña prodigio del tenis.

Espero que sirva de revulsivo para que la RFET tome las medidas y decisiones para  un cambio radical"

“El último incidente del ‘plante’ de un grupo muy numeroso de jugadoras ha sido determinante”, escribió la excampeona, de 40 años, en una carta remitida a la agencia efe. “Aunque yo no he formado parte de ninguna reunión entre jugadoras (…), yo no puedo ignorar a la mayoría de las jugadoras y quedarme al margen”, añadió. “Sé que te consta”, le escribe a Escañuela; “(…) que volver a estar al nivel que el tenis femenino estuvo requiere un gran esfuerzo por parte de las diferentes Federaciones lideradas por la RFET, también por los clubes de tenis (que en España tienen un gran peso), fundamental la implicación de las jugadoras, a las que se les tienen que facilitar los recursos en todas sus formas”, añadió sobre las razones de su dimisión. “Creo que es lo coherente y lo que profesionalmente estoy obligada a decidir. [Espero que] sirva de revulsivo para que la RFET tome las medidas y decisiones que hagan posible un cambio radical en los planteamientos del tenis femenino”.

El grupo de nueve jugadoras ya amenazó hace dos años con no representar a España en la Copa Federación, y comparte algo más que una visión del tenis femenino: grupo de entrenamientos en Barcelona. Al margen queda Anabel Medina, por ránking la mejor española de los últimos años (llegó a ser número 16 mundial al mismo tiempo en individuales y dobles), que se desligó del debate sin renunciar a dejar pistas de su opinión en las redes sociales: “El tenis es precioso, dejemos de estropearlo”, tuiteó.